Capítulo 2

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Alyssa

17 años

Me falta una semana para cumplir 17 años y aún no se que voy a estudiar.

Mierda.

Solo un año para entrar a la universidad y sigo pensando a que quiero dedicarme.

Tal vez aún es muy pronto para empezar a preocuparme por eso, es decir, en un año pueden pasar muchas cosas, ¿no? Quizás todo sería más fácil si no fuera la única de mi curso que aún no tiene idea de que quiere hacer el resto de su vida.

Siempre he amado los animales por lo que pensé en algo relacionado con ellos. Ser veterinaria no sonaba tan mal hasta que descubrí que no se me da bien estar cerca de la sangre. Por esto mismo, me di cuenta que tambien sería incapaz de estudiar medicina o algo por estilo.

Al menos ya se que cosa no me gusta.
Pero... que cosa me gusta realmente?

Esta es la pregunta que siempre me hacen cuando les digo que aún no se que carrera escoger y la verdad... nunca se que responder. Lo único que verdaderamente amo es escribir pero, al ser algo que nadie sabe, siempre suelo responder algo como:

-Aún no lo sé... quizás me gustaría estudiar algo con números o alguna cosa similar.

Números, un tema extremadamente abierto por lo que la gente no suele hacer más preguntas. Casi todos los trabajos incluyen números por lo que sería una conversación eterna si la gente preguntara más a fondo.

¿Y la verdad? Precisamente por eso siempre respondo algo parecido. Mis cuentos y poemas siempre han sido extremadamente privados y odiaría que alguien supiera que escribo, sobretodo si es alguien cercano a mí.

Más de alguna vez pensé en revelarlo todo y así poder elegir una de las carreras que más me llaman la atención sin recibir preguntas pero...
¿Y después qué?
Siempre me ha sido fácil escribir sobretodo porque es algo mío, privado. Si más gente sabe... ¿Seré capaz de seguir escribiendo de la misma manera?

Finalmente, salgo de clases y envuelta en mis pensamientos me dirijo al parque para luego sentarme en una banca algo alejada; sin duda este lugar es mi favorito, después de mi árbol obviamente. Casi no pasa gente por acá y por eso mismo no tengo que preocuparme porque me vean escribiendo.

Sin embargo hoy no voy a escribir, no es que no quiera, simplemente tengo demasiadas cosas las cuales no me dejan espacio para crear.

Mientras trataba de responder las mismas dudas que he tenido por años rondando en mi cabeza, escucho una voz la cual me saca del océano de preguntas en el cual se encontraba mi mente.

-Hey, ¿Estás bien?- Escucho por lo que creo que es segunda vez, no reacciono hasta que siento como una mano se apoya suavemente en mi rodilla lo cual me hace despertar completamente.

Me giro muy rápido y veo como unos ojos de color miel muy claros me miran con... ¿Preocupación?

-Si- Respondo como puedo ya que me encuentro totalmente hipnotizada por esos ojos que no dejan de observarme.

Creo que el lo notó ya que suelta una pequeña cracajada para luego decirme
-¿Estás segura? Hace cinco minutos que te estoy saludando.

Mierda otra vez

Antes de partirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora