Capítulo 13: Sensual Intromisión...

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" No hay te amo más sincero que ese dicho entre gemidos..."

(Anónimo)


Para vivir de una forma más intensa este momento, si quieres, puedes buscar en mi lista Spotify: (Relatos Eróticos Sin Final Feliz) O en YouTube. La sensacional One Last Time (Una última vez) en la voz de Roniit. Y así te acompañarte hasta el final de esta sorprendente escena.

Mientras descendía montada en el elevador, revisó su teléfono, ni siquiera una llamada, un mensaje, algo que le confirmara que Brendan no estaba involucrado en eso que leyó en el periódico, pero no lo hizo, porque seguramente la culpa lo estaba matando, o quizás no, ya que no le había tomado el peso a lo que hizo, bajándole el perfil, y eso se debía a que su novio se sentía muy seguro de ella, pero estaba tan equivocado, esa no se la iba a dejar pasar, por mucho que lo amara con locura.

Un taxi la esperaba en la entrada del edificio, y antes de abordarlo,  con la mano apoyada en el borde de la puerta, miró todo alrededor, intentando aferrarse a su cordura. Mientras ya iban en camino, por sus audífonos corría una hipnótica canción que significaba tantas cosas en su solitaria vida, porque representaba abandonos, últimas veces: últimos besos, separaciones definitivas. Antes de llegar a ese lugar, se los quitó, arregló su pelo y preparó el corazón...para enfrentar a su destino una última vez.

Como si hubiera sido en cámara lenta. Cuando una hora después llegó a ese sitio, los hombres que la vieron pasar se detenían a mirarla con los ojos abiertos como platos, se daban vuelta a verla con la mandíbula hasta abajo, por completo impresionados, chocaban entre ellos, como unos tontos, muy embobados, mientras se disculpaban por la torpeza. Lucía realmente hermosa, imponente, con la postura digna de una reina, una hembra alucinante en todo el sentido de la palabra.

Así de arreglada, no pasaba inadvertida para nadie, ni siquiera con las de su mismo sexo, algunas gruñían, otras hacían pucheros, otras la admiraban, y por cierto, otras la deseaban. La lista era larga, jóvenes, ancianos, niños, policías, bomberos, guardias de seguridad, estirados ejecutivos, nadie se salvó, todos quedaron muy encandilados con esa manera de caminar tan provocadora, cruzando los tobillos al frente, golpeando el moderno suelo de losa con los tacones, sacando chispas de fuego, debido a la furia que la dominaba y a su marcada forma de ser.

Ella, así tal cual, es de aquellas mujeres que detienen el tránsito, el tiempo, corazones, respiración, provocan colisiones, estrellamiento de planetas, caídas en la bolsa de valores, y sobre todo, que hombres maduros y muy seguros de sí mismos se trasformen en marionetas y tontos adolescentes, que supuestamente renunciaron a todo su pasado para convertirlo en un prometedor futuro. Volviéndolos sus más fervientes y fieles seguidores, perritos falderos que por cierto, se las iban a pagar.

Su belleza natural, atractiva, exuberante, carnosa y hasta cierto punto, exótica, mezcla de ángel y demonio, era una de las grandes razones por las cuales el mismísimo Brendan James Spark, con todos sus millones, su inquebrantable seguridad, su experiencia, cayó rendido a sus pies y lo tenía literalmente comiendo de su mano como un dulce pajarito.

Pero ahora, Casey Green, enfundada en una tenida exclusiva, maravillosa, que eclipsaba a cualquiera, con una actitud matadora y que arrasaba con todo a su paso, por fin iba a sacar a la fiera que habitaba dentro y pese a tener mucho miedo, y tristeza, nada ni nadie la detendría cuando llegara a cambiar las reglas del juego con ese devastador tornado que se había desatado en su interior provocado: por los celos.

---- Buenos días, Emma...----se quitó los estilosos lentes.
---- Buenos días, Señorita Casey, qué gusto verla por aquí...
---- Lo mismo digo, ¿Cómo sigue tu madre?
---- Bien, gracias. Está mucho mejor. La cirugía fue todo un éxito.
---- Me alegra saberlo----dijo con una sonrisa.
---- Las flores que le envió al hospital estaban hermosas, fueron de todo su gusto.
---- Lo hice encantada...
---- Se lo agradezco. Qué linda se ve hoy, luce radiante.
---- Gracias, eres muy amable. Emma. Esta es una ocasión especial, estoy como para matar ¿No crees? ----Seguro que imaginó que a Brendan.
---- Claro que sí...se ve preciosa, y tan chic.
---- Eso quería conseguir... Brendan me trajo esto de su último viaje a Nueva York, ahora busco sorprenderlo...----comentó con un dejo de tristeza.
---- Pues se ve espectacular, el Señor Spark quedará con la boca abierta.
---- Jajaja, de eso estoy segura.
(La asistente se le quedó viendo...)
---- ¿Quiere algo de tomar mientras espera? Se lo puedo llevar a la oficina del señor Spark.
---- No gracias, no quiero nada...----se arregló el flequillo, moría de nervios.
---- Está bien...
---- ¿Tu jefe, está en su oficina?----le preguntó intentando mantener la calma.
---- Me temo que no, está en una reunión con nuevos inversionistas. Pasaron a la sala de juntas del fondo, la más amplia, son más de veinte personas.
---- Perfecto. ¿Cuánto tiempo lleva ahí?
---- Prácticamente dos horas, y no ha salido para nada. Exigió no ser interrumpido---- se encogió de hombros.
---- ¿Ah, sí...? ¿Con que lo exigió, eh? Qué lástima...----dijo entre dientes.
---- Así son esas cosas, se pone furioso si alguien interrumpe las juntas, bueno, usted ya lo conoce bien----se levantó de hombros.
---- ¿El padre de Brendan está en esa junta?----miró su reloj pulsera.
---- No, por suerte él no vino, está agripado creo----hizo un gesto de alivio, Casey también.
---- Ok... ¿Veinte personas dijiste?----se miró las uñas.
---- Así es...
---- Escúchame muy bien, Emma, seré directa diciendo esto de mujer a mujer, y sé que lo entenderás. Tu jefe cometió un error y ahora me debe una gran explicación, y vine hasta aquí por ella, la verdad me importa un comino si está con el rey de Noruega o el presidente de la nación, voy a entrar ahí, así se caiga el edificio a pedazos. Te lo informo porque no quiero que intentes detenerme, no me gustaría ser brusca contigo.
---- Pero, se va a molestar conmigo, ya lo conoce. Podría despedirme----gimoteó juntando las cejas.
---- A ti no te pasará nada, tranquila, es él quien me las va a pagar.
(Espetó furiosa. La asistente tragó saliva...)
---- ¿Y bien...?----se puso los lentes una vez más. Adentro no había sol, pero eso que haría lo ameritaba, como para darle más emoción.
---- Pase... aunque igual iré detrás de usted, para disimular un poco----se levantó de hombros.
---- Como quieras...
---- Adelante...----le indicó con la mano.
---- Gracias...

Relatos Eróticos sin Final Feliz 1: Secretos Excepcionales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora