𝑰𝑰

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—¡Bueno días, Mitsuba!

—¡Ahh! —tomo rápidamente la puerta para no caer—. Bu-buenos días, Minamoto-kun.

Se fue a su lugar soltando un suspiro y acomodo sus cosas. De su mochila saco su cámara donde estaban las fotos que saco ayer, estaba tranquilo hasta que se sintió algo presencia algo incomoda a su lado y ahí estaba, un rubio de ojos celestes también viendo las fotografías.

Nervioso solo pasaba las fotos cada un minuto, no sabía porque de repente Kou siempre se acercaba a él.

<<Tranquilo Mitsuba, tal vez... Solo tiene curiosidad sobre la cámara y las fotos, si eso debe ser... Vamos, al menos puedes conseguir un amigo>>

Y comenzó a planear un tema de conversación, respuestas a posibles preguntas y algunas reacciones que podría tener, quitando cosas que tal vez lo incomodaría, etc. Estaba listo, formo la mejor sonrisa que pudo y se volteo para verlo a la cara.

—Mina-

—Oh, ¡Satou llegaste! —se fue a la entrada del salón.

Se quedo en la misma pose hasta que llego su profesora, trataba de concentrase en clase, pero seguía recordando lo sucedido. Rezaba que nadie haya escuchado o visto su "humillación", ¿Cómo puede irse una persona cuando le están por hablar?, además que el rubio se le acercaba muchas veces y justo tenía que irse cuando iba iniciar un tema de conversación.

<<Tal vez fui muy lento... ¡Maldición!, ya no importa. Ahora solo tengo que concentrarme en la clase.>>

Sacudió un poco su cabeza y anotaba todo lo que estaba en la pizarra en su cuaderno.

<<Quisiera tener poderes... Para ver el futuro y evitar lo "inevitable".>>

Su cabeza hizo un corto circuito y se dio cuenta de la estupidez que acababa de pensar.

<<¡Pero ya tengo poderes!, entonces... Quisiera ver el futuro de Mitsuba>>

El exorcista miraba de vez en cuando a su "amigo" (lo considera uno, pero el otro solo lo ve como un compañero más de clase), ya pasaron tres semanas de que se le acercaba sin éxito. Entonces pensó en saber su rutina para acompañarlo y encontrarse de ""causalidad"", pero también es un problema, ya que estos no se hablaban muy seguido.

Entonces solo le quedo su única opción: Observarlo en clase y en la escuela en general.

Él quería salvarlo, no solo verlo y esperar algo del destino como típico cliché para hablarse y estar juntos en cualquier momento, como que se le caiga unos papeles y él lo ayude a levantarse, solo que quitamos la parte de enamorarse al verse a los ojos. No, él necesitaba encontrar ya una manera o se sentirá culpable por no lograrlo a tiempo y saber que sucedería, sin hacer "nada".

<<Ahora solo falta pensar, ¿Cómo?>>

Sonó la campana, indicando que ya termino la hora de la profesora de literatura y tocaba su menos favorita: Ingles.

—Hola chicos, aquí tengo sus notas del examen.

<<... Destino sé que acabo de decir algo en contra tuyo, pero aceptas mis disculpas y apruébame el examen.>>

Suplicaba a cualquier ser místico que escuche sus plegarias, era muy malo en inglés, demasiado malo. Si reprobaba este examen y el otro, su hermano mayor lo inscribiría a una clase privada para mejorar en la materia.

Eso significa el doble de tareas, salir de la secundaria para ir a otra clase privada de mínimo cinco a seis horas, menos tiempo para entrenar y...

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