CAPITULO 55 UN CHICO JOVEN Y GUAPO

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💭 ‘Haré caridad en su nombre’💭 pensó y dejó de estar molesta ya que podía ayudar a otras personas necesitadas.

_Baris: “¡Lo sabía!” 😏, gimió. “Pero Siirt de Sureste es el pueblo más pobre de nuestro país. Las condiciones ahí son terribles. Además, es invierno y el evento durará al menos una semana. 😟¿Estás segura de que quieres torturarte así?” 🤨.   

Sus palabras la asustaron un poco. Dudó, pero cuando la cara de Emir apareció en su mente.

_Feriha: “Sí, estoy segura. Ya tomé la decisión”😬. apretó los dientes.  

Aunque Baris llevaba una chaqueta caliente, repentinamente sintió que todo el mundo se congelaba al escuchar su respuesta.

Un escalofrío recorrió su espalda cuando pensó en acompañar a Feriha a un lugar tan remoto donde incluso un calentador era un lujo. No pudo evitar ceñirse la chaqueta mientras su cuerpo temblaba.   

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En el aula multimedia   
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La amiga de Feriha sacudía repetidamente la cabeza con incredulidad.

_Gulsum: “Jefa, por favor. ¡Por favor! 😲Piénsalo. ¿Estás consciente de las malas condiciones que hay en Siirt de Sureste? 😬La mayoría de las personas del pueblo hablan lenguas minoritarias y tú no. No habrá calentador, ni siquiera una carretera asfaltada para caminar y menos regadera…”. 😮

Se estremeció sólo de imaginar estar en un lugar así.

💭“¡ay Alhá! ¡Créeme! Serás un completo desastre después de pasar unos días ahí”. 💭 Pensó Gulsum  

Haciendo eco de las palabras de Gulsum, Lara asintió con la cabeza y luego miró con simpatía a Baris, que ahora se veía bastante deprimido. Por la expresión de su rostro, Lara sabía que Baris definitivamente estaba planeando acompañar a Feriha a pesar de su renuencia. Dándole una palmada en el hombro.

_Lara: “Admiro tu valor. Me sorprende que seas tan viril” 😃, lo elogió.   

Los débiles elogios no lo convencieron.

_Baris: “Mert, ¡ponle una correa a tu novia y pídele que cuide sus palabras! 😒 ¿Y por qué dice ‘me sorprende’? Siempre he sido viril, 🙄 ¿de acuerdo?”. 🤨  

Mert sólo sonrío y se empujó las gafas hacia el puente de la nariz.

_Mert: “Gulsum. Lara. Ustedes dos no tienen que ir. Baris y yo iremos con la Jefa” 😊, dijo con voz tranquila. 

Mert nació en un pequeño pueblo y había vivido ahí antes de ir a la universidad. Estaba acostumbrado a la vida dura del pueblo, así que para él no era un gran problema pasar unos días en Siirt de Sureste. Con una mirada de disculpa, Gulsum le dio unas palmadas a Feriha en la mano.

_Gulsum: “Jefa, como tu mejor amiga, sé que debería estar en las buenas y en las malas contigo. 😊Sin embargo, esta es una adversidad que quieres experimentar, así que no la voy a compartir. ¡Cuídate!” 😃, dijo en tono burlón.  

Feriha se encogió de hombros. No le importaba. No tenía la intención de pedirles que la acompañaran.

_Feriha: “Estaré bien con Baris y Mert. 🙄Ustedes dos pueden disfrutar sus vacaciones de invierno tranquilamente”. 😒  

Después de esta discusión, Mert puso sus nombres en la lista, para inscribirse en la actividad. 15 estudiantes formaban parte del proyecto en total, y cuatro de ellos eran de la clase de Feriha.

Intrigada, Feriha miró el cuarto nombre: Sarp Daner.   

💭‘Sarp Daner…’💭, reflexionó.💭 ‘¿No es el chico amable que me llevó a casa cuando me emborraché esa noche? Pero, parece un tipo hogareño. ¿Por qué estaría interesado en ir Siirt de Sureste?’💭 

Rápidamente escaneó el aula y sus ojos se encontraron con los de él. Sarp se puso nervioso al hacer contacto visual. En una fracción de segundo, bajó la cabeza y fingió leer su libro. Su rostro se ruborizó con un rojo brillante, pero Feriha estaba demasiado ocupada para notarlo. Estaba maravillada con su atractivo rostro. Imaginó lo encantador que se vería si se vistiera como un héroe en una telenovela histórica.

Muchas chicas se enamorarían de él.

💭‘Es un chico guapo. Debería vivir en una gran ciudad. ¿Para qué querría ir a hacer caridad en Siirt de Sureste?’💭   

Incapaz de contener su curiosidad, Feriha decidió ir a preguntarle directamente. Mientras caminaba hacia la fila de asientos frente a Sarp, le hizo un gesto a la chica que estaba ahí e inmediatamente se movió para dejarle espacio a Feriha. Se sentó casualmente frente a él.

_Feriha: “Sarp, ¿también irás a Siirt de Sureste?”😮.  le preguntó directamente.  

El chico cerró su libro y asintió levemente.

_Sarp: “Sí. Esa semana estoy libre”. 😌

En realidad, tenía otro compromiso esa semana, pero optó por participar en el programa de ayuda a la pobreza.    Conocía las aficiones de Feriha y estaba seguro de que ella iría. Al ver a Sarp asentir con la cabeza, Feriha de repente sintió que su rostro se parecía al de un conocido. Buscó entre sus recuerdos, pero no pudo identificar a la persona.   

El tiempo pasó volando y pronto fue el día de su partida. Con un abrigo negro, un sombrero de punto que combinaba con su ropa y un par de tenis blancos, Feriha apareció en la estación de trenes de alta velocidad con Baris y Mert. Iba jalando la maleta negra de Emir de 26 pulgadas detrás de ella. Cuando todos sus compañeros de clase se reunieron, Feriha se sorprendió al ver a una persona inesperada. Señaló al chico que llevaba una mascarilla médica y vestido con ropa casual negra.

_Feriha: “¿Bülent Seymen? ¿Tú también vienes?”😳 Preguntó sorprendida.   

_Bülent: “¿Qué? ¿Por qué te molesta? ¿No tengo derecho a ir a donde me plazca?”😏. Se burló.  

El muchacho guardó para sí mismo la razón por la que estaba ahí. La verdad era que su hermano, Levent, lo había obligado a inscribirse en la actividad. Le había dicho que debía ir para proteger a las chicas.   

💭‘Feriha Yilmaz es más fuerte que la mayoría de los hombres. No necesita mi protección. Además, incluso si necesitara la protección de alguien, ¡ése no debería ser yo! ¡No tiene nada que ver conmigo!’💭 Bülent maldijo enojado.   

Empezó a sospechar. No sabía por qué Levent trataba tan bien a Feriha.

💭 ‘¿Sería posible que tuvieran algún tipo de relación?’💭 Con ese pensamiento, Bülent la miró con desprecio.   

Su actitud hostil rápidamente la molestó. ¡Si él no hubiera tomado la iniciativa de hablar con ella en el patio, jamás habría hablado con él!   

Pero Feriha no quería discutir con un debilucho como él, así que puso los ojos en blanco y se dio la vuelta para irse. Vio a otra persona interesante en el grupo y caminó hacia ella. La chica claramente fingía estar feliz mientras platicaba con los demás. 

_Feriha: “Zülal, ¿sabe tu madre que irás a Siirt de Sureste?”😮. Le preguntó mientras se acercaba   

Zülal se enfureció al verla. Con la espalda apoyada en sus otros compañeros de clase, miró ferozmente a Feriha.

_Zülal: “¡Maldita! ¡Esto es todo por tu culpa! 😠¿Por qué tienes que hacer esta maldita caridad? ¡Mi padre me obligó a ir y se supone que debo aprender de ti! ¿Estás loca?”😑. la maldijo en voz baja. 

💭 ‘¿Quién voluntariamente se quedaría en una villa tan remota y pobre durante toda una semana? Tiene un problema en su tonto cerebro’💭, pensó Zülal.   

Al escuchar sus palabras, Feriha comprendió la situación al instante. Asintió felizmente.

_Feriha: “Creo que mi tío lo hizo por tu bien. 😌No has pasado por ninguna dificultad en tu vida. A una mujer rica como tú le hace bien experimentar una vida dura de vez en cuando”.    😊

Su prima quería desahogar su ira contra Feriha en ese preciso momento. Pero como había otros compañeros de la escuela alrededor, tenía que fingir ser una dama elegante y bien educada. Así que se acercó y la tomó del brazo con una sonrisa falsa.

