Love potion

IX

«¿Cómo se lo decimos?» Dijo Alya, mirando a Adrien en busca de respuestas. Todos los kwamis ya estaban alterados.

«¡No puede ser, estamos condenados!» dijo Fluff, el pequeño kwami del conejo.

«Esto es muy, muy malo. » Murmuró Wayzz, la tortuga. Y antiguo compañero del maestro Fu.

Y varios kwamis empezaron a hablar entre sí, pese a que Alya y Adrien intentaban callarlos.

«Shh, van a despertar a Mari» Adrien estaba preocupado por la reacción de su amada.

«Ya me desperté» dijo una voz, que sobresaltó a los de la habitación, era Marinette.

«¡Marinette!» dijeron Alya y Adrien al mismo tiempo y se acercaron a ella, no sin que antes Alya intentara (inútilmente) ocultar la caja.

Pero los kwamis seguían volando por ahí, estaban preocupados por la caja y por la guardiana. Alya esperó que tal vez Marinette sospechara algo, pero eso quedó rápidamente desechado cuando ella saltó a los brazos de Adrien.

No hace falta decir que el muchacho parecía sorprendido. Tikki y Plagg en realidad ya tienen una sospecha de lo que puede estar pasando con Marinette.

Ellos dos sabían que era momento de hablar con Adrien y Alya sobre sus teorías.

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«Están diciendo ¿Que Marinette está bajo un hechizo de amor?» Adrien estaba muy confundido y un poco molesto de que hubiera alguien que intentara hechizar a su Lady.

«Es bastante probable. No sería la primera vez que alguno de nuestros portadores es hechizado» admitió Tikki con preocupación.

«Pero ¿Esas cosas de verdad existen? Suena muy loco, si me preguntan. » Alya estaba escéptica sobre el tema.

«Existen los kwamis, y la magia. No debería sorprender a sus débiles mentes humanas que los hechizos existan. » murmuró Plagg, rodando los ojos, casi burlándose.

Ese tono condescendiente no agradó a Alya, quién estaba a punto de gruñir a la pequeña criatura.

«Paren ustedes dos, entonces ¿Wué hacemos con el tema de ella?» él lucía pensativo. «¿Quién podría ayudarnos? ¿Cómo podremos saber quién es el responsable de esto? » Adrien en serio quería ver bien a su "amiga"

Alya pareció tener una idea, porque su rostro se iluminó.

«De hecho, conozco a alguien. O más bien, conocemos a alguien» Alya guiñó un ojo a Adrien, quién parecía confundido.

Decidieron atar a Marinette, para que ella mantuviera su cuerpo lejos del de Adrien. Porque honestamente a él lo estaba volviendo loco estar cerca de ella sin poder hacer algo que quiere desde hace tiempo. Pero no va a aprovecharse.

«¿Por qué me atas Adrien? ¿Acaso no te gusto? Te cansaste de mí. » Marinette estaba a punto de chillar, así que Alya le tapó la boca con una cinta.

«¡Alya!» Adrien se cruzó de brazos, él estaba decidido a desatar a Marinette.

Plagg estaba en el bolsillo de Adrien, riéndose. Y Tikki asomaba la cabecita desde la cartera de Adrien, mirando con preocupación a su portadora.

«Lo siento, no quería llegar a esto, pero no había otra opción. Ahora tenemos que ponernos en camino. »