Stay strong.

Esa parte que la gente no ve llamada sentimientos.

Cuando entro en casa temblando imaginándome la bronca que me va a caer por irme así antes, mi madre me recibe a gritos, cosa que ya pasa tan amenudo que ni me extraña.

-¿Dónde se supone que has estado?-me grita, caminando hacia mí por el pasillo.

-He estado media hora fuera-digo, intentando no ponerme a llorar-, solo necesitaba despejar.

-¿Despejar?-mi madre se ríe y levanta la mano, amenazándome-Eso tendría que decirlo yo.

Y me da una bofetada, haciéndome llorar. La miro y me empuja contra la puerta de la entrada, y por primera vez desde que me hace esto, me defiendo. Tengo tanta ira dentro que le doy un puñetazo en el estómago, aunque mi madre ni se inmuta ya que no tengo nada de fuerza. Me grita algo, aunque no le hago caso, y me arrastra cogiéndome del pelo hasta mi habitación. Me empuja dentro y cierra la puerta.

-¡No salgas de ahí hasta mañana por la mañana o te enterarás!-me chilla.

Estoy tirada en el suelo, llorando, acariciándome el cuero cabelludo que tanto me duele. Me ha arrancado un mechón bien grande, y siento que la mejilla me arde por la bofetada. Mi madre lleva tres años maltratándome, desde que mi tío falleció, y lo hace sin razón. Lo entendería si fuera una chica problemática, pero no es así. No bebo, estudio, toco el piano, nunca contesto mal a mis padres, soy pacífica. Pero se debe de estresar en el trabajo y lo paga conmigo a la mínima que hago. En los vestuarios del instituto, para cambiarme de ropa en la clase de gimnasia siempre me meto en los lavabos para que las demás chicas no vean mis moratones. Muy poca gente sabe esto, y la verdad es que en momentos como este me dan ganas de denunciarla. Pero es mi madre, no podría hacerlo, y además de vez en cuando me pide perdón y me promete cambiar. Siempre me aguanto las ganas de reírme en su cara por mentirosa.

Ya ha hecho esto de encerrarme en mi cuarto y no dejarme salir hasta que vaya a clase varias veces. Es insoportable, sobretodo cuando me dan ganas de ir al baño. Pero me levanto, me seco las lágrimas y suspiro. Como siempre. Me meto en la cama y las tripas me crujen, estoy muerta de hambre y son las ocho y media de la tarde. Me quedo aquí llorando una hora, temblando, y sintiendo que si paso más tiempo sin agua me voy a deshidratar. Pero no tengo tanta suerte y sigo viva. No tardo mucho en dormirme escuchando música en el iPod. En estos momentos escucho 'Darlin' de Avril Lavigne, que me relaja. Me quedo dormida cuando suena la frase "Start smiling."

Al día siguiente voy a clase, como todos los días. Estoy tan apagada que la gente empieza a preguntarme qué me pasa. Y tengo el error de contárselo a demasiada gente. Drea, una de mis mejores amigas, es la primera en saberlo. Y también Danny, mi mejor amigo. Y la noticia se expande por el instituto. Carly, otra de mis amigas íntimas, está en shock y se le ve con unas ganas de matarme que no puede con ellas. Pero la cosa cambia cuando Nick, el mejor amigo de Jake, empieza a hacer bromas sobre el tema en medio del patio. Con este chaval siempre me he llevado bien, fue el que me presentó a Jack, pero cuando empezamos a salir me hizo la vida imposible y nos separó.

-¿De qué vas tú ahora?-le grito desde la otra punta del patio, y todos se giran para mirarme.

Nick pone cara de que no sabe de qué va la cosa. Entonces me levanto del suelo, donde estaba sentada con Carly, Anne, Danny y Drea, y camino hasta él. Me siento observada, todo el mundo me está mirando. Intento disimular todo lo que estoy temblando. Cuando llego hasta Nick, me mira confuso.

-¿Qué quieres?-me pregunta.

-Que te mueras de una puta vez y me dejes en paz-le digo, dándole una bofetada que le descoloca las gafas.

Me siento aliviada. Y todavía más cuando Carly, Anne, Danny, Drea, Andy y todos mis amigos me aplauden. Los amigos de Nick se ríen de él mientras yo vuelvo con los demás. Tresh se acerca a mí y me pide hablar en privado.

-Me acabo de enterar de todo-me dice, asustado-. ¿Es verdad?

-Sí-contesto, sintiendo un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos-. Lo siento.

Tresh se calla y simplemente me da un abrazo para que llore en su hombro. Le quiero tanto que hasta me duele. Entonces pienso en Jake, que va al instituto de al lado, y siento tantas ganas de morirme que no soy capaz a mirar a los ojos a Tresh. Entonces decido qué hacer, aunque para hacerlo tenga que mentir a todas las personas que quiero para no hacerles daño.