𝐃𝐑𝐔𝐆𝐒 [Mitsuya Takashi]

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[NUEVO CLUB]

━━ La alarma había hecho que Yumei saliera de su lindo sueño, obligándola a levantarse claramente a clases e ir en busca de Mikey. sin dudarlo tomó un cigarrillo para así prenderlo e quitar su ansiedad de encima, dio una fuerte calada mientras que el humo tóxico inundaba sus pulmones dejándolo soltar lentamente por la nariz, sin hacer ninguna mueca de disgusto, salió hacia su balcón sin importarle estar en ropa interior y con solo una camiseta grande de Draken que se había quedado en su edificio un día x. desde abajo del quinto piso la observaba Draken con una mueca algo molesta debido que recién llegaba para largarse y la chica seguía ahí sin moverse.

Así fue como le sonrío y apagaba el cigarrillo contra el metal de la barra de fierro que cruzaba en su balcón y lo tiraba hacia el piso sin importar que. Rápidamente cambió su cómodas y calentitas prendas a ese horrible uniforme (Multimedia) decidió no ducharse solo lavar sus partes intimas y demás, debido que la noche anterior ya había tomado un baño, tomó su bolso y sus llaves de la casa para así salir del apartamento y ver a Ken con una vena en la frente bien marcada ya que estábamos "tarde" Mei no sabía por qué se enojaba tanto si al final en ir a la casa del enano se demoraban mucho más ya que Emma, hermana menor de Mikey siempre se robaba a Draken unos minutos para arreglar su trenza y demás.

Al subirse en la parte trasera de la motocicleta de Draken, sujeto firmemente sus brazos en su cintura puso su rostro en la ancha espalda de su amigo, cerró los ojos disfrutando del viaje. Al llegar la persona que abrió la puerta efectivamente era Emma, vestía su uniforme escolar y tenía su cabello levemente desordenado ya que recién venía despertando al parecer. La rubia se lanzó a los brazos de la pelinegra ya que podía gustarle Draken, pero siempre priorizo a su amiga antes que cualquier chico.

-Ayer no te vi, me preocupe demasiado. Aparte no respondiste mis mensajes, mas te vale que no te hayas drogado hasta dormirte.. sabes que me preocupo.- susurró en su oído con un tono de tristeza, odiaba que su amiga consumiera sustancias ilegales. -Pasemos, Mikey está desayunando aún.- dijo sonriendo, todos se adentraron al hogar de los Sano para así comenzar con la batalla de cada mañana, Mikey quien desayunaba huevos con tocino sintió dos presencias a sus espaldas eso hizo que girase levemente su cabeza, al ver a sus dos amigos con unas muecas de enojo supo de inmediato que estaba mal que estuviese desayunando a esa hora, pero como él es simplemente Mikey el invencible no le dio importancia y siguió desayunando.