CAPÍTULO 21

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"EL DESCONOCIDO Y LA ESPÍA"

—Brandon, mañana hablamos

El joven asintió.

—Por favor, no comentes nada de lo que viste, ¿si?—susurró en su oído

—No diere nada
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La mujer entró a su departamento, aún con la mente divagando en sus recuerdos, ¿era posible que el distino volviera a juntarlas?, no lo sabía, no quería saberlo, pero el solo hecho de recuperar su amistad también con Helena le hacía muy feliz.

—¡Erika!

La mujer slato en su sitio, cuando puedo divisar a Paulina totalmente asustada.

—¿qué sucede?

—N.. no te imaginas, lo que pasó. A.. A.. An.. Andrea..

—¿Andrea qué?

—Salió del ataud

Erika quería echarse a reír, pero contuvo sus ancias tapándose la boca.

—¿cómo es eso?—cuestión al borde de la risa

—Su velorio fué espantoso, también salió un fa-ff-fantasma, creo que su alma no va a descansar hasta hacer justicia

Hacer justicia, se repitió en su mente, ahora que lo pensaba, aún no sabían quién había mandado matarla, aunque era obvio que el principal sospechoso era Leopoldo, Erika estaba segura que no lo hizo sólo. Leopoldo tenía contactos claro, pero no tenía muchos en el extranjero.

—¿Erika?, ¿me escuchas?

Sacudió la cabeza intentando apartar sus pensamientos.

—Claro, quizás tengas razón—sin decir más, dejo a una Paulina totalmente confundida en la sala—toma alguna pastilla y bebé un té, tengo unos relajantes en la alacena—Paulina asintió desde la cocina—¡TRANQUILA NO TIENEN VENENO!—grito ya desde su cuarto.
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Acarició su espalda desnuda, era sublime el simple hecho de rosarla con la llema de sus dedos, la suave piel de la mujer. Por su lado, ella tenía la uñas enterradas en su suave cabello, que a decir verdad, parecía algodón perdido entre sus dedos.

—Te amo...

Logró decir entre su boca, ella esbozo una sonrisa ante su toque sutil pero apasionado. Con agilidad el hombre logró bajar su gran chamarra negar y la deslizó suavemente hasta tocar el suelo. Se estremeció ante el toque, con delicadeza le quitó el elegante saco gris y de la misma manera lo deslizó hasta el suelo, con agilidad desabrocho su camisa dejando al descubierto su cuerpo bien trabajado, sonrió, jamás le había visto así, las veces que habían estado juntos siempre los cubrían las sábanas, esta vez lo quería ver, quería ver y que en su mente quedara grabada cada parte de su piel. Al igual que él, bajo su blusa negra quedando ante una tenue tela que le separaba de tocar el cielo, desabrocho sus pantalones negros y se inco para dejarla descalza. Andrea cerró los ojos, estaba semi-desunada, con la piel expuesta, solo sus ropas íntimas los separaban, desabrocho su cinturón y gozo cuando tocó la parte superior de su bóxer haciéndolo retorcerse del placer, su manos ágiles deslizaron hasta el cierre, el cual bajo lento para torturarlo con sus manos tan cerca de su parte más varonil.

—¡Basta!—suplico el hombre—por favor

—Vamos a jugar—sentenció con la sonrisa más pícara que su rostro le permitia mostrar

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⏰ Última actualización: Jul 11, 2021 ⏰

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