Otra mañana de otoño que me despierto con resaca por la salida al boliche con mi mejor amiga Roció. Que tonta, todavía no me eh presentado, mi nombre es Lilith Rodríguez, un nombre que a mi mamá le encanto ponerme, la que se rebeló contra dios, la que fue creada igual que Adán pero que no quiso seguir sus reglas, la que no se deja dominar por ningún hombre. La verdad que ese nombre queda perfecto con mi personalidad y mi apariencia. Tengo 23 años, mido 1,70, si ya se, muy alta para ser mujer, pero me da igual la verdad. Mi apariencia física es muy común, tengo el pelo rizado castaño con algunos reflejos en rojo, ojos saltones y de color marrón, una nariz respingona, una boca ni muy grande ni muy pequeña, no soy ni gorda ni flaca, soy una chica normal.
Revise bien como había quedado el cuarto de mi amiga después de haber estado preparándonos durante dos horas para salir al boliche, en la cama se encontraba Roció dormida boca abajo con el top rojo y el short negro que se había puesto para salir. En el escritorio donde debían estar los apuntes de la universidad, estaba la planchita del pelo, el maquillaje, ropa que no nos habíamos querido poner, un paquete de cigarrillos vacío, vasos que debían tener el vodka que nos habíamos tomado antes de irnos porque había llegado el Uber.
Me senté en el colchón que estaba tirado en el piso mientras me refregaba los ojos, manchándome los dedos con el rímel y el delineador que me había puesto la noche anterior. Me fijé si había llegado a poner el pijama la noche anterior o hice como Roció y me acosté con la ropa del baile. Todavía tenía puesto el vestido negro que me había puesto para el boliche, busque por el piso y una de mis botas estaba bajo la silla del escritorio y la otra estaba debajo de la cama, por lo visto de la borrachera que tenía tire las botas por cualquier lado apenas llegamos.
Me acomode un poco el pelo con las manos y me levante a buscar mi celular que lo veía arriba del escritorio, junto todo al quilombo que habíamos dejado. Al agarrarlo y ver que eran pasadas las 2 de la tarde, me acerque a despertar a Roció, era nuestro día libre, pero teníamos que ir a comprar cosas para la universidad que necesitábamos para la clase de mañana.
-Roció despertarte son pasadas las 2 amiga- le dije con una voz muy rasposa, dándome cuenta que la noche anterior me había quedado sin voz.
-Mmmmm... déjame dormir Lilith- dijo mientras se daba la vuelta para seguir durmiendo.
Suspire frustrada, siempre era lo mismo con ella cuando era cuestión de levantarla.
-Roció tenemos que ir a comprar las cosas para la clase de mañana, todavía no lo compramos y ya bastantes problemas tenemos con esa profesora como para que nos diga algo por no comprar los materiales que pidió hace una semana- le digo frustrada, mientras buscaba algún cambio de ropa para poder bañarme para sacar todo rastro de maquillaje y resaca que me quedaba en el cuerpo.
-Déjate de joder amiga, ya esa bruja nos tiene entre ceja y ceja, comprar o no los materiales no va a cambiar las cosas-me dijo mientras se sentaba en la cama y buscaba el celular con la vista, sin darse cuenta que estaba en el escritorio- ¿viste mi celular?
-Amiga, está al lado tuyo, en la punta de escritorio-le dije mirándola, mientras buscaba el cepillo del pelo para poder meterme a bañar de una buena vez. - Me voy a bañar, vos anda a preparar un par de tazas de café así se nos baja la resaca y podemos ir a comprar eso al centro.
Abrí la puerta del cuarto y fui directo al baño, cuando me miré al espejo me di cuenta que fue una buena noche, tenía los ojos brillosos por la falta de sueño, el maquillaje todo corrido y el pelo completamente despeinado, parecía un nido de pájaros, es gracioso como nos re arreglamos para ir al boliche y después cuando volvemos estamos irreconocibles, como si nos hubiera pasado un camión por encima. Me reí tras ese pensamiento, deje la ropa en el lavamanos y abrí el agua caliente de la ducha para que se vaya templando en lo que buscaba un poco de música en mi celular.
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Una historia de amor real...
Teen Fictionpara todos los que se quedaron con las ganas de leer un libro donde sientas que enserio te pueda pasar, donde cuando lo termines de leer, sientas que todo lo que leíste enserio te pueda pasar, talvez no es el típico cliché, pero enserio espero les g...