_Zülal: “Sí, ¡tienes razón! Traje mucha comida. Se la daré a los niños.😊 Por cierto, ¿qué les darás tú, Feriha?”🤨. En voz alta dijo.   

_Feriha: “Dinero”,😌 contestó.

La escuela ya había enviado la ropa donada y los suministros diarios a Villa de Sur. Así que no consideraba que fuera necesario llevarles algo más. Pero con un poco de dinero, al menos podrían comprar algo que quisieran. Aunque también había traído algo más. ¡Pero no se lo diría! La sonrisa de Zülal se congeló en su rostro.

_Zülal: “¿Crees que tienes tanto dinero que puedes gastar en caridad?🤨 ¿Y qué te hace pensar que el dinero tiene alguna utilidad ahí? En una zona de montaña tan remota como esa, ¿qué podrías comprar con el dinero?”. 🙄 Ridiculizó. 

Quitándose el brazo de Zülal, Feriha se alejó unos pasos y dijo fríamente.

_Feriha: “No es asunto tuyo. Recuerda no arrastrar a todo el equipo contigo”😏

Entre los 15 estudiantes, diez eran chicos y otras cinco eran chicas, Feriha conocía a la mayoría de ellos, excepto dos o tres. Normalmente los veas en la universidad y , avece los saludaba en el campus. Así que estaba emocionada de ir con todos ellos.

💭Es como un viaje de amigo💭 pensó Feriha.

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En Siirt de Sureste.
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Feriha saltó del autobús, corrió rápidamente al borde de la carretera y empezó a vomitar. Para llegar a Siirt de Sureste, Feriha y sus compañeros tomaron primero un tren de alta velocidad que tardaba dos horas. Luego, un autobús en el que estuvieron siete horas.

Para cuando llegaron, ya había oscurecido. El autobús fue dando saltos durante todo el camino a lo largo de los escarpados caminos de montaña, y sacudiendo con fuerza a los pasajeros. Feriha nunca se había mareado en un vehículo, pero esta vez, no pudo evitar sentir náuseas. Se agachó a un lado del camino y tuvo arcadas varias veces, pero no vomitó. Pero algunos de sus compañeros de clase empezaron a vomitar en cuanto bajaron del autobús. El olor penetrante del vómito y su repugnante visión solo empeoraron las cosas para Feriha.

Justo cuando sintió que se le había pasado, su estómago se revolvió violentamente, y vomitó emitiendo un fuerte ruido. Mert quitó la tapa de su botella de agua y se la entregó a Feriha para que se enjuagara la boca.

_Mert: “No hay agua caliente ahora mismo. Toma unos sorbos de esta botella de momento”😌, dijo.   

Feriha tomó la botella y se enjuagó la boca con el agua para quitarse el sabor del vómito. Ahora que se sentía mucho mejor, finalmente estaba de humor para apreciar el paisaje. Cuando se levantaron y miraron a su alrededor, los estudiantes pudieron ver el pueblecito a lo lejos, docenas de casas alineadas al pie de la montaña. La mayoría de las casas eran pequeñas, de una sola planta, y la más alta tendría solo tres pisos. Todavía sintiéndose agotada por el viaje, Feriha se estiró. Era refrescante respirar finalmente el aire puro del campo. Pero el mayor problema era… el frío penetrante de la montaña. Sopló una ráfaga de viento frío que amenazó con congelarlos como tocones de hielo que sobresalían del terreno. Aunque todos venían con ropa de abrigo, no estaban preparados para un frío como ese. Las chicas pronto comenzaron a quejarse. Incluso a algunos de los chicos les pareció peor de lo que habían esperado. Cuando los aldeanos se enteraron de la llegada de los estudiantes, muchos de ellos, especialmente los niños, fueron a la entrada del pueblo para dar la bienvenida al grupo.

