3. Un trato misterioso

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Luke había pasado la última semana luchando contra una de las tareas más difíciles que había enfrentado en su vida: escribir cinco páginas a mano. Claro, no era precisamente Shakespeare, y las faltas de ortografía parecían multiplicarse cada vez que lo intentaba. Cada palabra escrita en el cuaderno rojo le recordaba lo mucho que dependía de su móvil para todo. ¿Por qué alguien haría algo tan anticuado como escribir en papel hoy en día?

Había pasado horas tachando y corrigiendo, e incluso se había frustrado tanto que en un momento pensó en abandonar la tarea por completo. Sin embargo, algo en la extrañeza de la situación lo motivaba a continuar. Tenía una misión, y Luke no era del tipo que dejaba un misterio sin resolver. Así que, a pesar de que sus "y" se confundían con "i" y sus "b" se parecían sospechosamente a "v", logró completar las cinco páginas.

12 de julio de 2021

Querido diario, Esta es mi segunda entrada. Ayer fue uno de esos días extraños. Escribí cinco páginas llenas de faltas de ortografía que probablemente harían llorar a mi profesor de literatura. Hoy también ha sido raro. Intenté averiguar quién está detrás de este cuaderno, pero no tengo ni idea. El día estuvo tranquilo, salvo por el pavo real que mis padres siguen mencionando. Estoy empezando a pensar que se lo inventaron para hacerme reír. Después de todo, ¿quién tiene un pavo real volando por su jardín?

Con eso, cerró el cuaderno, dándole una última mirada antes de meterlo en su mochila. Había algo casi inquietante en la manera en que el cuaderno parecía estar siempre un paso adelante de él, como si tuviera una mente propia.

El domingo había llegado, y Luke sabía exactamente lo que tenía que hacer. Se dirigió a la biblioteca, tratando de pensar en todas las formas posibles de averiguar quién estaba detrás de este juego. ¿Sería alguien de la fiesta? ¿Maya tal vez? Ella siempre tenía un toque misterioso. ¿O Jack, el único al que le había contado sobre el cuaderno? No lo creía posible. Jack no tenía la paciencia para algo así, ni la creatividad. Y Trevor... definitivamente no. Trevor solo pensaba en sí mismo y, claro, en Amber.

Cuando llegó a la biblioteca, el lugar estaba casi vacío. Luke pasó desapercibido mientras se dirigía a la sección "Misterios y Comedia". El nombre de esa sección le pareció un tanto irónico. ¿Qué tenía que ver un cuaderno rojo misterioso con una colección de comedias? Tal vez todo era un truco para hacerlo reír. Al encontrar la estantería correcta, deslizó el cuaderno entre dos libros desgastados y se quedó ahí por un momento, tratando de actuar de manera casual. Pero no era fácil; estaba visiblemente nervioso.

—Bien, cuaderno, haz tu magia. —Murmuró para sí mismo antes de alejarse con las manos en los bolsillos.

Había decidido quedarse en la biblioteca, solo para ver si alguien recogía el cuaderno. Tomó un libro al azar y se sentó en una de las mesas, fingiendo leer mientras mantenía un ojo en la estantería. El tiempo parecía pasar lento. Las personas entraban y salían, pero nadie se acercaba al cuaderno. Tras una hora y media de observar sin éxito, empezó a aburrirse. "Quizás sea mejor irme", pensó.

Justo cuando estaba a punto de levantarse, una figura se acercó a la estantería. Luke entrecerró los ojos para observar mejor, pero la persona se movió demasiado rápido. Para cuando se levantó de su asiento, ya era demasiado tarde. El cuaderno había desaparecido.

Con el corazón latiendo rápido, Luke se apresuró hacia el lugar donde había dejado el cuaderno. En su lugar, encontró una pequeña nota doblada, pegada entre los libros. La tomó con manos temblorosas y la abrió rápidamente. El mensaje era breve, pero claro:

"Tu vida parece interesante. Escríbeme sobre tu primera semana de verano y cuéntame cuál es tu película favorita. Si lo haces, te daré una pista sobre quién soy. Recuerda, siempre entregas los domingos."

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