Nanami Kento - one shots (+18)

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Créditos fanart: @moffimetoo en instagram
Advertencia: Contenido Sexual Explicito, Narrador Omnisciente. Nombre Protagonista: Mai Tanaka.
Cantidad de palabras: 3987

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Habían pasado los meses y se habían seguido juntando con Nanami, siempre era en su departamento o en el tuyo y algunas veces en moteles lujosos.

Ahora estabas sobre su pecho, sudada, agotada y desnuda. Los dos respiraban pesado gracias a los grandiosos orgasmos que acaban de tener.

Nanami pasaba sus manos por tu cuerpo dando suaves caricias. —Que harás este sábado?— pregunto rompiendo el silencio.

—Nada— respondiste.

—Entonces, podríamos ir a cenar juntos— levantaste tu mirada para verlo y el te sonrío.

—Oh, claro— sonreíste. —A que viene esta invitación?— le preguntaste.

—Nada, o sea nunca hemos cenado juntos— seguía acariciando tu cuerpo.

Tu seguías mirándolo y ahí caíste en cuenta que tenía razón, lo máximo que habían compartido era tomar café, claramente sin contar el sexo. El era un hombre extraordinario, era inteligente, cariñoso y sobre todo respetuoso, y ni hablar de cómo es físicamente. Tenías a un asombroso hombre a tu lado, obviamente te habías dado cuenta que era un partidaso hace bastante tiempo, pero no habías pensado en más que sexo con el.

—Claro que si, vamos a cenar juntos— volviste afirmar tu respuesta, Nanami te sonrío y te dejo un corto beso en la mejilla.

Su mirada hace varias semanas había cambiado, en sus ojos ya no sólo había deseo, si no que cariño, tu no te habías dado cuenta o mejor dicho no te querías dar cuenta. Pero el si, el sabía ya sentía algo por ti y no se iba a negar a sus sentimientos.

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Los días pasaron y llegó el día sábado, su cena fue bastante buena, fueron a un restaurante italiano, esos que tantos te gustaban y que Nanami te había escucho decirlo.

Habían terminado de cenar y fueron a caminar por la ciudad para terminar en su departamento. Los dos sentados en el sofa apegados uno al otro, conversando de cosas aleatorias.

Hubo un momento de silencio donde los dos se miraron y sonrieron, para después besarse. Sus labios aprisionaron los tuyos con suavidad y delicadeza, queriendo de alguna manera transmitir todo lo que sentía por ti.

Se separaron del beso y el te sonrío. —Estoy cansado, quiero dormir— se recostó en el espacio de tu cuello.

Tu tomaste ese comentario como una indirecta para que te vayas y claro que no lo tomaste de mala manera, al fin al cabo esa su departamento y sabias que a el le gustaba descansar bien en los finde semanas. —Si es tarde, tomaré un tax-

—No claro que no— te interrumpió exaltado. —Eso no era lo que quería decir— subió su rostro para quedar frente al tuyo. —Quédate a dormir conmigo si?— pregunto y lo miraste con extrañes. —Me gusta dormir contigo, me gusta tenerte en mis brazos.