El noveno portador del One For All vivirá distintas aventuras que irán marcando su camino de héroe, pero tendrá dos heroínas que irán formando sentimientos hacia él. La depresión será un tema fuerte en su momento, pero ellas lo salvarán del abismo p...
— Izuku, hoy es día de lecciones. No olvides en preparar tu mente y liberarte un poco. Sé que tus estudios te tienen estresado, pero aprender un instrumento te ayudaría mucho a relajar tus nervios. -me decía mi padre Hisashi, él había vuelto del extranjero y decidió trabajar en Japón para estar cerca de nosotros-.
— Hai, otousan. La verdad me duelen mis dedos, pero creo que le voy agarrando gusto. -le dije a mi padre y noté que él estaba ilusionado por verme siguiendo sus gustos-.
Unos cinco años faltaban para entrar a UA, mis padres quisieron que intentara ser un chico normal en el sentido de que fuera emocionalmente estable. Y pues, un día que escuché a mi padre tocando una guitarra vieja que mi mamá guardaba en su recámara. El sonido llamó mi atención y quise averiguar qué pasaba. Cuando llegué a la habitación, otusan estaba tocando una bella melodía que a veces tarareaba yo cuando me sentía triste y quería olvidar.
— Izuku-kun, ¿quieres que te enseñe a tocar la guitarra? Podría ayudarte algún día. -me dijo él con una sonrisa que me demostraba tranquilidad y con un guiño que no entendí a qué se refería en ese momento-.
Pasaron los años y fui aprendiendo algunas canciones. Solo tocaba cuando estaba solo en mi casa, era mi tiempo de paz personal y cuando llegué a UA dejé de tocar porque las tareas y el tiempo de descanso de los entrenamientos de héroe me dejaban sin margen de nada.
Hoy en el campamento recordé eso porque Mandalay y Pixie-bob nos dijeron que al día siguiente haríamos una pequeña fogata con la clase B. Contaríamos historias de terror, comeríamos malvaviscos y haríamos alguna otra cosa para pasar la noche unidos como clase de héroes.
— Me gustaría entrar en confianza con todos, la mayoría de la clase A son grandes personas que yo admiro y algunos me han permitido creer que puedo tener amigos.
Luego que Aizawa nos ordenó ir a nuestros dormitorios, procedimos a mimir hasta que las vendas del sensei nos jalaron a todos hacia arriba de las camas para despertarnos y entrenar casi hasta morir. Apenas desayunamos, nos cambiamos la ropa de dormir por el uniforme de deporte y fuimos a la intemperie.
— Muy bien retoños, este día van a forzar el uso de sus quirks. En caso de que no lo sepan, sus dones también son habilidades físicas, y para hacerlos más fuertes deben esforzar el máximo de sus cuerpos hasta desgarrarlos. Así que... -Aizawa-sensei nos miró con unos ojos que daban miedo y una sonrisa psicópata- más les vale no morir.
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Tras intimidarnos, apareció la formación completa de las Wild Wild Pussycats, en donde estaba una chica de pelo verde turquesa muy expresiva, Ragdoll; junto con un hombre alto y fuerte con disfraz de gato que parecía sacado de una caja de cereal que evade los estereotipos de género, Tiger.
A partir de ese momento empezó nuestro calvario. Cada quien se separó para hacer distintos ejercicios para forzar nuestros quirks al máximo. Tiger me entrenaba para usar por más tiempo el One For All en modo Full Cowl y que mi cuerpo aguantara la carga de energía. Cada quien tenía su rutina de entrenamiento, era difícil y a veces insufrible.
