❝Eternidad❞ ©

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La sensación de incomodidad por la actitud de su amado, paso a un segundo plano cuando Ink lo comenzó a arrastrar hacia la sala. A veces le era tedioso su cambio de actitudes, primero se portaba indiferente cuando le dijo que quería ir con él a ese evento, pero ahora se mostraba emocionado de llevarlo y hacerle un traje para la ocasión.

Nightmare siempre prefirió percibir lo que sucedería, analizar las cosas, así tener un control mayor de los sucesos, ese era un motivo el porqué odiaba tanto a su hermano, Dream intervenía en sus planes. Con Ink la cosa cambiaba, si bien le dio libertad de corromper, lo limito hasta cierto punto y él lo sabía bien, pero no podía odiarlo, en eso consistía las relaciones, ¿no?

Su pintor no deseaba que se corrompieran más mundos, Nightmare debía hacerlo, por lo que establecieron ese tratado, corromper lo suficiente, para que pudiera alimentarse, pero sin causar un daño permanente al universo o línea temporal.

No debían cambiar su ser, pero si comunicarse y llegar a un acuerdo para funcionar, fue lo que hicieron para seguir aquella relación.

Volviendo a lo del traje...

El sumiso, no la estaba pasando de lo más bien que digamos.

Ink revisaba unas revistas de ropa casual, pero, aquella reunión era elegante y si no fuera porque el de ropas moradas reviso a detalle, hubieran sido los únicos con ropa inapropiada. El pintor se dejó ayudar por el ajeno para que solo se quedasen con las revistas de forma elegante o formal a lo mucho.

Ya inspirado.

Ink tomo a amado.

Hermoso.

Sensual.

Suculento.

Divino.

Bonito.

Bello.

Excepcional.

Fascinante.

Escultural.

Según él.

Pincel, al cual llamaba con amor Brommie, Nightmare juraba que trataba mejor a ese pedazo de madera con pelos que a él, claro que esto lo decía en broma, no le molestaba, aunque era una realidad. Bastante cómica.

No tardo en sentir en su cuerpo con una capa de pintura fría que poco a poco se iba solidificando en una tela fina morada, era muy pesado, al abrir sus cuencas, se fijó el... Vestido.