Capítulo 3

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Ash

Iba a medio camino cuando empezó a llover torrencialmente.

Llevaba un vestido volado y veraniego, pues estábamos en verano, así que no estaba preparada para la lluvia en ese momento, ni siquiera llevaba una sombrilla. Mi vestido se pego a mi piel y mis piernas temblaban de frío. Por suerte mi bolso era contra agua, así que de inmediato metí allí mi celular, para que no se dañara.

Camine ya empapada maldiciendo en voz baja, gruñendo de molestia. No me gustaba mojarme, no me gustaba que podría enfermarme, no me gustaba que faltaba mucho para llegar a mi casa.

Di la vuelta por una esquina y en ese momento un carro se estaciono al frente de mi.

En primera instancia me espante mucho porque se detuvo justo al frente pero una vez me di cuenta de quien era me relaje muchísimo.

Robert se estiró y abrió la puerta del copiloto y yo no lo dude ni un segundo para subirme en el.

Cuando me sente su mirada se pasó por mis piernas y mi aspecto en general. Se veía algo preocupado y agitado.

Me quité el bolso, Ro lo tomo y lo lanzo a la parte de atrás mirándome con el ceño fruncido.

— Gracias de verdad— suspire— No esperaba que lloviera tanto en pleno verano— hable entrecortado, pues mis dientes temblaban por el frio.

— No es nada, debiste llamarme antes de que te empaparas así Ash, podrías resfriarte— gruño con preocupación

Ro se estiro hacia el asiento de atras donde tomo un saco y me lo puso.

—Ponte esto—  instruyo pasándolo por detrás de mis hombros—  No es muy abrigador pero es mejor que na...

Mi mano helada aterrizo en la suya que estaba posada en mi hombro. Acaricie sus dedos con suavidad, obteniendo toda su atención.

—Gracias, Robert

Sus ojos se encontraron con los míos. Su mano libre se movió rápidamente hasta mi rostro donde apartó mi cabello empapado hacia atrás sin quitar su mirada café de la mía.

—No es nada, Ashley

Que usara mi nombre completo me gustaba. Casi siempre usaba mi diminutivo y eso de alguna forma era menos personal.

Porque para el papá de mi mejor amiga yo era la pequeña Ash. Pero para cualquier hombre era nada más que Ashley.

Una chica normal.

Una mujer.

Asenti con la cabeza y así el contacto de nuestras manos se cortó, pero su mano no se movió de mi rostro, en cambio busco apartar todo el cabello mojado que quedaba.

—Joder estas helada—  hablo preocupado — Debiste llamarme— insistió

—No quería molestarte... ¿Donde esta Tami?  

Ro termino de mover mi cabello y aparto su mano. Sentí la perdida, enserio se sintió feo no sentir la calidez de su piel, pero trate de ocultar mi decepcion.

— Sabes que no eres una molestia para mi— me dijo con el ceño fruncido — Tami esta en casa de su tía, se fue ahí apenas te fuiste— me respondió 

— Oh y ¿Qué haces por aquí? Tu trabajo queda al otro lado— le pregunte mientras sobaba mis brazos en busca de calor 

— No preguntes solo estoy aquí y ya— me dijo sonriendo mientras encendía el auto.

Yo le sonreí

Me di cuenta de que íbamos en camino contrario ósea de vuelta a su casa así que le pregunté:

Señor Barrientos (+18 ) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora