Al día siguiente cuando su esposa salió y el hombre se encontraba solo cedió a la tentación y se puso a leer aquel relato no sin antes vestirse con un hermoso short negro y un top blanco con negro a juego. Al terminar la historia se sintió culpable y se quitó toda la ropa antes de que su esposa volviera.
A partir de ese entonces Carlos se vio en una espiral de feminidad que nunca antes hubiera imaginado, comenzó a comprar maquillaje y una peluca, hasta algunas otras prendas que mantenía ocultas de su esposa. Al leer la historia de una sissy una idea se plantó en su cabeza, tener intimidad con Alicia, pero de una forma completamente distinta, siendo la pasiva de la relación.
Un escalofrió corrió por la espalda de Carlos, pero seguía leyendo como hipnotizado, cediendo más y más a la feminidad que había en su interior. Con el nombre de Lisbet continuó su proceso de feminización. Ahora se vestía siempre que tenía la oportunidad, depilaba su cuerpo para disfrutar mucho más de las medias y faldas.
Al terminar de leer una historia de feminización forzada la mente de Lisbet estaba volando, fantaseando con experimentar todas aquellas experiencias que describía el relato, se sentía completamente agradecida por poder leer aquellas historias, por lo que decidió disculparse con la autora.
-Lamento mucho mis otros mensajes, siento mucho el haberte faltado al respeto, te quiero pedir una disculpa por mi comportamiento – escribía apenada – mis más sinceras disculpas.
-Acepto tus disculpas – respondió la escritora – pero me gustaría hacerte una pregunta.
-Claro, todas las que quieras.
- ¿estás vestida de mujer?
La sangre se le heló cuando leía aquellas líneas, se sentía observada, hasta volteó a ver su alrededor, pero no encontró nada, lo dudó, pero respondió.
-Sí, tenías razón en las cosas que habías dicho, soy travesti – confesó – de hecho, desde que comencé a leerte me he vestido más que antes y he tenido muchas fantasías con lo que escribes.
-Me alegra mucho que mis relatos te ayuden a descubrirte y disfrutar, un beso amiga, espero te animes a cumplir tus deseos.
Aquellas dulces palabras tocaron el alma de Lisbet, ahora estaba decidida, debía arriesgarse y cumplir con sus fantasías, pero justo cuando su esposa estaba por llegar sintió miedo y se quitó la ropa.
Su semana pasó con tristeza, quería cumplir sus deseos, pero no tenía el valor para hacerlo, cuando tuvo la oportunidad se vistió nuevamente y decidió comenzar a leer, ella estaba disfrutando mucho con aquello, al terminar se levantó y miró al espejo, una mujer hermosa le devolvía la sonrisa. Estaba claro, se estaba volviendo una chica.
Su transformación casi estaba completa, había cambiado su rutina, su forma de pensar y de comportarse poco a poco estaba siendo más femenina. Carlos quería pensar que su esposa no sospechaba, pues no había discutido nada con él, así que sentía cierta tranquilidad.
Una noche después de pasar toda la tarde como Lisbet se acostó a dormir junto a su esposa, quien lo abrazaba por la espalda, primero todo le resultaba normal, pero pronto comenzó a jugar con su oído, a recorrer su cuerpo con sus manos, aquello le estaba excitando mucho, pensó en girarse, pero Alicia le detuvo, pudo sentir como se restregaba contra sus nalgas como si lo fuera a penetrar. En ese momento soltó un femenino gemido, aunque llevó sus manos a su boca ya era tarde.
Aunque no podía verla su esposa sonrió cuando escuchó aquel gemido, por ello le mordió el oído mientras jugueteaba con sus dedos, en ese momento Lisbet sospechaba lo que iba a pasar, su fantasía se haría realidad.
-Hace días que te siento raro – susurraba Alicia – no solo en la cama, también en la calle, eres más sumiso – mordió su oído una vez más.
Esperaba algún reclamo, pero no fue así, su esposa seguía jugando, pero de pronto sintió un líquido entre sus nalgas, era un lubricante, Alicia estaba preparando todo para poder penetrar a Lisbet, pero se sentía inquieta, tenía miedo.
-Tranquila putita – dijo su esposa – esto te va a encantar.
En ese momento pudo sentir como algo largo y grueso se introducía dentro de ella, causando una mezcla de dolor y placer indescriptible. Alicia disfrutaba con los gemidos de Lisbet, entonces comenzó a meter y sacar aquel arnés.
La putita estaba como poseída, todo su proceso de feminización la habían entrenado perfectamente para este momento, mientras su esposa jugaba con sus pezones ella estaba gimiendo como la perrita que era y le encantaba. Lisbet quería que Alicia la partiera en dos, disfrutaba más de lo que jamás había disfrutado.
La mañana siguiente pasó en silencio, la pareja no intercambió palabra, Carlos se sentía culpable por lo que había pasado la noche anterior, no podía ni mirar a su esposa a los ojos. Pero antes de que pudiera darle una explicación ella le habló.
-Saldré a atender unos pendientes – dijo mientras se vestía – llego a la hora de la comida, prepara algo muy sabroso, hablamos entonces.
Carlos estaba aún aturdido, no sabía cómo terminaría aquello, pero entonces se sorprendió al encontrarse con solo ropa femenina en el armario, su esposa había escondido toda su ropa masculina, tendría que vestirse como Lisbet, era lo que Alicia le daba a entender.
La travesti de closet comenzó a recoger la casa y preparar la comida para su esposa, cuando ya estaba cerca la hora de su encuentro se retocó el maquillaje y re acomodó su peluca. Esperó sentada en la sala mientras su esposa abría la puerta y entraba para ir a darle un beso en sus rojos labios.
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De macho a mujercita
Cerita PendekUn hombre viril y masculino comienza a leer sobre feminización forzada, cayendo en el juego poco a poco, vistiéndose a espaldas de su esposa descubre que en realidad es una linda travesti sumisa. Relato breve que incluye lenguaje explicito y escenas...