Mientras Feriha y sus compañeros de escuela caminaban hacia los aldeanos, se sorprendieron al darse cuenta de que las caras y las manos de los niños estaban rojas de frío mientras esperaban. Y realmente le llegó al alma a Feriha ver que los niños llevaban ropas de algodón viejas y desgastadas, que estaban lejos de ser suficientes para mantenerlos calientes en un clima tan duro. Peor aún, algunos de los niños llevaban zapatos finos y rotos. Con los ojos muy abiertos, los niños miraban con curiosidad a los visitantes de la gran ciudad. La expectación y el entusiasmo por aprender sobre el mundo exterior se hacía obvio en sus rostros. Detrás de los niños, había un grupo de mujeres mayores o de mediana edad, con sonrisas sinceras y cálidas en sus rostros tostados por el sol. Levantaron sus manos nudosas y saludaron con entusiasmo. La escena conmovió a la mayoría de los estudiantes e hizo que algunos estuvieran al borde del llanto. Nacidos y criados en la riqueza, fue una conmoción verse cara a cara con una pobreza tan extrema por primera vez.  A pesar de que ya se habían preparado mentalmente antes de llegar, las durísimas condiciones de vida aquí eran demasiado perturbadoras.   

Los suministros de ayuda que habían donado llegarían a la aldea mañana, y sería entonces cuando los estudiantes comenzarían su trabajo. Después de saludar a los estudiantes, el jefe de la aldea los llevó con las familias anfitrionas, donde pasarían la noche. Como había quince estudiantes en total, se les dividió en grupos más pequeños para que se alojaran en las casas de diferentes aldeanos. Y algunos estaban en habitaciones individuales. Cuando Feriha vio la habitación que estaba preparada para ella, soltó un suspiro de impotencia. Pero no quería quejarse, porque también había visto las habitaciones de Baris y Mert.

En comparación con sus habitaciones, la de ella era mucho mejor. Las condiciones eran realmente terribles. La habitación era simple, con solo una cama de madera, una mesa desvencijada, una silla, un escritorio roto y un viejo armario. Todo se podía abarcar de un vistazo. Lo único que consolaba a Feriha era que había un juego de ropa de cama nuevo y limpio. Se consideraba afortunada por eso.    Estaba oscureciendo afuera. Después de dejar su equipaje en cada una de las habitaciones, el grupo se reunió en la casa del jefe de la aldea y cenaron juntos. El jefe del pueblo había preparado suficiente comida para los invitados.

En una mesa larga, se servían varios platos, todos preparados con ingredientes frescos de la granja. Había carne de conejo, pavo, cerdo y pescado. Todo generosamente ofrecido por los agricultores de todo el pueblo. Aunque los platos no estaban muy decorados, el aroma despertó el apetito de Feriha. Después de un momento de vacilación, Sarp finalmente tomó la cuchara y tomó un bocado. El resto de las chicas estaban quietas, bebiendo sus tazas de té caliente para entrar en calor. Bülent y Baris, ambos nacidos en la aristocracia, seguían matando el tiempo jugando con sus teléfonos, sin siquiera levantar sus cucharas. Feriha no pudo evitar empujar a Baris y convencerle en voz baja.

_Feriha: “Baris, come algo. ¡Muestra algo de respeto a los aldeanos!”. 😏Ella sabía el sacrificio que debía haber costado a las mujeres que se ofrecieron para preparar las comidas.

💭‘Los aldeanos se sentirán ofendidos si no comemos’💭 pensó Feriha

A regañadientes, Baris frunció los labios, dejó su teléfono a un lado y agarró su chuchara para tomar algunas lonchas de carne. Pero, a Bülent le daba igual y siguió pegado a su teléfono. Nada impresionada por su actitud distante, Feriha puso los ojos en blanco, pero no quería convencerlo.    Como líder del equipo, Mert se dio cuenta de que era su responsabilidad responder a la indiferencia de Bülent y tal vez hablar con cualquiera que pudiera tener pensamientos similares. Así que cuando todos los aldeanos salieron, se levantó para hablar.

_Mert: “¡Oigan, muchachos, escúchenme! Esta gente ha dedicado mucho esfuerzo a preparar esta comida para nosotros. 😒Quizá les parezca que estos alimentos no son lo suficientemente buenos para ustedes, pero para ellos, esto es lo mejor que tienen. Probablemente, solo tienen la oportunidad de disfrutar de una comida tan grande una vez al año, en el año nuevo. Así que seamos considerados, como dijo Feriha. Coman algo y muestren respeto a los aldeanos, ¿de acuerdo?”.   🤨

Después de las palabras de Mert, todos los estudiantes lo obedecieron y se pusieron a comer, excepto una persona…    Una vez más, Feriha puso los ojos en blanco mirando hacia arriba, pero esta vez se le ocurrió una idea.

_Feriha: “Mert, ¿tenemos algo para cargar nuestros teléfonos esta noche?”🤨, preguntó.

Tal vez eso acabaría con Bülent. Él comprendió al instante lo que Feriha quería decir.

_Mert: “No”,😏 respondió, mirando fijamente a Bülent.   

Cuando dejaron su equipaje, toda su atención se centró en las duras condiciones de vida, por lo que nadie se fijó en si había algún enchufe en la habitación. Así que, cuando escucharon la respuesta de Mert, todos cayeron en la cuenta de otro detalle desagradable. Aquello era todo un inconveniente para unas vidas como las suyas, que giraban en torno a sus dispositivos digitales. Pero en ese momento, el jefe de la aldea y los otros aldeanos entraron llevando ollas de vino en sus manos. Al verlos llegar, los estudiantes tuvieron que reprimir sus quejas y comer en silencio nuevamente. Mientras movía los dedos por el teléfono, Bülent miró a Feriha con los ojos entrecerrados.

_Bülent: “¡Estúpida!”, 😑le espetó.   

Obsesionado con su teléfono como estaba, había comprobado si había un enchufe en su habitación y, para su alivio, sí había. Así que podía jugar con su teléfono todo lo que quisiera sin preocuparse de dónde recargarlo.   

Como Bülent no se movía, Feriha sacó su teléfono y le envió un mensaje de texto.

📱…
➡️ “Si no te comes la comida, llamaré al señor Seymen”☑️  le escribió.   

Antes de venir, Levent le había dado a ella el número de teléfono de Bülent, para el caso de que tuvieran que ponerse en contacto entre sí mientras estaban en la aldea. Levent también le había dicho que si tenía algún problema, podía pedirle ayuda a Bülent. Cuando Bülent vio el mensaje de Feriha, le lanzó una mirada de incredulidad, justo a tiempo para atraparla guardándose de nuevo el teléfono en el bolsillo.

_Bülent: “¡Nunca he visto una mujer tan molesta!”😒 maldijo.

No había hablado muy alto, pero fue suficiente para que lo oyeran sus compañeros de clase. Como Bülent miraba fijamente a Feriha, todos comprendieron al instante quién era la molesta mujer a la que se refería. Los aldeanos estaban a un lado, preparando el vino, así que no lo oyeron. Zülal y las otras chicas se rieron entre dientes.    ¿Qué había hecho Feriha para ganarse aquel reproche? ¿Sería algo tan grave como para que Bülent aún volviera a la escuela enojado? Poco convencido por el comportamiento de Bülent, Baris dejó su cuchara y quiso replicar. Pero Feriha lo agarró de la muñeca y lo detuvo.

_Feriha: “No importa. Sigue comiendo”😏, le persuadió ella.   

Al menos, el mensaje de Feriha había calado. Sintiéndose presionado, Bülent ya había tomado su cuchara y comenzó a tomar bocados. Así pues, Feriha pensó que era innecesario dejar que Baris se uniera a la discusión. Sin embargo, de repente una pregunta le vino a la mente. No entendía por qué Levent tenía que pedirle a Bülent que la acompañara.  En medio de la comida, la esposa del jefe de la aldea vino a la mesa después de terminar sus tareas domésticas.

Un estudiante se levantó y cortésmente le cedió su asiento. Pero ella negó con la cabeza y decidió sentarse junto a Feriha. Cuando ella estaba saboreando el sabor especial del vino de brotes de durazno hecho por los aldeanos, supo por fin por qué la esposa del jefe de la aldea eligió sentarse junto a ella. Se dio cuenta de que la mujer del jefe de la aldea la trataba de forma especial. La mujer la saludó felizmente en su dialecto local y sirvió más comida en el plato de Feriha. Aunque Feriha no entendía su lenguaje, podía sentir la hospitalidad en su tono y reprimió el impulso de evitar que la mujer le pusiera más comida en el plato. Al ver que las dos se llevaban tan bien, Baris dijo en broma que la esposa del jefe de la aldea quería que Feriha se quedara y se casara con su hijo. Feriha probablemente tendría una suegra muy cariñosa.   

En medio de las risas, todas las miradas se volvieron hacia Feriha, quien fingió estar ofendida por la broma de Baris.    Después de la cena, el jefe de la aldea los llevó a una celebración en torno d la hoguera. El frío que les penetraba hasta los huesos en el camino, los hizo anhelar tanto en la hoguera que cuando finalmente llegaron, no pudieron ocultar su emoción. Un grupo de chicos y chicas jóvenes vestidos son traje típicos estaban ahí para entretener a sus visitantes con baile y canciones. Emocionados de alegría saludaron e invitaron a los estudiantes para que bailen con ellos.

Feriha  se unió al grupo de baile también. A su izquierda había una bonita muchacha con en traje típico de color amarillo y a su derecha estaba el chico guapo el hijo del jefe de la aldea, también vestido de traje típico y amarrado con el pañuelo en la cabeza. El joven y alguno de los jóvenes aldeanos, tenían hecha la educación básica obligatoria, por lo que al menos tenían los suficiente fluidez en idioma estándar para conversar con los estudiantes. Fue muy divertido poder hablar con los lugareños, hacer preguntas y aprender sobre su cultura. Después de la celebración en la hoguera, Feriha volvió a su habitación, sintiendo que se había divertido. En poco minutos, sin lavarse la cara y se fue a su cama rápidamente.

“Toc toc”. 🚪

Feriha se sobresaltó por un golpe repentino en la puerta. Ya había pasado su hora de dormir habitual y se preguntó quién podría ser a esta hora tan intempestiva. Acababa de desabrocharse la chaqueta y no le quedó más remedio que volver a cerrarla.

_Feriha: “¿Quién es?”😦, preguntó en voz alta.  

_👤: “Jovencita, soy yo”.😊 Sonaba como la voz de la esposa del jefe de aldea.   

Su suposición era correcta. Cuando Feriha abrió la puerta, vio a la esposa del jefe de la aldea y su guapo hijo afuera.    La mujer sonrió agradablemente al ver a Feriha.

_🧕: “Joven, ¿la desperté?”.    😁

Ella negó con la cabeza.

_Feriha: “No, está bien. No me había dormido todavía. ¿Está todo bien?”,😃 respondió, confundida preguntándose la razón por la que estos dos le hacían una visita de noche.   

La mujer se volvió hacia su hijo y él, inmediatamente, levantó algo del suelo y se lo entregó a Feriha.

_👳: “Este es nuestro calefactor eléctrico. Mi madre y yo te lo hemos traído para que no pases frío”,😊 le dijo tímidamente.   

_Feriha: “Pero… no… No puedo aceptarlo. Es demasiado generoso”. 😮

Feriha estaba profundamente conmovida. Por lo que ella sabía, ni siquiera había un calentador de agua en el pueblo. ¿Cómo demonios lograron conseguirle un calentador eléctrico? No quería ser una carga para nadie, pero la esposa del jefe de la aldea no quería oír nada de eso y le pidió a su hijo que llevara el calefactor a la habitación de Feriha. Antes de que Feriha pudiera reaccionar, el joven ya había enchufado el aparato a un enchufe y el suave zumbido del motor llenaba la habitación.   

_Feriha: “¡Muchas gracias! 😒Pero si yo me quedo con el calefactor en mi habitación, ¿entonces ustedes? Pasarán frío por la noche”.😟 Protestó ella, aunque estaba agradecida.

Si estaba en lo cierto, ese debía ser el único calefactor eléctrico que había en todo el pueblo.   

_🧕: “Estamos acostumbrados a este clima, jovencita, pero tú vienes de la gran ciudad. No podrás dormir sin él. Espero que duermas bien. Nosotros nos vamos ya”.😁 Le respondió con una sonrisa sincera.  

Luego, tomó la mano a su hijo y se fueron juntos, dejando a Feriha sola con sus pensamientos. Con el calefactor encendido, la habitación pronto se caldeó. Sentada en el borde de la cama pensando en sus cosas, Feriha incluso olvidó acostarse.

Estaba confusa.

💭‘¿Por qué me trata tan bien la esposa del jefe de la aldea? ¿Será cierta la broma de Baris? ¿De verdad quiere que me quede y me case con su hijo? La verdad es que es bastante guapo. Pero… Estoy casada. Yo ya tengo a Emir. Si ese es el motivo de todo este trato especial, me temo que su deseo no puede hacerse realidad, y tendrá que dejarlo’💭, reflexionó.   

