Relatos Eróticos sin Final Feliz 1: Secretos Excepcionales.

Capítulo 7 : Mousse Sexual.

"Las malas lenguas hablan, las buenas...dejan temblando las piernas..."

(Anónimo)

Para vivir de una forma más intensa este momento, si quieres, puedes buscar en mi lista Spotify: (Relatos Eróticos Sin Final Feliz) O en YouTube. La sensual nueva versión de Burning Down The House (Quemando la casa). En la voz de Ki: Theory feat Fyohna. Para que te acompañe hasta el final, en una de las escenas más ardientes de esta historia.

La casa de la chica solitaria, estaba en penumbras cuando entraron a la sala atropelladamente, con pasos torpes, mientras seguían comiéndose a besos con lengua, golpeándose contra las paredes, riendo nerviosamente, iluminados apenas con la luz de la calle que se colaba diáfana a través de las cortinas de gasa en el enorme ventanal.

Esa noche de luna llena, dos seres licántropos buscaban devorarse, lobo y loba aullando fuerte; llamándose; encelándose, mientras se preparaba el sensual camino para el insaciable rito del coito. Aunque de manadas distintas; ambos eran animales ... De la misma especie

Pero no encendieron nada, excepto su pasión, todo ahí era perfecto, propicio para ese primer encuentro de copulación. No podían parar de besarse, de hecho, lo hicieron desde que subieron al elevador, manoseando sus cuerpos sin control alguno y de manera criminal.

Entonces se apoyaron en una mesita de la entrada, y con el golpe en la madera tiraron algunas cosas al suelo, pero no les importó en lo más mínimo, y así de pegados, rieron por el desastre que estaban causando, cristales que sonaban al estrellarse entre sí, cerámica que caía en el piso hasta romperse, sonidos comunes anticipándose al sexo que animaban el ambiente y avivaban el fuego en la hoguera.

Se apartaron solo unos centímetros rompiendo el beso, Brendan se quitó la chaqueta rápidamente y luego se la sacó a ella junto con el bolso, lanzándolos lejos, volviéndola a devorar con sus labios. 

El golpeteo constante de la madera contra el cemento se transformaría en un presagio de todo lo que les tocaría vivir al revolcarse en la cama de la chica desde esa noche en adelante.

Cientos, miles de embestidas, una y otra vez con mucha fuerza, invirtiendo posiciones a unas que ni se podrían llegar a imaginar, locuras y excesos que solo juntos podían conseguir, ya que estos dos son lo que el común de la gente llama: almas gemelas, aunque de otra especie, una más sexual; más carnal; más oscura, por decir algo, y estando en la cama (O fuera de ella).

Su terreno; sus dominios, eran exactamente iguales, no le temían a nada, sobrepasaban los límites con una demencia incandescente e infinita, que ya se hubieran querido en el mismísimo infierno.

----Está haciendo calor ¿No crees? ----jadeó al acariciarle el trasero a la chica.
----Tu piel arde...----susurró ella.
----Tú me pusiste así...----Subió con las manos para recorrerle la espalda.
----Ya lo creo...----Se mordió el labio con una maliciosa sonrisa.
----¿Deberíamos llamar al 911?----preguntó él, su respiración se volvió pesada. Acto seguido le besó el cuello, dejando varias marcas. Ella se retorcía, ese era su punto débil.
----Ja, ja, ja. A juzgar por la forma en que acariciaste mis pechos por encima de la ropa cuando veníamos subiendo por el elevador, creo que no estaría de más ponerlos en alerta----respondió agitada también, y rieron.
----¿Y qué dices de ti? Me agarraste el trasero de una forma muy grosera, para pegarme a tu cuerpo, eres bastante osada, muñeca. No me culpes a mí sí tenemos que llamar a los bomberos----le lamió la garganta.
----Ja, ja, ja. Dentro de muy poco podrás confirmar en carne propia cuan osada puedo llegar a ser...----le advirtió seguido de lamer los labios de su nuevo amante.
----¿Lo prometes...?----preguntó en un sensual susurro.
----Te lo juro...----Se besaron como para devorarse.