Lalisa No Es Humana ~•~ Jenlisa

💜Capítulo 1💜

La clase de deportes estaba por iniciar y en ese momento habían dos tipos de personas, por una parte estaban las mood Jennie que tenían las ganas de iniciar su ejercicio y seguir viéndose bonitas, las cuales eran la mayoría y en especial amigas de Jennie.

Por otro lado estaba el mood Lalisa, que no quería ni siquiera mover un dedo por lo terriblemente fastidioso que era compartir alguna actividad con sus compañeras alias copias de Jennie.

Claro que la rojiza no estaba disgustada por compartir lugar con una bonita Kim Jennie en blusa deportiva al pegue y short que acentuaba sus caderas, pero ya con las urracas de sus compañeras era avaricia.

Lalisa ni siquiera tenía problema para los deportes, total un chasquido de dedos y hacía las cosas bien, pero no podía darse el lujo de hacerlo todo perfecto porque podría llamar la atención y parecer sospechosa.

Lalisa estaba sentada en las gradas esperando al profesor, sumergida en sus pensamientos que no pudo notar el momento en el que una pelinegra se acercó a ella y se sentó a su lado. Volteó a mirarla y pudo observar la sonrisa más bonita que pudiese existir, fueron alrededor de 1 o 2 minutos que la miró embobada hasta que la contraria emitió palabra alguna.

—Hola, ¿Lalisa Manoban? —Preguntó Jennie sonriente.

—S-sí, ¿Kim Jennie? —Trató de responder nerviosamente.

—Mhjum. —La pelinegra le seguía respondiendo o intentando sacar plática, pero Lisa no sabia el porqué.

—¿Sucede algo? —Cuestionó y observó a sus alrededores buscando la broma.

—S-sí, b-bueno, el equipo de porristas y yo quisiéramos que te unas. —Jennie sonrió mostrando los dientes, y Lisa no supo si eso aceleró sus latidos o si lo fue el que le dijera que quería que sea parte de su equipo.

—¿Qué?, no, yo no le sé a esas cosas. —Le respondió exaltada.

—¿De que hablas?, te vi la vez que la profesora de baile nos hizo armar una coreografía para fin de mes, puede que hayas estado al fondo, pero para mí pudiste lucirte más que las demás. —dijo haciendo ademanes de obviedad.

Lalisa se sonrojó, su amor platónico la estuvo observando sin saberlo, y era vergonzoso porque ella ni siquiera se estaba esforzando esa vez, solo lo hacía por su calificación, de haber sabido que su muñequita la observaba hubiese dado todo de sí.

Pero un momento, ¿Kim Jennie la había notado? No, no y no, y justo ahora hablándole, ¿qué tal si olía mal? ¿Estaba muy desarreglada?, sus nervios aumentaron y empezó a sudar frío, Jennie notó eso y su sonrisa flaquea.

—Sí no quieres no importa, no es obligación que aceptes, solo opino que eres muy buena bailarina y tu talento puede aprovecharse. —Lalisa la interrumpió poniendo su mano en la boca de la otra chica quien abrió sus ojos sorprendida por la brusquedad.