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Min YoonGi nunca fue fan de las cosas paranormales, sinceramente no le interesó mucho ese tema o eso hasta que aquella noche una voz le hizo compañía en su oscura habitación. No había podido dormir correctamente, a pesar que grito con todas sus ganas y su madre fue a su rescate, el pequeño Min no había podido descansar en los días posteriores al suceso. Llevaba algunas semanas compartiendo cama con su madre, abrazándola con fuerza, cómo si temiera quedarse solo por la noche.

La madre del pequeño debía admitir que se sentía culpable por el comportamiento de su único hijo, creía qué tal vez se había sobrepasado con la historia que le había contado. Ver su rostro atemorizado por las noches mientras que se abrazaba a su cuerpo le partía el corazón a más no poder.

—Bebé, sé que tienes miedo, pero no puedes dormir conmigo para siempre.— Comenzó a hablar acariciando los suaves cabellos de su tesoro.— Vamos a tu habitación y te hago compañía.— YoonGi al escuchar aquello negó rápidamente, no quería estar en ese lugar nunca más. —Vamos, durmamos en tu habitación y mañana te premiaré con un helado por ser un buen niño.— El pequeño pálido no caería con un truco muy bajo, pero su madre no le dio más opción cuándo lo alzo con mucho esfuerzo para llevarlo hasta su alcoba. Cuando ambos ingresaron YoonGi no pudo evitar cerrar los ojos con fuerza, su madre lo dejó sobre la suave superficie de la cama y sonrió. —Llegamos.— La fémina se acomodó al lado de su hijo y suspiró al sentirse muy grande para la cama tan pequeña. Por su mente pasó el abandonar a su hijo cuando esté por fin pudiera dormir.

—Mamá, te dije que no quería venir.— YoonGi se apego al cuerpo de su madre, no dormiría, no lo haría, nunca más podría descansar en su habitación, no y cuando menos se dio cuenta había caído dormido. YoonHee se esperó algunos minutos más procurando que su hijo estuviera muy dormido, cuando creyó que era hora se levantó con mucho cuidado dejando solo al pequeño Min en la habitación.

Silencio, no había ruido alguno que pudiera perturbar el sueño del de ojos gatunos. Las horas pasaban y la noche pasaban con total tranquilidad. YoonGi parecía un muerto, no se movía y su respiración era tan tranquila, todo una pena despertarlo o eso pensaba aquel ser que lo observaba detenidamente.

—Un niño miedoso, al igual que todos los demás.— Pasó su lengua por su labios cómo si se imaginara el sabor de la carne y sangre de YoonGi. Acercó uno de sus dedos a la mejilla del infante y sonrió. —Pronto.— Se alejo después al escuchar ruido en el pasillo fuera de la habitación. —Pronto.— Después de decir aquello desapareció sin dejar rastro alguno. La puerta de la habitación se abrió dejando ver a YoonHee con una expresión de confusión.

—Podría jurar que escuche a alguien hablar.— Susurro quedamente inspeccionando a su hijo rápidamente para ver qué se encontrará bien. Al estar segura volvió a cerrar la puerta dejando a su pequeño descansar. —Tal vez me falta dormir.—

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—¡Mamá, me dejaste solo!— YoonGi hizo un berrinche pataleando en el sofá de la sala. Su madre sonrió divertida. —Eres malaa.— Escondió su rostro en uno de los cojines y se quejó, la mayor por otro lado se acercó con las llaves de su auto y las sacudió para llamar la atención del contrario.

—Está mala mujer te llevará a comprar helado.— YoonGi saco el rostro del cojín y la miro con una ceja alzada. —Vamos, bebé. Te dije que te compraría un helado si dormías solo y lo hiciste.— YoonHee acaricio los cabellos de su hijo. —Yoonnie es un niño muy valiente, pudo derrotar al monstruo miniboo.— El infante apretó los labios entre sí, ¿su madre hablaba en serio?

—¿Realmente pude hacer eso?— Tal vez, al final había imaginado todo y realmente nada había ocurrido, todo fue una pesadilla, sí, eso había sido. Se levantó de su asiento enseguida y sonrió. —Vamos por ese helado, mamá.— Y así, con ese pensamiento pudo YoonGi sentirse tranquilo. Al menos por ahora.

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hola y perdón. les amo y gracias por leer.

amor en la oscuridad ; JSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora