𝐒𝐮𝐜𝐡 𝐈𝐝𝐢𝐨𝐭||𝐒𝐨𝐨𝐆𝐲𝐮||𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧

Capítulo 4: Podría ser tu (boy) friend

—Aquí está tu paga. Buen trabajo, Beomgyu. Me alegra que podamos contar contigo siempre—dijo su jefe al mismo tiempo que le entregaba un sobre. El nombrado lo tomó con ambas manos agradecido—Nos vemos el lunes.

—Muchas gracias, jefe. Lo veo el lunes.

Beomgyu se sentía de dos formas, bien porque le habían pagado, y mal porque tendría quedarle su dinero a su padre. Y no es como si lo fuera a utilizar en algo productivo, y eso es lo que más le molestaba. Todavía tenían que pagar el alquiler, para eso estuvo ahorrando durante todo el mes, pero parte de ese dinero se lo tendría que dar a su padre porque de lo contrario pasarían cosas malas. Básicamente, él mantenía a su padre.

Beomgyu caminaba en silencio por la oscura y solitaria noche, él estaba enfocado en sus pies mientras pateaba una piedrita para matar el tiempo hasta llegar a casa. De esa manera, cruzó por el puente por el cual siempre pasaba, se distrajo por un momento al ver a una persona casi al final. Ahí era donde él siempre tomaba asiento para reflexionar y de paso, darse cuenta de lo cobarde que era. Al acercarse un poco mas, pudo reconocer aquella figura, incluso sin ver su rostro supo de quien se trataba.

—Esa no es la manera correcta de ponerte a pensar, Soobin—habló Beomgyu cuando se encontró en una distancia considerable. El chico a quien le dirigió la palabra volteó.

—Tu manera de ponerte a pensar da miedo—respondió—Creí que había llegado tarde para verte.

—¿Querías verme?

—Solo estaba caminando a casa, así que supuse que estarías aquí—Soobin habló mientras se alejaba del barandal en el que estaba recargado.

—Pues, aquí estoy—Beomgyu sonrió sin mostrar sus dientes.

—Pues, aquí estás—Repitió. Se quedaron mirando por unos segundos, sin siquiera moverse o agregar algo más. No se sentía incómodo estar de esa manera, pero considerando que eran casi las once de la noche y ellos estaban solos en puente, era necesario hablar—¿Quieres que te acompañe a casa?

—Bueno, de todos modos, vamos en la misma dirección.

Si bien Soobin no esperaba esa respuesta, fue suficiente para él. Beomgyu colocó sus manos dentro de las carteras de su chaqueta e indicó con su cabeza que podían comenzar a caminar. El resto del camino se dio en silencio, ambos no sabían exactamente de qué hablar—o sí, pero de repente los invadió la timidez—y las cuadras se hacían cada vez más cortas. A Beomgyu, por alguna razón, le palpitaba el corazón bastante rápido, así que quiso suponer que era por los nervios, pero luego de pensar, se preguntaba exactamente: ¿nervios de qué? Conocía muy poco a Soobin, pero con la poca información que poseía sabia que no era una mala persona, entonces no tendría que haber un por qué de estar nervioso.

—¿Qué harás mañana, Beom?—preguntó el más alto para romper el hielo.

—No lo sé—contesto él nombrado con una mueca en sus labios tratando de ignorar el apodo con el que lo nombró—No soy de tener muchos planes para los fines de semana. ¿Por qué?

—Salgamos.

—¿A dónde?—preguntó intrigado. Soobin detuvo su andar de golpe, a lo que Beomgyu quedó a unos pasos más adelante que él. Una farola de la acera los iluminaba, el rostro del más alto lucía más brillante de lo usual.

—Por ahí—respondió Soobin—Yo tampoco soy mucho de hacer planes pero tengamos uno mañana.

Beomgyu sintió un cosquilleo recorrerle el estómago, luego se detuvo en su garganta para finalizar en sus labios en un gran sonrisa. No era muy común que alguien lo invitara a algo; por lo que ahora era emocionante saber que Soobin lo tenía en cuenta.

—Está bien—aceptó Beomgyu.

—Podríamos ser más que amigos si salimos juntos.

—¿Más que amigos?—el pelinegro alzó con sorpresa ambas cejas.

—¡Más amigos! ¡Podríamos ser más amigos!—se corrigió al instante. Beomgyu soltó una pequeña carcajada, a la vez que provocaba que a Soobin se le pusieran las mejillas de un leve color rojo.

—Beomgyu de repente se sintió acalorado, si bien Soobin se había equivocado al poner una palabra de más en su oración, no pudo evitar emocionarse. Y justo ahora, el de mayor estatura se veía increíblemente adorable con ambas mejillas sonrojadas y una expresión vergonzosa en su rostro. Era lindo.