Pero resultó que no podía estar más lejos de la verdad. Lo comprobó cuando la mandaron a buscar un poco de agua caliente. No era solo la esposa del jefe de aldea quien la trataba tan bien. Feriha descubrió que casi todas las personas del pueblo que formaban parte de su vida en este momento eran muy amables con ella. Incluso los propietarios de la casa en la que se alojaba la trataban con un cuidado especial. Cuando salió de su habitación y le dijo a la anfitriona que quería un poco de agua caliente, ella inmediatamente llevó tres termos a su habitación. Y no fue lo único que hizo. Poco antes, también había preparado una nueva palangana y una toalla limpia para Feriha.

Hasta el momento, Feriha no había pensado demasiado en estas cosas, porque creía que todos los demás compañeros tenían lo mismo que ella. La idea se rompió de repente cuando después de lavarse la cara y limpiarse el cuerpo, volvió a meterse en la cama. Para su sorpresa, la cama no estaba fría. Y el calefactor no podía haberla calentado; era demasiado bajo para eso. Feriha se sentó y miró detenidamente a su alrededor. Hasta ese momento no se había dado cuenta de que había una manta eléctrica en su cama.

Y además, alguien la había encendido por adelantado, por lo que ya estaba lo suficientemente caliente ahora. De nuevo, una sospecha surgió en su corazón. Incapaz de contener su curiosidad, sacó su teléfono y le envió un mensaje a Baris y a Mert.

📱…
➡️ “¡Hola chicos! ¿Ustedes dos tienen frío en sus habitaciones?”☑️ Preguntó con cautela.   

Después de esperar un buen rato, recibió la respuesta de Baris.

➡️ “¡Por supuesto que tenemos frío Feri! No podía soportarlo, así que he venido a dormir a la misma cama que Mert”. ☑️  

Antes de que Feriha pudiera responderle, recibió un mensaje de voz de Baris.

🎚️ “¡Colega, menuda mierda! Hace tanto frío aquí que voy a morir congelado. Y encima, ese imbécil de Mert me pidió que me metiera debajo de la colcha para calentarle la cama. ¡Estoy tan cabreado! Pero necesito quedarme con alguien para mantenerme caliente cuando duerma, así que no tengo más remedio que tolerar a este tipo” ☑️.

Aunque sus amigos tenían frío, Feriha no pudo evitar una risa culpable. Se oían de fondo las quejas de Mert en el mensaje de voz y era realmente cómico.

🎚️ “Baris, ¿eres una serpiente? ¿Por qué sigue estando tan fría la cama? ¡Ya llevas un buen rato metido en ella!” ☑️   

A juzgar por sus palabras, Feriha estaba segura de que no tenían una manta eléctrica.  

💭 ‘¿Soy la única que la tiene?’💭 se preguntó.

Para confirmar su suposición, también le envió un mensaje a Zülal. De todos modos, no podría dormirse hasta que no resolviera todo el asunto.

➡️ “Zülal, ¿estás dormida?”. ☑️  

Muy pronto, recibió el mensaje de voz de su prima. Todos tenían demasiado frío para escribir con sus pulgares.

🎚️“¿Es eso una pregunta? Hace tanto frío en este horrible lugar. ¿Cómo diablos se supone que voy a dormir? No debería haber traído comida para los niños. Debería haber traído algo para mantenerme caliente, como una manta eléctrica. Ni siquiera quiero meterme en esta cama helada…”. ☑️   

Feriha hizo una pausa.

Después de todo, Zülal era su prima. Ella no quería que se resfriara o contrajera una enfermedad grave, así que le respondió con un mensaje.

➡️ “Si no puedes soportarlo, ¿qué tal si vienes a mi habitación y dormimos juntas?” ☑️   

Después de esperar unos dos minutos, Feriha recibió la respuesta de Zülal. Esta vez, había recurrido a un texto.

🎚️ “¡De ninguna manera! ¡Nunca dormiré en la misma cama que tú! ¡Quién sabe a qué huele tu cuerpo! Imposible. ¡Maldita sea! ¡Qué sitio de mierda! Ni siquiera puedo encontrar una manta eléctrica en ninguna parte” ☑️

💭‘¿Huelo mal? ¡Muy bien! ¡Entonces quédate en tu cama fría!’💭. Feriha, muy enfadada, repitió la frase de Zülal exasperada.

Dejó de preocuparse por ella y decidió dormir.   

Continuará…!

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