19 • [JimSu]

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Todo iba mejorando.

La sonrisa de ambos chicos apareció en sus rostros, sin rastro de estrés o miedo sobre la seguridad de JiMin.

La papelería del castaño para ingresar como psicólogo había estado siendo revisada, y la respuesta se estaba esperando.

―¿Por qué cuidas tanto el teléfono? ―YoonGi entra por la puerta habiendo terminado de limpiar un poco su vivienda, mirando con suma curiosidad al adverso.

―Se supone que si me daban el trabajo deberían de llamar hoy...

―El día apenas va comenzando, JiMin. Deberías respirar un poco y no pensar en eso, hay más clínicas también.

―Lo sé lo sé. ―Respira profundo quedándose en la esquina de la cama, mirando sus manos con detenimiento, suspirando leve después. ―Solo que... me sentiría más cómodo siendo el segundo psicólogo... bueno, como la mano derecha de SeokJin.

―Y ojalá se logre, pero necesitas estar tranquilo respirar un par de veces y tal vez pensar en algo que te mantenga distraído. ―Ante esto, el castaño asiente ligeramente, acomodándose bien sobre la cama, recostado de lado y mirando a su novio justamente a lado suyo.

―Tienes razón... vale, me voy a quedar aquí y pensaré lo mejor. ―El castaño se oculta en el pecho de su mayor, sintiendo como le abrazaba por su espalda.

―Vas a quedar. ―Insiste nuevamente el mayor acariciando los castaños cabellos de su pareja.

―¿Y si no?

―¿Y si sí?

JiMin niega riendo ante lo dicho, pensaría positivo.

―Y tenemos tan cerca nuestras agendas llenas de nuevo... agh.

―Cosas de adultos, ya no es lo mismo que cuando éramos estudiantes, pero vaya que cuando estamos juntos lo disfrutamos, yo sé que ambos eremls felices a pesar de entrar de nuevo a trabajar.

―Tienes razón, todo va a cambiar mucho pero seguirá siendo hermoso.

―Desde luego que sí.

El castaño levanta su mirada con una sonrisa amplia y sincera, rozando levemente su nariz con la de su chico.

―Me siento...

―¿Vivo?

―Más que eso.

―¿Uh?

―Puedo estar vivo, sentirme vivo, pero si no soy libre eso baja mucho...

―Eres libre.

―Soy libre.

Ambos dejan salir una leve risita feliz, juntando sus labios en un delicado beso.

―Te amo... gracias. ―Dice el castaño en un susurro leve, subiendo encima del azabache y acariciando leve su rostro.

―Cumplí mi promesa... y ahora te siento mejor. ―El mayor muestra una leve sonrisa, posando ambas de sus manos en la cintura del menor, rozando sus narices en modo de cariño.

―Te podría demostrar de muchas maneras lo feliz y bien que me encuentro. ―Asegura el menor con una leve sonrisa orgullosa.

―¿De muchas? ―Alza una de sus cejas el mayor, mostrando su curiosidad.

―Muchas... ―Baja los besos hasta el mentón de su novio, rozando leve con su piel, esperando que entendiera el sutil gesto. ―Te lo puedo asegurar.

El azabache cierra sus ojos sonriendo leve al sentir los labios de su chico tocar con suma suavidad su tersa piel, ahora posando una de sus manos sobre el cabello ajeno.

Detrás de la máscara Donde viven las historias. Descúbrelo ahora