A ver... La mejor forma de empezar esta historia, sería con mi posible primer contacto con la magia.
En este caso, corriendo a mi colegio.
Ahora es cuando me preguntarás: ¿Por qué estabas corriendo?
Bueno, tengo dos razones bastante comprensibles:
Número uno: iba tarde a clase.
Número dos: tenía un grupo de polis Cyb persiguiéndome.
No, no soy un criminal (o al menos no aún, en este punto), tampoco robé nada.
Soy Zack Whexler, un dramonigiano (ya sabes, lagartos producto de un experimento en el cual habían reptilianos y elfonics involucrados) que no sabe mucho sobre pelear pero que es bastante rápido.
Y también lo suficientemente listo para tender emboscadas de huida.
Mientras corría me metí en un callejón, ocultando el tras unos cubos y revisando en mi bolsillo, de donde saqué una de mis bombas de humo térmicas. ¿Que es una bomba de humo térmica? Es una bomba de humo la cual expulsa un gas bastante cálido, lo suficiente para confundir sensores térmicos y la vista normal.
Es muy difícil para la mayoría de especies ver a través de ellos, y solo los dramonigianos, algunas razas de furrnester y los reptilianos son capaces de ver a través de ella. Supongo que es debido a nuestro olfato mejorado o algo así.
Usualmente compro una semanalmente, a un señor en mi barrio al cual conocemos como Fergus. Luego esta la copiaba en una impresora 3D. Por suerte, casi todas eran funcionales al final del proceso.
Después de agarrar una que se veía prometedora, salte sobre los contenedores lanzándo la bomba de humo como si fuera una piedra a la cara de uno de los cybs.
Eso es inteligente y a la vez estúpido, ya que estos seres hasta cierto punto pueden reconocer la valía de alguien si ese alguien les da buena pelea. De la misma forma, pueden reconocer ese combate como una amenaza de un nivel superior al original y... Bueno... Más o menos una semana después habrá un nuevo ataúd con flores. O un nuevo paciente en un hospital.
De forma que la bomba rebotó en la cara del Cyb. Este se frotó sus implantes mecánicos que le permitía visión térmica y nocturna como si alguien frotándose la frente después de que le metieran un piedrazo.
Los cuatro (tres Cybertecks y un dramonigiano) nos miramos unos segundos esperando a que pasará algo. Yo en posición de lanzamiento y ellos mirándome con aparente confusión. Entonces empezó a salir humo de la bomba, el cual bloqueó la visión de los cybs, quienes se quedaron quietos esperando órdenes (eso es un comportamiento "natural" está en su código o entrenamiento el quedarse quietos si no detectan su objetivo).
Esos preciados segundos los aproveche para subir a los tejados y empezar a correr por estos, espantando pájaros y tropezando con cubos de agua que no alcance a ver. Por suerte, parece que me había logrado deshacer de los cybs, lo cual era algo genial.
Los techos eran variables, ya que algunos eran más altos que otro y me obligaban a escalar por una pared, pero en general, lo tenía bastante fácil, había hecho esa ruta verías veces (tanto en peligro de ser atacado como simplemente porque no quería un sanción escolar).
Por cierto. Aún no he dicho porque me perseguían.
Bueno, por esa época no lo sabía, por lo que solo pude suponer dos cosas: ahora tenían una política de captura de estudiantes que no estaban en sus clases. O me habían confundido con algún criminal (dicen que los dramonigianos nos parecemos mucho). Algún día presentaría una queja sobre el defectuoso sistema de reconocimiento facial que tenían esos bichos.
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El futuro de la magia (libro uno) (Ver 1)
Science Fiction(Trama finalizada, en edición) Zack. Un nombre normal para alguien normal. Pero... Incluso los más normales pueden resultar ser únicos o raros. ¿Un ejemplo? Zack Whexler. El Dramonigiano promedio. Que de repente, descubre que la magia... ¡Si existe...