2. Querido diario...

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Vivimos en un mundo en el que las personas dependen cada vez más de un móvil o de cualquier aparato electrónico. Todo el mundo comienza a olvidar, poco a poco, el uso del papel. Es difícil imaginar un día sin el móvil; la vida parece detenerse. En las escuelas, en las tiendas de ocio, en las empresas e incluso en los hospitales, el móvil es esencial. Sin él, parece que no podemos vivir.

Luke se encontraba en su habitación, con el cuaderno rojo abierto sobre la mesa. Miraba las páginas en blanco y pensaba en qué escribir. Finalmente, decidió que era hora de dar el primer paso y dejar de lado su resistencia a escribir a mano.

10 de julio de 2021

Querido diario, hoy ha sido un día aburrido.

Pero quisiera contarte una historia sobre mí. Me llamo Luke Wheler, tengo 17 años y, a veces, siento que tengo una vida bastante miserable, empezando por cómo es mi familia.

Tengo una familia peculiar, y aquí te la presento. Una vez, mis padres me llamaron emocionados y me dijeron que en nuestra casa de campo llegó volando un pavo real y se quedó en el huerto. Fue en primavera, en Francia. Cuando llegué, lo encontré en el gallinero, persiguiendo a los gallos. Durante varios días, permaneció allí, viviendo en paz y sin hacer ruido, hasta que un día, mordió la redecilla en la calle y desapareció. Resulta que son bastante hábiles a la hora de volar. Lo encontraron a 30 km de distancia, en otra casa privada. Decidieron que así estaba bien.

-No sé cómo se me ocurre tener una familia así. - Murmuró Luke, sonriendo al recordar la anécdota.

De repente, el sonido de su teléfono rompió el silencio. Era Jack, su amigo de toda la vida.

-¡Hey, Luke! - Exclamó Jack al contestar. - ¿Qué haces? ¡Hoy es el último día antes de las vacaciones!

-Nada, escribiendo en un cuaderno. - Respondió Luke, sintiéndose un poco tonto por la revelación.

-¿En serio? ¿Desde cuándo escribes a mano? - Preguntó Jack, con una mezcla de sorpresa y burla.

-Desde hoy, en realidad. Estoy intentando hacer algo diferente. Pero es más difícil de lo que pensé.

-Vamos, eso suena interesante. ¡Deberías unirte a nosotros en la fiesta de esta noche! - Insistió Jack.

Luke dudó. La idea de una fiesta lo emocionaba, pero también le daba pereza. Además, había un tema que le preocupaba: Trevor. Su exnovia, Amber, había estado saliendo con Trevor desde su ruptura, y cada vez que los veía juntos, una mezcla de emociones lo invadía.

-No sé, Jack. Tal vez me quede en casa. No quiero ver a Trevor y Amber juntos.

-¿Por qué te importa tanto? Ya no están juntos. Deberías disfrutar de la vida. -Jack hizo una pausa, cambiando de tono - Recuerda que hoy es el último día antes del verano. ¡Hazlo por nosotros!

Luke suspiró. Sabía que Jack tenía razón, pero el simple pensamiento de ver a Trevor lo llenaba de inseguridad.

-Está bien, iré. - Aceptó finalmente, intentando sonar más entusiasmado de lo que se sentía.

Después de colgar, Luke se asomó por la ventana y observó a los vecinos en el jardín, riendo y disfrutando del día soleado. Sabía que tenía que salir de su zona de confort. Se levantó y se preparó para lo que sería una larga noche.

Al llegar al instituto, el ambiente era electrizante. La música resonaba en los pasillos, y las risas de los estudiantes llenaban el aire. Luke caminó hacia su grupo de amigos, donde vio a Jack conversando animadamente con Maya, una chica artística con una risa contagiosa, y Leo, el escritor soñador del grupo.

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