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Las ultimas semanas de su vida fueron una montaña rusa de emociones y de conocer gente, luego de conocer a los amigos de sus novios conoció a los padres de ambos, ninguno de ellos parecía muy feliz con la decisión de sus hijos pero, tal como habían dicho, eran sus vidas y podían hacer con ellas lo que quisieran. Shoto sabia que no todo podía salir bien, que tendría que esforzarse mas por agradarles a ellos y estaba dispuesto a hacerlo.

Volver a la normalidad del trabajo le ayudo a recuperar un poco su estabilidad diaria, le hacia falta algo de esa monotonía y paz que le confería salir de casa, ir a trabajar, volver a casa y repetir el ciclo. Si bien amaba quedarse con sus novios tuvo que volver a su antigua casa porque quería que ambos pudieran quedarse allí también, era un lugar mucho mas grande y estaba seguro de que seria cómodo, quería ordenar lo suficiente como para que se sintieran bienvenidos. Nuevos muebles, camas, sabanas, ordenar las habitaciones extra para poder incluir vestidores amplios e iluminados.

Touya fue quien le dio la idea, después de todo Katsuki y Eijiro aun alquilaban y el tenia su propia casa, que se mudaran con el cambiaría completamente el ambiente del lugar.

Ese día inicio como cualquier otro, al llegar al trabajo se sentó en su oficina y suspiro, hoy estaba seguro que seria un día especial, no sabia si para bien o para mal.

Se encontraba repasando los papeles que Eijiro le había entregado cuando una persona entro inesperadamente, si, había tocado, pero no lo escuchó realmente y no fue hasta que lo tuvo frente a su escritorio, poniendo una mano sobre sus papeles que lo observó y se sintió intimidado.

- Chisaki - pronunció - ¿Hay algo en lo que pueda ayudarlo? -.

- En absoluto, pero creo que no hay una forma suave de decirte esto - empezó diciendo con una sonrisa que buscaba tranquilizarlo pero no hacía más que ponerlo de los nervios - Tu padre y mi abuelo nos comprometieron, vamos a casarnos -.

Claro, no había una forma suave de arruinar su vida. No pudo decirle nada, se quedó boqueando intentando encontrar palabras para responder, quería negarse, alejarse, ir a casa con sus dos novios, pero no pudo hacer nada, siguió trabajando en piloto automático mientras aguantaba las ganas que tenía de llorar.

¿Cómo se lo diría a Eijiro y Katsuki? Se iban a molestar. No quería casarse, no con Chisaki. Pero sentía que no podía ir en contra de su padre, tenía miedo de enfrentarlo.
Ese día no almorzó, el nudo en su estómago apenas le permitió pasar algo de agua sin que quisiera vomitar. Paso toda la tarde encerrado en su oficina trabajando desde allí. A la hora de salida Eijiro lo espero como cada día en el estacionamiento.

- ¿Sho, estas bien? Hoy no almorzaste - hablo el teñido con tono de voz preocupado.

- Si... Si, yo solo tenia mucho trabajo... No te preocupes -.

Pero Shoto no sabe mentir y menos a su novio. Aun así Eijiro lo llevo a casa, habían quedado en cenar juntos. El camino fue silencioso, solo los acompañaba el ruido de la radio, ¿A caso Chisaki había tenido que ver en esto? ¿Habia malas noticias? Lo había visto entrar a la oficina de Shoto pero no tuvo tiempo de acercarse personalmente a preguntarle, ademas, no seria exactamente ético preguntarle que quería con su novio porque la relación que tenían era un secreto.

- Lo siento, no tengo hambre -.

- Pero es soba - Katsuki frunció el entrecejo - ¿Que paso? ¿Eijiro que pasó? -.

- No lo sé, hoy tampoco almorzó, ¿Es algo del trabajo? -.

Shoto no supo que responder, ¿Lo era? ¿Su compromiso era solo algo laboral? Estaba confundido, asustado.

- Sho, cielo - lo llamo el rubio nuevamente - No puedo dejar que te saltes tus comidas, ¿No quieres hablar de lo que pasó? - él negó, temeroso de saber que es lo que pasaría si les contaba, todavía no había terminado de procesar la noticia, no se sentia listo para hablarlo - ¿Quieres hablar con tu hermano? - volvió a negar.

- Cariño, come un poco y luego nos vamos a la cama, ¿Si? - hablo Eijiro levantándose de su lugar para ir junto al bicolor.

- No quiero comer, solo quiero ir a la cama, ¿Puedo? - pregunto levantándose sin mirar a ninguno de los dos, ni siquiera espero una respuesta solo se fue a la habitación y allí se acostó tras desvestirse.

¿De verdad tendría que abandonar su felicidad por ese matrimonio arreglado? ¿No había otra forma? Sabía que su padre estaba criado a la antigua, que el matrimonio con su madre también fue arreglado, pero ¿Por qué a él? ¿No le había hecho suficiente daño ya? O es que a caso en su destino estaba escrito que jamás sería feliz.
Se debatía internamente en si debía hablar con su hermano o no, también quería decírselo a sus chicos pero no hallaba las palabras correctas, ¿Y si se enojaban porque no había dicho que no? Apenas iban a cumplir dos meses de novios y el llegaba con ese matrimonio podría arruinarlo todo, debía mantenerlo secreto hasta que lo solucionara... No, no podía hacerlo, no a ellos...

Se sentó en la cama sintiendo una fuerte punzada de dolor en su nuca, suspiro cubriéndose la cara intentando borrar las lagrimas de sus mejillas. La incertidumbre de simplemente tener que agachar la cabeza y obedecer una nueva orden como si fuese un perro entrenado le enfermaba, por una vez que había logrado encontrar un lugar donde ser feliz, algo que el construyo por si mismo con alguien mas que si lo amaba. No iba a dejarse pisotear por su padre, esto no iba a pasar, no lo iba a permitir, si el se casaba seria con sus novios.

Para cuando Eijiro y Katsuki fueron a la cama el ya se había dormido pero ambos notaron la almohada mojada y las lagrimas en sus mejillas. Sabían que no debían presionar y que el les contaría voluntariamente cuando se sintiera listo pero eso no evitaba que se sintieran preocupados e inútiles al no poder ayudarlo.

A la mañana siguiente se levantaron con la rutina que siempre llevaban juntos, Shoto aun no hablaba, parecía pensar en mil cosas y apenas toco su desayuno antes de irse antes porque dijo que quería hablar con su padre antes de ir a la oficina.

- ¿Crees que algo malo este pasando? - 

- No se, tengo un mal presentimiento de todo esto... Se que Sho confía en nosotros pero si no nos ha contado es porque no es precisamente bueno - Eijiro suspiro fortandose la cara - Le hablare a Touya, es el único que realmente puede averiguar que es lo que pasa -.





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Bueno todo ésto está por explotar en breves y créanme, se pone peor... Pero poco a poco nos acercamos al final.

Gracias a todas las personitas que siguen aquí a pesar de mí inconstancia.

Anything elseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora