Eran las 8.15 de la mañana cuando estaba terminando de tomarme el desayuno. Aiden estaría en unos instantes en la puerta esperándome para ir juntos a la universidad. No había podido pegar ojo en toda la noche. ¿Aiden me dejará tras habernos acostado? ¿Sería un chico de esos? No. Confío en él. Aunque una pequeña parte de mí dudaba, decidí dejar de pensar en eso y seguir tomándome el desayuno.
Cuando había salido por la puerta, mi madre me había echado una mirada de desaprobación. ¿Se habrá enterado de lo que hicimos ayer? Era imposible ya que ellos no se encontraban en casa a esa hora, estaban trabajando y mis hermanos en futbol, así que no podían haber escuchado ni haber visto nada.
A no ser que haya puesto cámaras de vigilancia ocultas y nos haya visto en plena acción... vale, creo que estoy siendo un poco paranoica.
—¿Y esa mirada mamá?—pregunto decidida tras beberme de un sorbo el vaso lleno de zumo de piña que había frente a mi.
—Nada hija—dice sin dirigirme ni una sola mirada.
Pongo los ojos en blanco. Sabía que le pasaba algo que no me quería contar, siempre que me lanzaba una mirada de esas era por que estaba enfadada o decepcionada conmigo. Solo esperaba que no se hubiese enterado de lo de ayer, si por el contrario ella lo sabía... se me caería el pelo y ya me podía despedir de Aiden para el resto de mis días.
—Por favor mamá, sé que te pasa algo—insisto depositando el plato de mis tostadas y el vaso vacío en el que me había echado zumo de piña en el fregadero mientras miraba a mi madre de reojo.
Esta respiró hondo antes de hablar.
—Cariño, tu padre y yo creemos que no es buena idea que salgas con Aiden...—dice mientras deja de hacer lo que estaba haciendo para prestarme atención solo a mi—Él es mayor que tú... todavía te queda mucho por vivir.
—Mamá, yo le quiero con todo mi corazón, además, solo me lleva cinco años, la edad no es importante cuando los sentimientos son sinceros—digo— además, vosotros dos ya nos disteis vuestro visto bueno de la relación, no entiendo qué ha podido cambiar en este tiempo.
—Ya lo sé hija, pero tú padre y yo todavía no nos hacemos a la idea de que Aiden esté enamorado de ti...—dice mi madre mirando hacia otro lado evadiendo mi mirada.
¿Estaba insinuando que Aiden no me quería como yo a él? ¡Después de todo lo que hemos pasado!
—Yo pensé que te alegrarías de que alguien me amase, que te alegrarías de verme feliz por una vez en mi vida... pero ya veo que la apariencias son más importantes para ti que la felicidad de tu propia hija—sentencio mientras cojo la mochila que estaba depositada en el suelo y salgo por la puerta con pasos decididos.
No podía creer que mi madre no se alegrara por mi. ¡Era mi primer novio! El estereotipo social de la edad está muy sobrevalorado, hoy en día mucha gente está con personas más mayores o menores que ellas y viven felizmente junto a ellas. Además, Aiden y yo solo nos llevamos cinco escasos años, no son tantos si lo miras bien.
Aiden a demostrado ser una de las personas que más me quieren y me respetan en este mundo y no entiendo la razón por la que no es suficiente para mi madre.
Divisé a Aiden aparcando suavemente frente a mi casa. Cuando me vio esbozó una sonrisa tierna y cálida provocando que todo lo que me había dicho mi madre hace a penas unos minutos se esfumara de mi mente para centrarme sólo en él y en la tranquilidad que me otorgaba nada más fijarme en su dulce sonrisa.
—Buenos días amor—me saluda tras bajar la ventanilla de su camioneta roja mientras apaga el motor y coloca su brazo izquierdo sobre esta.
—Buenos días—contesto fingiendo estar de lo más feliz.
ESTÁS LEYENDO
MI NIÑERO 2
Romance[COMPLETADA] Todo empezó cuando Aiden accedió a ser el niñero de dos niños pequeños y una adolescente por problemas de dinero y terminó encontrando a su alma gemela, Andrea. Juntos han pasado por mucho y ahora ambos están estudiando en la misma univ...