Preciosa, nos volvemos a ver

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*En el multimedia La Mansión Hosting*

Había despertado en una habitación que no era la mía y sinceramente no me sorprendía, todos los fines de semana era lo mismo ya que a mis padres no les importaba si dormía o no en casa porque siempre estaban de viajes de negocios. A mi costado se encontraba el dueño de la habitación, desnudo y apenas cubierto con una sábana; no recordaba su nombre y tampoco me interesaba hacerlo, eso significaría volver a verlo y eso rara vez pasaba conmigo.

Evitando despertarlo me levante de la cama y comenzó a buscar mi ropa, era la hora de irme sin despedirme ni nada de esas cursilerías, mi vestido lo encontré junto con mi brasilera y un tacón en las escaleras, mis bragas estaban en un rincón de la habitación junto con mi bolso de mano, me coloque mi otro tacón y baje las escaleras, abrí la puerta de calle; el sol iluminaba desde lo alto eran las 12 del mediodía del día domingo, cogí un taxi y partí rumbo a mi casa.

-son 13 dólares con 50 centavos- me dijo el chofer barrigón que manejaba

- tome, conserve el cambio- pague con un billete de 20 dólares y baje del coche rumbo a mi casa, más bien la mansión Hosting, uno de las tantas que tenían mis padres.

En la puerta de entrada estaba Michael, el mayordomo, un hombre de unos 70 años. Él era el único que se preocupaba cuando no volvía a casa durante varios días, era como un padre para mí y yo como su hija.

-hola Michael, como amaneció hoy?-le di un beso y un abrazo cariñoso al único hombre que me importaba

-Buenos días señorita Hosting, su padre llamó: quiere reunirse con usted para almorzar y necesita su confirmación.-me devolvió el abrazo y me dijo esto en un tono un poco molesto, a Él le enfurecía que mis padres no se preocuparan por su hija y la dejaran desde pequeña con la gente del servicio.

-Dile que cuando pueda me comunicare con él, estoy muy cansada y quiero dormir un poco antes de comenzar las clases mañana- me despedí mientras subía las escaleras quitándome los tacones, necesitaba una ducha urgente.

-Como ordene señorita Hosting-fue lo último que oí de parte de Michael.

Entre a la ducha a las apuradas, quería dormir cuanto antes, mientras lavaba mi cuerpo recordaba la noche anterior
*****Flashback*****
El club estaba lleno, todos me conocían, el que no lo hacía era nuevo o un ratón de biblioteca, todos sabían quien era Nicole y todos querían estar conmigo, mientras avanzaba entre tanta gente los hombres me saludaban, eran apuestos pero jamás estaba con el mismo hombre dos veces , en la barra se encontraba el barman haciendo unos Cosmopolitan, me acerque a pedir un trago cuando lo vi, estaba de espaldas, chamarra de cuero, un pantalón que se ajustaba a sus atributos, alto y fornido, se dio media vuelta y me dedico una mirada seductora junto con un guiño que a cualquier mujer volvería loca menos a mí, jamás un hombre había sido capaz de conseguir un suspiro de mi parte, tenía una barba de dos días, castaño , de unos 20 y tantos de edad, de manera provocativa me acerque a él , sé que soy hermosa y puedo tener al hombre que desee, con voz seductora le hable y todos entendieron que era EL elegido de esta noche.
*****Fin del flashback*****

Aun tenia alguna lagunas mentales por la resaca pero con una buena siesta se me iba a pasar, salí del baño, busque mi reproductor y lo puse en modo aleatorio mientras me relajaba y empezaba a dormitarme.

Estaba en una habitación encerrada, me tenía atada de pies y manos, recorría mi cuerpo sin permiso, Quería gritar pero no podía estaba amordazada, lo sentía en todas partes, en mis muslos, en mis pechos, en mi entrepierna, las lágrimas no tardaron en caer, yo solo quería que parara, Él se reía y disfrutaba de todo lo que hacía, las paredes se empezaron a acercar cada vez más a nosotros. Empezó a forcejear tanto que me caí de la silla donde estaba.

-perra estúpida, quédate quieta- dijo luego de darme un golpe que me dejo algo mareada.

Solo podía llorar y rogar que parara pronto, mientras esperaba que eso pasara todo se puso negro de repente y sentí que caía sin fin.

Y fue ahí cuando desperté, todo había sido una pesadilla con ese hombre nuevamente, hacía tiempo que no las tenía pero era común que de tanto en tanto vuelvan, estaba mojada en transpiración y mi respiración era muy agitada, mi reproductor se había quedado sin batería y la luna estaba en el centro del cielo rodeada de cientos de estrellas, me fije la hora en mi despertador, eran las 4:30 de la madrugada había dormido casi doce horas, la mansión estaba tranquila decidí bajar por un vaso de leche a la cocina en tanto me tranquilizaba mentalizando que todo había sido un sueño. Baje las escaleras y entrando en la cocina sentí pasos en la sala, mire desde donde estaba y no había nada, talvez era el viento. Decidí volver a dormir después de esto, subí las escaleras y en el pasillo había una sombra, alguien había entrado y burlado las cámaras de seguridad. Cuando volví a mirarlo ya no estaba, desee que fuera el sueño y el alcohol que un tenía en mi sistema. Pase por el cuarto de huéspedes para llegar a mi habitación cuando la puerta se abrió y una silueta me agarraba y me tapaba la boca, me arrastro dentro de la habitación, no sabía quién era ni que es lo que quería, solo deseaba escapar.

- preciosa, nos volvemos a ver- dijo entre las sombras con una sonrisa escalofriante.


Déjate AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora