—¡Hasta el amanecer!
—¡Hasta el amanecer!— respondieron el resto de los asistentes a la fiesta, agolpados como ratas al borde de una alcantarilla, inquietos.
¿Qué día era?, ¿Jueves?, ¿Domingo? no tiene idea, hace quince noches que no ha llegado a dormir a la pensión. Generalmente amanece fuera de los clubes a los que asiste, despertada por lo rayos de sol quemándole la piel mientras amanece sobre el suelo de cemento, de ahí, generalmente va a casa de alguna de sus amigas, inhalan un par de líneas blancuzcas y se meten a duchar para luego llenar con alguna porquería sus estómagos y ganar algo de tiempo sobrias antes de su próxima fiesta.
No le gusta estar en la pensión, tiene cosas más importantes que hacer además de escuchar a las hipócritas de sus compañeras cacarear sobre sus "súper importantes" trabajos y carreras. Como, por ejemplo, seducir al hombre pelirrojo en la barra.
Tambaleándose sobre sus tacones de aguja porque ya lleva media botella de vodka encima, camina hasta el muchacho que mira desinteresado sus alrededores; chicas en minifaldas parecidas a la de ella lo rodean, pero ninguna con la piernas que siempre ha presumido tener. También varias lentejuelas se debieron desprender de su vestido, pues tiene un par en las palmas sudorosas y otras pegadas a los brazos como estrellas titilantes en medio de la luces neones del lugar.
Él es aún más guapo de cerca, tiene una linda barbilla prominente y unos ojos verdes para morirse. Anna se ve fácilmente a sí misma bajo ese cuerpo atlético que da la pista de guardar bajo esas capas de ropa apretada. El hombre la mira en cuanto Anna se planta frente a él y le sonríe en cuanto ha terminado de barrerla con la mirada. Siempre caen.
—¿Nos conocemos?— Dice con mayor claridad de la que ella jamás podría estando así de ebria, se nota que él es el más sobrio de los dos. Una sonrisa engatusadora le estira el rostro a Anna y se inclina, procurando que el desconocido no se pierda un solo ángulo de su escote.
—Nop,— ríe — pero eso se podría arreglar...Soy Anna.
Él vuelve a escanearla y extiende su mano a ella segundos después.
—Hans.
Nombre de anciano... meh. Nunca lo volverá a ver.
—¿Y... eres de por aquí?— algo de juego previo y pronto estarían besándose en cualquier rincón apartado, espera que sea pronto, porque le urge ir al baño y de paso vomitar.
—No, en realidad sólo estoy de visita. ¿Y tú?
Anna se encoge de hombros y apoya sus manos sobre los brazos del otro que se tensan ante el contacto.
Vaya bíceps.
—Ahorrémonos introducciones, ¿Sí?— se acerca sigilosamente a su oído. —Vamos mejor a un lugar más privado.
La mano grande de Hans serpentea por su espalda y peligrosamente cerca de la curva de su trasero. Son expertas y no puede esperar ver qué tanto. Hace tiempo no tiene un buen polvo, incluso recuerda con gracia la vez que se consiguió uno sólo para evadir las molestas llamadas de su hermana al otro lado del país, probablemente en sus intentos de recordarle que es mejor que ella y sermonearla por cualquier estupidez. Típico de Elsa.
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Sisters' loving (Jelsa, Kristanna)
FanficAl morir sus padres, Elsa y Anna tomaron caminos distintos. Elsa como la heredera de la empresa familiar, con una vida exitosa y estable. Y Anna como un espíritu libre que odia las responsabilidades y encuentra perfecto orden en su desorden. ¿Y si...