Después de haber perdido a sus padres Yuri de apenas 8 años es obligado a vivir con Victor un amigo de sus fallecidos padres quien lo comienza a tratar como si fuera su hijo, notando que Yuri evita relacionarse con personas, encuentra una muy peculi...
>>Excelente joven Otabek, tiene talento para esto<<
¡NO, NO LO TIENE! solo es un don nadie que Victor trajo.
>>Gracias<<
No digas ni una maldita palabra. NO te atrevas a sonreir.
>>Cuando le informe esto al señor Victor, estoy seguro que lo elogiará<<
Victor no diría tal estupidez, a él no le interesa lo que haga ese esclavo. Él solo lo trajo por pena, él no se fijaría en ese don nadie......¿verdad?
Me era imposible dormir, mi mente era un caos. ¿Que le habrá dicho ese viejo a Victor? ¿que ese tonto niño tenia algun talento oculto o que era alguien especial?, que acomparación de mí debería considerar quedarse con Otabek y deshacerse de mí.
No...no...no...no Victor nunca haría eso....¿lo haría?
Mi respiración comenzaba agitarse, necesitaba salir de este lugar. Apurado salgo deprisa fuera de mi habitación. Todo los pasillos estaban desiertas.
Toda esta oscuridad y este silencio lo odio, no hay nadie, no escucho a nadie.
¿Victor? ¿Mila? ¿George? Por favor que alguien aparezca.
Sin darme cuenta mis pasos me habian conducido al salón de música. Abriendo la puerta y adentrandome a ella, unicamente la luz de la noche iluminaba tenuemente el lugar.
Pude distinguir el gran piano en una de las esquinas. Tomando asiento observo por unos momentos el teclado.
Todo se veia igual para mí.
NO entendía nada de lo que decia ese cuaderno lleno de figuras extrañas, estaba comenzando a desesperarme.
Tomando una bocanada de aire y dejando que mi instinto me guie, mis dedos comenzaron a tocar al azar cada teclado del enorme piano.
-Mierda, no suena para nada como lo hacia ese idiota- frustado por mi fallido intento deseaba golpear con todas mis fuerzas ese estupido instrumento.
Que pasaba si en realidad Victor terminaba prefiriendo a Otabek y decide desecharme. Mi corazón comenzaba a doler de solo pensarlo.
-Señorito Yurio debería ir a descansar- de nuevo esa fastidiosa voz
-No es de tú conveniencia lo que yo haga, así que largate-
- NO podré descansar sabiendo que usted sigue despierto-
-YA DEJA DE MOLESTARME- Solo de ver su fastidiosa cara me molestaba, ni siquiera en la noche podía librarme de él.
Sin poder controlar mi furia le lanzo directo al rostro el cuaderno que estaba sobre el piano. El idiota no lo esquiva dejando que las hojas se esparcieran por todo el salón.
-Si ya dejo de hacer su rabieta por favor regrese a su habitación- agachandose para recoger cada hoja una por una
-El señor Victor estaría desepcioando de usted si ..........-
-Ya veo, así que estas dispuesto a soportar cualquier cosa con tal de que Victor te note-
-¿qué?-
-¡No permitiré que me lo quites!- gritando lo último abandonó el salón dejando atrás a un confundido Otabek.
>>Así es, no permitiré que ese idiota logre que Victor me deje aun lado<<
Algunas lagrimas salian sin que pudiera contenerlas, de solo pensar en que volverian ha abandonarme me hacia sumergir en un amargo rencor.
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