El alto precio de la eternidad.

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No entiendo lo que me pasa. Estoy tirada en medio de la nada, lo único que veo a mi alrededor es oscuridad y nada más. Sin embargo, mi cuerpo brilla. Es una sensación extraña, ya no siento el dolor de la violación ni tengo ganas de llorar. Pero no estoy feliz. Simplemente, estoy, sin más.

-¿Hola?-musito asustada, haciendo que mi voz retumbe en la oscuridad.

Entonces algo raro ocurre. Voces extrañas, unas graves y otras agudas, empiezan a chillar. Algunos piden ayuda, otros gritan de dolor. Y otros me piden que huya. Pero reconozco una voz que me deja de piedra. Una voz que grita mi nombre a mis espaldas. Me doy la vuelta para mirarle y le veo. Corro hacia mi difunto tío y nos abrazamos. Quiero llorar, pero no me quedan lágrimas.

-Sam-me dice, acariciándome la cara con una sonrisa-, tesoro, ¿qué ha pasado? Eras la cosa más inocente del mundo...

-Lo sé-sollozo, sin lágrimas-, tío, tengo miedo. ¿Dónde estoy?

-Estás muerta-contesta como si nada, haciendo que el mundo se me caiga encima.

-...¿muerta?-susurro-¿No volveré a ver a Jake?

-Hay una manera, puede que el ginecólogo te salve. Ahora eres un espíritu, también puedes volver al mundo real y poseer tu propio cuerpo, aunque no duraría para siempre, por lo que volverás a morir en poco tiempo.

-Me da igual, necesito despedirme de él. ¿Cómo puedo volver?

-Recuerda las últimas sensaciones que viviste y volverás, pero date prisa, o ellos no te dejarán volver.

Estoy a punto de preguntar quiénes son ellos, pero las voces de los espíritus vuelven a chillar. Le digo a mi tío que le quiero y recuerdo la agonía que sentí al morir con los ojos cerrados.

Cuando los abro estoy en la consulta del ginecólogo. Jeremy está dándome bofetadas para que me despierte, llorando, aunque sabe que es inútil. Sé que no llora porque haya muerto, sino porque irá a la cárcel. Me acerco a mi cadáver y me acaricio el pelo. Pongo mi mano sobre la de mi cuerpo real y se funden. Sonrío al ver que funciona, y me fusiono con mi cuerpo. Cuando vuelvo a abrir los ojos, estoy viva, y no puedo evitar emocionarme. Jeremy me mira también emocionado y me besa la frente, a lo que yo respondo dándole una patada en la entrepierna. Se aleja de mí, me levanto como puedo de la camilla y empiezo a darle puñetazos. Después me pongo los pantalones y vuelvo a mi ciudad en tren. Llamo a Jake y quedamos en el parque de al lado de mi casa.

Cuando le veo, no puedo evitar correr a abrazarle.

-¿Qué pasa?-sonríe.

-Te amo-contesto, y le beso en los labios.

Si se apartara de mí lo entendería, pero me abraza con más fuerza y me devuelve el beso. Le cuento todo lo ocurrido y me mira boquiabierto.

-Y quería decirte...-me sonrojo-que eres lo mejor que me ha pasado en toda mi vida. Que sé que todo se torció y que ya no somos nada, pero yo te sigo queriendo tanto como el primer día. También sé que tú... ya no me quieres tanto como antes. Pero si mi tío tiene razón y me queda poco de vida, me da igual si son años, días, milenios o semanas. Quiero pasar cada segundo de ellos a tu lado y no perderte nunca más. Porque podría pasarme el resto de mi vida sacándote de quicio, sin saber decirte las cosas... pero a tu lado. Para siempre.

-Es que yo ya no te quiero como antes-contesta, dándome ganas de llorar-, Sam. Todo ha cambiado. Ahora te amo, y no sé si vivirás años, días o lo que sea como tú dices. Pero te prometo que en esta vida no volverás a estar sola. Porque me tendrás a mí, para recordarte lo preciosa que estás te pongas lo que te pongas y que brillas sin ni siquiera intentarlo. En realidad siempre me has tenido.

-Entonces...-ahora tengo ganas de llorar, sí, pero de alegría-, ¿para siempre?

-Mucho más que eso-sonríe, poniendo su sonrisa a dos centímetros de la mía-, prefiero una eternidad.

Me besa y la primera lágrima de felicidad que he tenido en toda mi vida me acaricia la mejilla.

Stay strong.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora