Lalisa Manoban tiene un secreto, y no es el simple hecho de que le guste Kim Jennie, la chica inalcanzable, Lalisa no es humana.
💜Historia original mía
💜Jenlisa
💜Lisa x Jennie
💜ChicaxChica
💜Shipp secundario: Kaisoo
▫️Inicio: 19/08/20...
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Habían pasado ya algunas semanas después de ese suceso tan desagradable para todos, en especial para ellos tres.
Lisa reposó en cama durante dos días seguidos, costó mucho trabajo el volverse a poner en pie, su furia había sido tan grande que quedó en completa debilidad.
Su pecho volvía a doler con intensidad cada que el recuerdo de Jongin sobre Jennie regresaba a su cabeza, habían pasado semanas, pero le seguía molestando, inclusive le molestaba más con el pasar del tiempo.
Lalisa quería contarle lo sucedido aquella madrugada a Jennie, pero… ¿Cómo lo hacía? Aún no se sentía cercana a ella para revelar ese tipo de confesiones. Todo la abrumaba, y como única opción, solo le quedaba seguir como si nada hubiera pasado, restándole la misma importancia que todos los que habían sido involucrados, incluso la pareja, que parecían más cariñosos de lo habitual.
La semidiosa solo tenía una nueva esperanza: lograr ganar la confianza de su pelinegra favorita, y poder confesar todo.
Estaba desesperada, había una angustia que no la abandonaba, Jongin no le daba confianza, y no solo por ser prácticamente el obstáculo, o su competencia directa, había algo en él... que no le hacía sentir que era leal, o sincero con el amor que expresaba a su novia.
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A pesar de que había ganado popularidad por ser la nueva integrante del grupo de porristas, además de haber cautivado a todos mostrándose con su nuevo uniforme que acentuaba su delgado cuerpo, también ganó nuevas miradas por un notorio corte de flequillo, que dejaba más a la vista sus bonitos ojos achocolatados, a pesar de todo eso, ella prefería seguir manteniéndose al margen de todos, aunque las cartas de amor por parte de admiradores secretos, no tardaron en aparecer.
Las competencias de porristas se acercaban, y las prácticas se volvían cada vez más intensas de lo esperado, aun así, nada podía cansar a Lisa, aunque de vez en cuando fingía cansancio, para no levantar sospechas entre el grupo.
—Estoy muerta del cansancio —expresó Momo, quien con dificultad dejó caer su cuerpo al suelo. Su agotamiento físico era imposible de ocultar.
—No siento mis piernas… me falta el aire. —Irene apoyaba sus manos en sus rodillas, tratando que sus piernas dejaran de temblar.
