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Estoy llorando mientras escribo esto ush


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En aquel cuarto de color blanco, lleno de pitidos y ruidos de maquinas, donde los olores a cloro, detergente y sufrimiento, te hacen sentir frío, angustia, y un vacío enorme, se encuentra un castaño, tratando de tranquilizar a una señorita pelinegra, quien llora al costado de la cama de su hijo, lleva dos días sin quitar la mirada de su retoño, dos días donde no puede aceptar que su hijo pudiese morir a causa de una enfermedad intratable en esa pequeña y casi remota ciudad. 

Una verdadera lástima, un verdadero y profundo corazón ¿Cómo no se dio cuenta de que su hijo estaba mal?

-Emma...-Una mano se poso en su hombro, la mujer alzo su cara, mostrando su dolor, con unas bolsas negras debajo de sus ojos cafés, con los rastros de las lágrimas aún cruzando por sus mejillas, se veía demacrada, con sus ojos brillando en desesperación -Vamos cariño, necesitas dormir... -Su pareja le extendió la mano, mano que fue apartada de un golpe. 

-¿Irnos?, ¡No!, no me voy a ir -la mujer se comenzaba a exasperar- no lo voy a dejar sólo, ¿Y si sucede algo en lo que no estamos? -Se paró de la silla encara a su novio, quien con la mirada le suplica ayuda al castaño que no había intervenido para nada. 

-Amor tranquila, nada malo le va a suceder aquí en el hospital -Trato de abrazar a su mujer quien sólo le gruño -Aparte se quedará Adrian a cuidarlo el verá que nada le pase ¿verdad? 

El chico peli-café asintió cosa que tranquilizó un poco a la mujer, quien fue abrazada por su pareja, sacando un suspiro, estaba cansada definitivamente, y tenía hambre -¿Vamos por comida? -Su prometido asintió -¿Adrian quieres algo? 

-No gracias señorita Emma, así estoy bien. 

La mujer asintió saliendo aún devastada con su marido de aquellas cuatro paredes blancas, el castaño se corrió al asiento que la mujer ocupaba minutos atrás, no veía al chico que está en la camilla, sólo ve el suelo, sintiendo sus ojos picar, le es doloroso ver a su amigo de esa forma, le toma la mano y le hace círculos en la palma, no para relajar al chico frío que no lo siente, si no para calmarse a él mismo,  no puede ver al suelo para siempre, y lo sabe, pero no está listo para darle cara a la verdad, han pasado dos días desde que la mamá del chico le llamo para contarle la noticia y que vaya a verlo, dos días donde estuvo consolando a la mujer que le dio la vida a su mejor amigo sin ver a otro lado que no sea el piso o el techo, soltó un bostezo estaba cansado, no había pegado el ojo y la silla en las que se encontraban no eran muy cómodas, cerró sus ojos y subió la cabeza sin dejar de agarrar su mano, escuchando el respirador artificial trabajar por él, escuchando el característico (y fastidioso) sonido de la maquina de los signos vitales al otro lado de la cama, sus ojos se abren con miedo y tristeza, la vista es deprimente, es dolorosa y sofocante, y se describiera con un color sería gris, un gris que te cala hasta los huesos, enfrente de él, una camilla, y en ella su mejor amigo, con tubos por casi todo el cuerpo, con electrodos que lo conectan a las maquinas para mantenerlo vivo, su piel pálida y fría, con un respirador y sus bonitos ojos caramelo cerrados, se ve tan tranquilo, tan sereno, tiene puesta una de las típicas batas de hospital, pero en la parte de abajo de su cuello, iniciando el pecho se ve la cicatriz de la operación que con trabajo le logro salvar la vida, o darle un poco  más de tiempo como había dicho el doctor, en la mesa del costado aún se logran apreciar el racimo de lilas que salía por su boca y le impedían respirar, ya marchitas y sin ese color que al castaño dormido extrañamente le encantaban.   

-Hey... hola ¿Tanto tiempo sin vernos no? -Ríe amargamente esperando una respuesta que no llegará -Veo que conseguiste amigos nuevos, estoy muy orgulloso porque eso quiere decir que socializaste -lágrimas se asomaban de sus ojos amenazando con salir - recuerdo que te aterraba el socializar, y más cuando apareció el extraño de ojos lilas como se llama ¿Duxo?, sí -Vuelve a reír con una sonrisa triste en sus labios, y sus ojos nublados por las lágrimas -¿Te acuerdas que no le podías hablar? Siempre supe que había lago diferente en ti, y no me molestaba, era nuestro secreto... er_-Se rompe en llanto abrazando la mano de su mejor amigo, recordando todos los momentos que pasó junto a él -Aquini ¿Si vas a despertar verdad aquini? 

Su llanto dolido se escuchaba en todo el cuarto y lastimaba a quien lo oyera, incluso a la enfermera que entro a cambiar las bolsas de suero y medicamento que mantiene estable al castaño de ojos miel, tantos años sin saber de él, tantos años sin verlo y reencontrarse con él de esa forma, era devastador... 

[...]

"Su hijo está sufriendo de una enfermedad muy rara" -Comentó el doctor, su madre jadeo -"No podemos intervenir de manera quirúrgica tantas veces, sería peligroso" -Bajó su vista al chico de la camilla 

-"¿Pero que es lo que tiene?"-Pregunta Adrian

-"Se llama hanahaki, es antigua y rara, más no podemos hacer nada por el chico, no tenemos forma de tratarlo, y... sinceramente no tenemos ni la menor idea de como se cura" -La mujer se molesto por lo dicho, ¿Cómo era eso posible? -Podemos darle más tiempo de vida y quitarles las flores que nacen de su sistema, pero no podemos arrancarlo es muy peligroso sin preparación"

-"Y ¿al menos sabe porque se d_" -Indagó Adrian, la mujer no podía retener las lágrimas

-E...Es decir ¿Mi hijo va a morir? -lo interrumpió, sacando un suspiro del doctor cosa que la asusto y enojo más. 

-"Se debe a un amor no correspondido, cuando la persona ama con mucha profundidad esta enfermedad se presenta y es mortal..."- Una enfermera llamo al doctor quien se retiró sin contestar la pregunta de la señorita de cabellos negros, pero su silencio le dio la respuesta, y con el corazón hecho trizas se sentó a esperar a que su hijo despierte, pero antes de retirarse por completo, se giro a Adrián quien podría aceptar un poco mejor la noticia que le daría -: No estoy seguro, pero si despierta, dependiendo de cómo se desarrolle y sus emociones, a su amigo, le quedará por lo menos, cuatro meses de vida -Hizo una mueca y desapareció por los pasillos. 

Adrián quedo destrozado, ¡No!, Claro que no lo había digerido de la mejor manera, Emma lo abrazó y dejó que este se deshagora en su hombro, llorando, ¿Porqué cuando al fin lo volvió a encontrar el destino quiere quitárselo de nuevo?, ¿Porqué él?...

𝐌𝐢 𝐔𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨 𝐏𝐞́𝐭𝐚𝐥𝐨 | 𝐃𝐮𝐱𝐢𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora