PROLOGO-Allá donde la Tierra y el Cielo se unen.

220 10 0
                                    

          Era un paisaje amplio que parecía extenderse infinitamente.

          En el cual brillaba la luz del sol con un resplandor totalmente puro, donde el soplo del viento armonizaba el hermoso panorama despejando las nubes para dejar limpio el azul del cielo.

          Era una escena excepcional como congelada en el tiempo.

          En ese bello e interminable lugar donde parecía que a lo lejos el cielo y la tierra se unían, una persona con una espada a sus pies, miraba hacia la lejana distancia.

          Ese ser permanecía inamovible en el centro de ese mundo.

          La solemnidad que emanaba su figura lo absorbía todo, como si aquel paisaje hubiera sido creado para su propio deleite.

          Como si aquel sol brillara solo para complacerle.

          Como si incluso el mismo cielo le perteneciese.

          Así, con esa aura majestuosa que emitía su presencia, ese lugar existía en balance.

          Entonces, la solitaria existencia extendió su mano hacia la espada que yacía en el suelo y la empuñó con firmeza.

          El equilibrio había sido roto.

          El sol, la tierra y el cielo desaparecieron, solo quedó la oscuridad.

          Aun así, sin perder la nobleza de su alma, ni su solemne y majestuoso ser, la figura solitaria de esa persona comenzó a avanzar de frente hacia el oscuro vacío.


                                      - Entonces eres "TÚ"... –


          Podría ser que de hecho "ÉL" no escuchó esa corta frase dicha como un gentil susurro, pero de todas formas fue lo que lo despertó de aquel sueño.

          Sus manos ardían, su cuerpo se sentía como si hubiese sido licuado por dentro, intentó levantarse de la cama pero no pudo hacerlo, no tenía fuerza alguna, era como si toda su energía le hubiera sido drenada por completo.

          A pesar de lo raro de la situación, "él" aún pudo notar algo mucho más extraño que todos los malestares que lo estaban agobiando.

          Había alguien más.

          Esa información no la obtuvo por medio de ninguno de sus sentidos, después de todo a excepción de la vista, sus demás sentidos estaban bloqueados por el dolor y fatiga al que su cuerpo estaba siendo sometido.

          Pero él sabía que había alguien más, como si fuera natural que él lo supiera.

          No solo eso, incluso sabía la ubicación exacta de este "intruso".

          Justo delante de él.

          Si lograba levantar su cuerpo, sin duda alguna él vería a la persona que se inmiscuyó dentro de su habitación.

          No es que él no pudiera hablar, pero por algún motivo le pareció que era "incorrecto" lanzar la pregunta ¿quién está ahí? .

          Él tenía que confirmar con sus propios ojos de quien se trataba, eso le pareció que sería lo más "correcto".

          Otra vez intentó levantarse, su cuerpo aún sentía esa extraña sensación de dolor y debilidad, pero lo logró.

          Lo comprobó con sus propios ojos.

          Él cruzó miradas con ese "invasor".

          Al mismo tiempo, sintió en las manos un pulso pesado y caliente como si les hubieran dejado caer encima una placa de acero incandescente, sin embargo, no pudo prestarle atención a esa dolorosa sensación.

          Todos sus malestares pasaron a segundo plano.

          La persona delante de él rompió el silencio de esa oscura habitación,


                             - Entonces "TÚ" eres mi "MASTER" –


          Su voz era totalmente digna y segura, fría y sin emoción, del modo que esa frase se escuchó como una pregunta y una afirmación al mismo tiempo.

          Su mirada mostraba un rostro noble.

          El color dorado de sus ojos parecía como si emitieran luz propia.

          Su cabello rubio parecía mecerse con la suave brisa de un día de verano, aunque estaban dentro de una habitación cerrada.

          Por último, su vestimenta elegante en colores amarillo oro y blanco puro, sin lugar a dudas era digno de la más alta realeza.

          "ELLA" tenía todo el porte de una distinguida dama.

          Excepto que ella aún no era una mujer, incluso llamarla señorita quedaba fuera de cuestión.

          Ella era una pequeña niña de no más de diez años,


          - He respondido a tu llamado, a partir de este momento seré tu espada y te guiaré a la victoria en esta guerra –


          Él la escuchó decir otra frase extraña, primero ella se refirió a él como su "MASTER", y después le dijo que lo guiaría a la victoria, y también algo sobre una "guerra", pero a pesar de que no entendía de qué le estaba hablando, de nuevo sintió que lo correcto sería aceptar lo que le decía la niña del elegante vestido dorado que emitía esa aura de realeza,


                                                      - Entiendo –


           Esa fue su respuesta para las preguntas, que de hecho no lo eran, de la niña en frente de él.

           Ahora era su turno.

           Con su cuerpo débil por alguna extraña razón,  y su mente confusa por este raro acontecimiento, sintió que ahora si era "correcto" hacer la pregunta más obvia en esta situación,


                                                    - ¿Quién eres? –


           De alguna manera, a la pequeña niña le pareció agradar bastante oír esa pregunta, toda su presencia se transformó por completo.

           Ya no emitía esa aura real.

           Su rostro abandonó la solemne seriedad que tenía hasta hace un instante.

           Rompió su porte de dama y relajó su delgado y pequeño cuerpo.

           En definitiva, ahora sí daba la sensación de ser una niña de unos diez años de edad.

           Sus ojos dorados se iluminaron más y la rectitud de sus labios que habían parecido imperturbables forjaron una linda sonrisa, y, con una voz cálida y alegre y no fría e imperativa, dio su respuesta,


                       - "SERVANT SABER", el contrato está hecho –


FATE/GOD'S CUPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora