Aquel frío lugar, le falta vida y la notable crueldad lo hicieron tener mas de dos Escalofríos en menos de cinco segundos. Sin poder evitarlo se acercó más a Cheryl, tomándolo del brazo.
—No hay nada que temer. —Dijo la diabla. —En parte, este es tu hogar. —Y comenzó a caminar con su niña sosteniendose de su brazo.
Pasaba con la cabeza en alto entre todas aquellas personas formadas, recibiendo silencio y ninguna mirada, respeto al ser la reina de todo aquel lugar. Toni evitó observar a algunas personas que golpeaban su cabeza contra la pared, fuera de sí. ¿Hace cuánto estaban ahí, tan solo de pie, esperando por lo peor? Muchos de ellos parecían estar pudriéndose, con sus pieles cayéndose de su cuerpo. Había un hombre de unos metros, al principio de toda aquella fila. Mientras Toni caminaba y observaba alrededor, podía oír la grave voz de aquel hombre hacer comentarios sarcástico y crueles. "¿Alguno tiene sed?" "¿No creen que se están tardando mucho? ¿Que dicen si aplaudimos?"
—Azazel. —Dijo Cheryl cuando llegaron al principio de la fila, y Toni intento no sorprenderse ante lo escalofriante que sonó su voz; Autoritaria, demandante, demasiado fría y seca.
El pálido hombre de unos cuarenta años, el cual dejo de reír de inmediato y se giro hacia la diabla, haciendo visibles sus ojos completamente negros, comenzaba a verse asustado e incluso débil.
—¿Si, mi reina? —Respondió, y de reojo observó a la muchacha que se encontraba a un lado de la reina del inframundo, abrazándose al brazo de ésta.
Cheryl se mantenía inexpresiva y hablaba con decisión —Quiero que te inclines. —Dijo. El demonio de inmediato lo hizo, poniéndose frente a su reina. —Inclínate ante tu nueva princesa.
El demonio alzó la mirada, confundido al principio, pero de inmediato se arrastró frente a la más baja, inclinándose ante ella. —Mi princesa.
Toni observa al demonio inclinado a sus pies con sus ojos mas abiertos de lo normal. Le parecía extraño, porque una de esas cosas era su pesadilla, una de esas cosas le seguía e intentaba matar. Le parecía, extraña la situación, irreal pero, maldita sea, que si era real. Que un demonio le estaba haciendo una reverencia y lo había llamado "Princesa"
—Hola. —Dijo, y se sintió estúpida.
Cheryl rodó los ojos sin que nadie la viese. —De pie. —Ordena. El demonio lo hizo de inmediato y retrocedió unos pasos. —Ella vendrá aquí cuando se le antoje, y espero por el bien de todos que se le trate como se merece, o tendrán el doble de sufrimiento. —Dice mientras ve a todas las personas formadas, las cuales lentamente pasaba de ser muertos vivientes a muertos vivientes hiperactivos, con obvios nervios ante la presencia de la reina del inframundo. —¿Entendido?
—Por supuesto, majestad.
Cheryl mueve su brazo, extendiéndolo hacia Toni, la cual toma a la diabla de la muñeca con ambas manos, distraída al estar viendo alrededor. —Sigue con tu trabajo. —Le dice a su sirviente, y da unos pasos más, abriendo una puerta que hay a un costado del luego y algo estrecho cuarto. Es alta, de hierro y suena pesada cuando Cheryl la abre sin hacer ni un poquito de fuerza. Guía a la más baja a que pase primero, y luego se adentra ella, cerrando detrás.
Ambas quedan en silencio, Toni parpadea debido a que la luz ha bajando aún más. Pareciese como si estuviese metida en un largo pasillo de pura tierra, con alguna que otra antorcha iluminando a lo largo. Se oían lamentos a lo lejos, llantos. Cheryl se puso frente a ella, y ambas se miraron fijo para confirmar que la más baja se encontraba en buen estado. Le dio un asentimiento a su esposa, y la reina del inframundo la de la muñeca antes de comenzar a avanzar.
Toni descubrió que aquel pasillo tenía muchas esquinas que llevaban a más pasillos con más esquinas. Vio algunas puertas y supuso que dentro había más gente encerrada, muchos rogaban por salir. Un nudo se le iba formando lentamente en la garganta. ¿Eso le habrá pasado a su padre? ¿Su primo? ¿Habría sido peor? Porque estaba comenzando a notar que nada era mejor en aquel lugar.
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𝐷𝐴𝑁𝐶𝐼𝑁𝐺 𝑊𝐼𝑇𝐻 𝑇𝐻𝐸 𝐷𝐸𝑉𝐼𝐿 || Choni
FanfictionEs 1967 y Toni está harta de ser aquella chiquilla religiosa a la cual todos molestan. Cansada de un Dios fingiendo oídos sordos, decide tomar sus propias riendas a escondidas: ¿Qué tan mal podría irle si recurriese al mismísimo Diablo? ¿Que tan ráp...