Capítulo 3: Esto o aquello

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—Lo viste dos veces, ¿y ya te enamoraste?—el amigo de Soobin, Hueningkai, bromeaba como siempre lo hacía. Él negó rápidamente, con un risa tonta escapando de sus labios.

—Solo me preocupa, no inventes tontearías—se defendía Soobin—Y no hables de esas cosas como si estuvieras gritando, los demás podrían oírte.

—Estoy comenzando a sospechar de que tu tren se está desviando.

—¿Y qué si se desvía? No es tu problema.

—Lo será, ¿Quién tendrá que cuidarte entonces? después de todo eres mi chicle—Hueningkai rio—además eres muy llorón cuando te molestan.

—¿Quién dice que tengan que saberlo los demás, Huening?

—¿Entonces estás admitiendo que eres gay?

—Todos a veces somos un poco gay en nuestras vidas, amigo—Soobin palmeó su hombro—Incluso tú.

—¿Yo? Disculpa, no me incluyas en tu oración—Hueningkai se levantó del banco en el cual ambos habían tomado asiento por el receso de la escuela.

—Todavía estamos descubriendo nuestra sexualidad, en algún momento dudarás.

—¿A ti ya te pasó?

—Tal vez...

—¡Lo sabía! ¡Te gusta el chico del puente!

—¡No, Huening! ¡No seas tan impulsivo y saques tus propias conclusiones!

—Oh, vamos, Binnie—el nombrado volvió a sentarse en el banco—Te conozco, eres mi chicle, además, todo lo que haz hecho en la semana ha sido hablar de él.

—¿Y por qué lo relacionas con que me gusta?—alzó una ceja—Te dije que solo me preocupa, su vida está dependiendo de sus emociones y no tiene a nadie que lo cuide.

—¿Acaso es huérfano?

—Huening—dijo en un tono fuerte—No juegues con eso.

—Está bien, lo siento—exhaló.

—El punto es que quiero acercarme a él para que no se sienta solo y ser su amigo—Soobin de repente miró hacia abajo con un puchero en sus labios—Él está mal, por más que de su boca no salgan palabras de auxilio, yo lo puedo notar en su mirada. No quiero que haga una estupidez. 

—Eres raro.

Huening podía decir lo que quiera, pero eso no se interpondría en su forma de pensar sobre Beomgyu. Ese chico realmente tenía ese no sé qué que le provocaba cierta empatía, su mirada seria era la más inocente que vio en toda su vida; cuando lo miraba a los ojos se podía ver todo el dolor que era incapaz de expresar verbalmente. Y su risa, a pesar de que siempre carcajeaba por cada cosa que dice, no transmitía esa alegría, era mas como una manera de forzarse a si mismo a creer que estaba siendo fuerte y demostrarle a los demás que todo estaba bien. Para Soobin, Beomgyu estaba haciendo un muy buen trabajo en ocultar su verdadero yo y, de esa forma, también, proteger sus sentimientos. Soobin pensaba que Beomgyu era genial.

—¿Qué? ¿Por qué sonríes?—preguntó Huening luego de ver a su amigo esbozar una enorme sonrisa en sus labios, sin siquiera haber dicho alguna palabra—¿Ya se te zafó un tornillo?

—No, por nada—respondió—Solo me acordé de algo.

—Ni pir nini—se burló Huening, él sabía muy bien por qué su chicle se comportaba así. Había sido estúpido preguntar—No me digas que estás pensando en volver a ver a ese chico—agregó, luego de que presenciara esos ojos brillantes junto con esa sonrisa resplandecer de forma innata.

—¿Qué si lo estoy pensando?

𝐒𝐮𝐜𝐡 𝐈𝐝𝐢𝐨𝐭||𝐒𝐨𝐨𝐆𝐲𝐮||𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora