A Shen QingQiu le gustaban los dulces.
Era un secreto. Nadie debía saber sobre el gusto por los dulces del señor del Pico Qing Jing, el único que sabía sobre aquello era obviamente el líder de secta.
Cuando eran niños, Xiao Jiu y Qi-ge siempre veían aquellos puestos callejeros en los que vendían dulces de diferente tipo, Xiao Jiu tenía que ser fuerte para no babear cuando veía aquellos pinchos de fruta confitada, el brillante caramelo cayendo de la dulce fruta. O las tartas de frutas brillante que veía en algunos puestos, otros dulces que se veían igual de llamativos, pequeñas bolas redondas hechas de arroz en un caldo azucarado o bolas de arroz glutinoso cubiertas de sésamo.
Todos aquellos postres eran visualmente muy apetitosos y el aroma azucarado que invadía sus fosas nasales cada vez que pasaban por aquellos puestos en el mercado provocaba que su estomago gruñera y sintieran un vació en sus bocas, Xiao Jiu solía ser el primero en alejarse, tomando la mano de Qi-ge para ir al puesto donde solían pedir dinero. El olor de aquellos dulces solo provocaba que el dolor que sentían por no haber probado bocado en días fuera aun más doloroso.
Desde que eran niños Qi-ge había prometido a su Xiao Jiu que cuando tuviera suficiente dinero compraría todos los dulces que pudiera para Xiao Jiu.
Habían pasado muchos años desde aquello. Yue QingYuan había cumplido la promesa silenciosamente, llevando dulces a Qing Jing cada vez que le era posible, compartía cada uno de esos deliciosos manjares que llegaban a sus manos como líder de secta con su querido Xiao Jiu, no importaba si este estaba de mal humor o acababa de discutir con el líder de secta, el aroma dulce siempre lograba que hubiera un brillo especial en los ojos que le recordaba a la mirada con la que su Xiao Jiu veía los puestos de dulces cuando eran niños. En esos momentos... por pocos segundos, podía volver a ver a su Xiao Jiu que se ocultaba en el interior de Shen QingQiu, era la única forma en la que podía volver a ver a su Xiao Jiu y que este lo llamara una vez más Qi-ge, la única forma en la que sabía que, tal vez, aun había algo de esperanza... aunque fuera una mentira.
Porque Yue QingYuan siempre haría todo para ver a su Xiao Jiu, incluso sacrificaría su vida si era necesario. Para Yue QingYuan lo más importante era su Xiao Jiu.
- Qi-ge, despierta de una vez - llamo Shen Jiu evidentemente irritado - maldita sea... no puedes quedarte dormido donde sea de esta forma.
- ¿Shidi? ¿dónde estamos?
- ¿Shi-? ¿otra vez tuviste ese tonto sueño? - pregunto Shen Jiu mirando a Yue Qi, parecía muy molesto. - ¡Es el siglo XXI no una tonta película wuxia, tonto!
Yue Qi abrió los ojos con aquellas palabras. Miró a su alrededor recordando donde se encontraba... su apartamento... el ruidoso aire acondicionado sonaba por sobre el ruido de la calle, su computadora estaba encendida en su escritorio y sintió un fuerte dolor en su espalda y cuello por la horrible posición en la que se había quedado dormido mientras trabajaba la noche anterior en una tarea, vió la pantalla que se encontraba encendida gracias al movimiento que había hecho, notó que lo último que vió fue su tarea había sido enviada a última hora, seguro recibiría otra queja por parte de su profesor... pero era lo que menos importaba en ese momento. Su novio se encontraba frente a él con una bolsa del supermercado donde seguramente llevaba comida para que, en sus palabras; "el idiota con el que estoy saliendo no muera de hambre".
- Me quede dormido - murmuró mirando de nuevo a su alrededor. Las imágenes del extraño sueño aun no salían de su mente, una borrosa imagen de su novio llevando un hermoso hanfu verde y un abanico en su mano aun continuaban en su mente hasta que por fin se desvanecieron por completo.
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Otra oportunidad para estar juntos (drabbles)
FanfictionNo importa el mundo en el que se encuentren. No importa la vida que tengan en ese mundo. No importa la época o el lugar. Qi-ge y Xiao Jiu estaban destinados a encontrarse, pero... ¿están destinados a estar juntos? Serie de drabbles dedicados al Q...