『Capítulo 3』

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EL SHERIFF

-Tienes que ser más rápido que ese pequeño lobo.

Theo le sonrió como un lobo.

Liam luchó por salir de su agarre.

-Hiciste trampa.

Hizo un puchero ante la cara manchada de tierra de la quimera, que no era muy visible en la luz del bosque que se apagaba rápidamente.

-O... simplemente tengo mejores instintos que tú.

Se regodeó, haciendo que el beta se burlara.

-Sí, claro.

Parpadeó con los ojos, y usó todas sus fuerzas para voltearos y clavar a Theo en el suelo.

-Y yo soy mucho más fuerte que tú.

Dijo Liam con picardía.

Theo solo sonrió con cariño y puso los ojos en blanco. Liberó una de sus manos y la retorció en la tela de la camisa de Liam tirando de él hacia abajo para moldear sus labios juntos.

Un repentino susurro de hojas y unos débiles pasos llamaron su atención. Se apartaron de un salto y se pusieron de pie rápidamente. Theo olfateó el aire de la noche para captar el olor de la interrupción repentina.

-Es el sheriff.

Susurró.

Liam asintió con nerviosismo, habiendo captado también el olor familiar. Los pasos se acercaron y Theo rápidamente se escondió detrás de un árbol. El Sheriff apareció entre los árboles y Liam desvió la mirada del resplandor de la linterna.

-¿Liam? ¿Qué diablos estás haciendo aquí?

Preguntó el Sheriff con sospecha.

-Ummm e-es una buena noche para dar un paseo, ¿No crees?

Liam tartamudeó, moviendo un poco los pies.

Casi podía ver el golpe en la frente de Theo, en su no tan buena excusa.

-¿Hay alguien más aquí contigo?

Preguntó, barriendo la antorcha sobre el área circundante.

Theo se hundió más en el árbol, manteniéndose fuera de la luz que lo buscaba.

-No, solo yo.

Respondió Liam rápidamente.

-Está bien, vamos a casa chico. Estoy siguiendo una pista sobre mi último caso de asesinato, así que no es muy seguro.

Informó.

Liam asintió con la cabeza en comprensión y prometió que se iría a casa. El Sheriff siguió su camino hacia donde Liam podía escuchar a más agentes hablando y encendiendo antorchas.

Esperaron un rato antes de que Liam dejara escapar el aliento que había estado conteniendo con alivio y Theo salió detrás del árbol. Se miraron el uno al otro, antes de que Theo sonriera un poco.

-Bueno, eso estuvo cerca.



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