•CAPITULO 4•

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☆Song: xam Fade away☆

Tu ausencia me ha atravesado como hilo en una aguja. Todo lo que hago está cosido con su color.

__W.S. Merwin

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Ha pasado ya unas cuantas semanas desde que estoy aquí, encerrada en esta enorme casa que poco a poco empieza a asfixiarme. Apenas salgo de mi habitación, y lo más inquietante de todo es que no he visto a Alexei en todo este tiempo. Según me contó nana, los chicos están sumamente ocupados, tienen "algunos problemas" que resolver. El peso de la incertidumbre me sigue aplastando.

Al menos he estado en contacto con mi familia. Cada llamada con mi padre es un tirón de emociones: él insiste en que le diga dónde estoy, y aunque intento tranquilizarlo, sé que cada vez está más desesperado. No ayuda que no pueda rastrear mi teléfono, cosa que claramente le pone los pelos de punta. Mi abuelita, por otro lado, ha sido más fácil de calmar, aunque cada vez que le digo que estoy bien, siento que la engaño tanto como me engaño a mí misma.

Hoy me han informado que los chicos van a uno de sus clubes. Por alguna razón, me siento tentada a ir con ellos, y después de un poco de insistencia, logré que nana me diera una pista. Algo sobre cerrar un trato importante. Decido que, después de tanto tiempo encerrada, necesito despejarme.

—Ve a prepararte, mi niña, ponte muy bonita —dice nana mientras sale de mi habitación con una sonrisa.

Al quedarme sola, me dirijo hacia el baño para tomar una ducha relajante. El agua caliente sobre mi piel alivia un poco la tensión que llevo acumulada. Me tomo mi tiempo, disfrutando de esos momentos de tranquilidad.

Después de vestirme, decido ponerme un vestido que había visto en el armario desde mi primer día aquí. No suelo usar ropa ajustada, pero este vestido rojo de tirantes y escote corazón es demasiado bonito como para dejarlo pasar. Es corto, pero no demasiado revelador, justo hasta las rodillas. Me pongo unos tacones, me maquillo ligeramente y termino con una chaqueta de cuero negra para darle un toque más relajado. Mi cabello, por suerte, decide cooperar y queda suave y ordenado.

Lista, salgo de la habitación y bajo a la sala, aunque antes me detengo en la cocina. No puedo resistirme; soy una glotona, lo admito. Nana preparó unos bocadillos increíbles para su esposo, pero no puedo evitar la tentación. Solo un par, nadie notará nada.

Me pongo manos a la obra, buscando una vasija pequeña para llenarla con los bocadillos. Cuando estoy a punto de salir victoriosa de mi "operación", escucho unos pasos acercándose. Oh no, es nana.

Con un ligero pánico, entro en modo actriz y finjo estar llorando, tratando de evadir el castigo.

—Lo siento, nana, sé que dijiste que no comiera los bocadillos, pero es que son deliciosos —digo entre sollozos falsos, sin voltear para mirarla.

#1- Aún no es nuestro momento                              (BORRADOR-COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora