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Los tres nos amontonamos frente a la a ventana para poder ver la luna en la que viviríamos ahora. No pudimos ver el resto del sistema (estábamos ocupados respondiendo el test), pero la verdad, no importaba. El lugar que veíamos por la ventana lo compensaba. Una luna orbitando alrededor de un planeta más grande. El planeta orbitaba lentamente alrededor de una estrella artificial, la cual tenía un montón de "hilos" de luz amarilla que salían de otras lunas y unos pocos planetas.

- wow... ¿Esto es ese planeta al que nadie ha llegado? ¿El que aparece en casi todas las noticias?

Dije aún mirando el lugar. Era muy diferente a como lo describían las noticias. No era solo un lugar vacío pero en el que podía haber vida. Era todo un mundo poblado, funcional y con múltiples ecosistemas por planeta. Cada ecosistema tenía una especie de fusión con tecnología, de forma que parecía un planeta Cyborg. Pero no un planeta Cyborg gigante, metálico, aterrador, que lanzaba rayos verdes para destruir otros planetas. No, un planeta en el cual la tecnología se apoyaba en la biología y viceversa para que todo estuviera en pie. La madera no se usaba para conseguir metal. La madera se usaba para "cooperar" con el metal para poder mantener la vida. Era bello verlo, y espero que algún día toda la belleza de ese mundo mágico pudiera verse en todos los sistemas.

Perdón, divagué un poco con mis esperanzas y sueños.

sigo viva y consciente ¿Verdad?

Escribió Kajila. Xifi le dió una especie de palmada en la espalda sin fuerza.

– sip. Lo estás. ¡AY!

Kajila lo pellizco usando dos rosas de los vientos. Pareció que le molestó la palmada.

Empezaron a perseguirse como un par de niños. Sonreí un poco al verlos corretearse como infantes. Luego suspiré mirando por la ventana ese bello mundo.

Era muy bonito el lugar. Habían muchas cosas que ver, aunque dudaba que en mi vida o la de cualquiera se pudiera conocer todo. Solo los creadores sabrían que secretos podrían encontrarse en esta misteriosa luna.

Y entonces escuchamos una voz por unos megáfonos invisibles.

<<Damas y caballeros, estamos a punto de llegar. Vallan a la rampa de recibimiento para poder salir y así ir al tren. Tengan en cuenta que las turbulencias pueden hacerlos caer, asegurese de estar agarrados de algo.>>

No estaba muy seguro de dónde quedaba, pero pensaba que sería en el lugar que desperté después de ser reclutado.

Mire a mis compañeros y asentimos. Luego caminamos hasta llegar a la rampa, en dónde habían varias sillas. Antes de que mis tres amigos y yo escogiéramos un lugar, un montón de estudiantes nos separaron moviéndose en múltiples direcciónes para poder tomar asiento.

Fui arrastrado de múltiples formas hasta acabar sentado junto a un chico que miraba por la ventana algo aburrido. Revisaba un libro pero cuando notó que me acercaba guardo el libro en una maleta que tenía bajo el.

Nos quedamos un minuto callados hasta que el dijo:

– ¿eres el dramonigiano?

Preguntó el ser humanoide mientras se volteaba a verme.

Era un ser de pelo negro y piel gris. Tenía una especie de tentáculos en lugar de manos, y carecía de piernas, en su lugar tenía un montón de tentáculos también grises, más parecidos a algas con grosor que a extremidades de pulpos o calamares, que salían de su torso, que tenía también una cabeza. Reconocí su especie, era un kminter, que eran un torso y una cabeza, que en lugar de brazos y piernas tenían una especie de tentáculos que podían usar para nadar, agarrar cosas y cualquier otra cosa que se haría normalmente con brazos, manos y piernas. Eran una especie casi tan misteriosa como los Otor. Pero de los kminters si sabemos que no beben sangre.

El futuro de la magia (libro uno) (Ver 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora