01

3K 197 112
                                    

Llevaban ya varios años juntos, su relación era estable y sana, pese a comentarios de terceros. Entre ellos se se entendían, Bakugo era el temperamental y salvaje mientras que Kirishima era un poco más calmado y racional, aun que a veces un poco infantil, lo cual lo hacía extremadamente lindo a ojos del rubio cenizo. Sin duda eran un dúo increíble. Incluso en el sexo se complementaban bien, cambiando los roles de vez en cuando para probar cosas nuevas y para complacer a su pareja.

Lo único en lo que no cambiaban nunca era que Bakugo cocinaba y Kirishima limpiaba, puesto que el pelirrojo casi prendió fuego la cocina una vez y el rubio tiro documentos importantes una vez que limpiaba porque no tenía la paciencia suficiente para leer los papeles y determinar si eran o no importantes.

Vivían juntos hacia ya dos años, compartían un departamento en un edificio nuevo en el centro, a ambos les quedaba cerca de sus respectivos trabajos y para los fines de semana era perfecto, había restaurantes y bares cerca por si querían salir un poco.

Eran perfecto, tenían una buena vida juntos... Pero.

— ¿Y si probamos algún juego de rol nuevo? — sugirió Kirishima viendo con aburrimiento la televisión encendida en un canal de noticias. La ultima vez que probaron un juego de rol la pasaron bien, mas que nada porque sus disfraces eran geniales.

— ¿Y si hacemos un trío? — sugirió Katsuki mirando igualmente la pantalla del aparato sin interés real en lo que estaban pasando. 

Hasta el momento ninguno de los dos había planteado esa opción, sin embargo necesitamos recapitular un poco en lo que sucede entre ellos para poder comprender la situación actual. ¿Que había pasado? ¿Pelearon? ¿Ya no se satisfacían sus cuerpos? ¿Katsuki engañaba a Eijiro y quería traer al amante? No, nada de eso realmente. Seguían amándose, seguían disfrutando de sus cuerpos, pero ambos llegaban a ser tan explosivos juntos, tan dominantes que se frustraban. Sentían que necesitaban a alguien que aportara balance durante el sexo, alguien a quien ambos pudieran dominar, alguien que los dejara tomarlo y hacer con su cuerpo lo que desearan. Querían un sumiso, en pocas palabras. ¿Por qué no lo habían pedido antes? ¿Que los detenía? El miedo y la inseguridad de que ese tercero fuese mejor y su actual pareja lo dejara. Ambos lo callaban pero tenían miedo de terminar compitiendo entre ellos y que eso arruinara lo que tenían. Preferían callar su deseo de someter a alguien con tal de tener a su amado. 

Sabiendo que eran las inseguridades y miedos de ambos lo que impedían que buscaran placer fuera de la convencionalidad podemos continuar.

— No lo sé, no me gusta mucho la idea — mentira, le calentaba esa idea, pero se negaba a competir con Katsuki o dejar que alguien más lo sometiera.

— Ya probamos de todo, Eijiro, y aún así siento que falta algo... —.

Ambos se mantuvieron en silencio, un poco incómodo, lo que era raro en ellos. Dicho silencio se rompió cuando el rubio hablo, con la voz algo quebrada.

— ¿Soy yo? — pregunto con inseguridad — ¿Hice algo que te molestara? ¿Hay algo de mi que ya no te guste? —.

El pelirrojo podía ver en esos ojos rojos el miedo y la inseguridad, supo entonces que el también debía poner sus sentimientos sobre la mesa y ser sincero con su pareja. Si habían durado tanto tiempo juntos era precisamente porque eran sinceros el uno con el otro y no tenían por qué ocultarse esto, al menos ya no más.

— No, Kats — respondió mientras tomaba aire — No es nada de eso, no eres tú — Kirishima suspiro con el miedo subiendo por su columna y volteó a ver a su rubio, lo tomo de la mano y con su mano libre acaricio una de sus mejillas — Voy a ser sincero, Kats, quiero un trío, quiero cojerme a alguien más, quiero ver cómo follas a alguien más, me calienta solo pensar en follar a alguien más frente a ti, hacer que grité y llore de placer... Pero no quiero competir contigo, no quiero que el sexo con alguien más vuelva nuestra relación una competencia... No quiero que ese alguien sea mejor que yo... Tu me calientas y mucho, de verdad, perdí la cuenta de cuántas veces me masturbo pensando en ti, así que no pienses que tienes algo malo porque en definitiva no es eso —.

Anything elseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora