Daddy ; r.d

Human

Rubius

Quiero despertar de esta pesadilla, quiero que alguien me diga que su muerte es falsa que ella está en algún otro lugar sana y salva y que no está enterrada, quiero que ella aparezca por esa puerta, quiero que ella vuelva. Quiero morirme.

-En serio creo que es una tontería -dijo cruzando los brazos y frunciendo el entre cejo- No ire.

-¡Vamos! Estamos en Los Ángeles -la anime pero ella seguía ahí mirándome seria.- Yo sé que quieres ir.

Estábamos de visita, Emma iba a cumplir 5 años recién y nuestro hotel quedaba cerca de la playa, claro como buen esposo que soy decidí darle el mejor regalo a mi queridísima esposa, ya saben cuál es.

-¡No iré a la playa! -ahora creo que esta algo enojada.

-Pero mira a Emma, ella si quiera ir -agarre a la pequeña y puse en frente de ella.

-¡Mami, yo si quiero ir! -grito y ella se rio.

-No utilices a mi hija para controlarme, Doblas -dijo y tomo a la pequeña para sentarla en su regazo.

-También es mi hija ¿O se te olvida? -me senté a su lado, oculto su rostro detrás de Emma quien jugaba con sus mano. Me le acerque a su oído y le susurre- Te amo.

-¡RUBIUS, DESPIERTA! -grito alguien, al instante desperté. Era un sueño.

-¿Ah? -solo dije eso, que brillante que soy- Eres tu ¿Que sucede?

-Son las 9:30, tenía que deportarte o ya iba a pensar que te moriste. -dijo.

-Gracias, Valerie. -me levante del sofá, agache la cabeza hacia el suelo. No sé por qué esto se me hace muy difícil pero creo que hacer esto va a hacer lo más fácil.

-Rubius, ¿te pasa algo? -pregunto preocupada, la mire y la tome del brazo. Se asustó de inmediato. Llevaba un vestido floreado, bailarina negra y una trenza a un costado.

-Valerie, ayúdame a olvidarla por completo -le dije.- Ayúdame a no morir todos los días por no estar junto a ella.

[En esos momentos]

-¡Miren! Es la niña sin mamá -un grito se escucho cuando Emma y Marcos entraron al aula, casi al instante todos rieron y comenzaron a burlarse, menos dos niños aparte de ellos.

-Cállate -murmuro Emma a la vez que agarre de las tiras de la mochila

Marcos solo miraba, impotente. Era eso, él no podía hacer nada porque él no era un niño violento, era tranquilo al punto de no hacerse notar en el transcurso de las horas escolares y en casa era casi invisible.

Las burlas comenzaron solo porque la niña no tenía mamá, ella sabía que su madre estaba en un lugar mejor.

-¡DEJALA! -otra voz se unió y al instante el niño se encontraba en el piso con una mochila en la cabeza. Todos quedaron en silencio, el maestro aun no parecía y eso era mejor, la niña se giró hacía el resto y dijo- Dicen una palabra y les va a ir peor.

Ambos alzaron sus miradas a las niñas que, por así decirlo, les había salvado de un idiota.

-Gracias -dijo el niño- Me llamo Marcos. Y ella es Emma

-Hola, yo me llamo Alex y ella es Annie -dijo una de las niñas de cabello rubio.

-Ambas tienen con "A" sus nombres -Emma se emocionaba cuando eso ocurría, cuando dos nombres empezaban con la misma letra y eran amigas o conocidas incluso hermanas, ella estab feliz.

-Jejejeje, bueno hemos oído de que no tienes mamá ¿Es cierto? -Pregunto Annie mirándola con ¿compasión?

-Pues tengo una nueva -murmuro

-¿¡EN SERIO!? -ambas gritaron asombradas

-¡Y ES MI MAMI! -grito Marcos con orgullo y los cuatro rieron.

Parecía que ya tenían amigos.

·         Valerie

Rubius me estaba pidiendo algo realmente grande, de gran responsabilidad, pero ¿Cómo lo hago? Recuerdo a ver visto a mi madre sacando la ropa del closet cuando mi tía la engaño, luego la arrojo por la ventana en vista de todos los invitados  a la boda de la susodicha mientras le gritaba de que era una zorra mal parida, ese día comí demasiado pastel y dulces.

-Rubén, te voy ayudar –le dije con firmeza, la cual no tengo nada.

-¿¡En serio!? Gracias, te adoro. –casi grito al decirlo, me reí un momento y luego camine hacia el pasillo en dirección a su habitación- ¿A dónde vas?

-¡Tú querías que te ayudara, pues te voy ayudar! –le grite desde su habitación, me acerque al closet, lo abrí y comencé a sacar la ropa de Amelia. Perdón

Casi al instante, tenía a un Rubén Doblas botado en el piso del cuarto llorando porque estaba ayudándolo  

Jesús dame paciencia porque si me das fuerzas. Le doy sus buenos golpes 

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PURA MIERDA ESTO, bAsTa. Solo dire que va a pasar algo bueno y MUCHAS COSAS MALAS

GRACIAS POR LOS 1.3K DE LECTURA Y VOTOS, LOS AMO TANTO *la gorda fan se puso sentimental*