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—Mamá, aún es muy temprano para ir a la cama.— Los labios de aquel chico se abultaron considerablemente. Apenas el reloj marcaba las ocho de la noche y el pequeño Min YoonGi se negaba a ir a la cama.

—No, a mimir. — Su madre se acercó al niño tomando el control de la televisión para apagarlo, casi al instante un quejido salió de entre los labios del pequeño. —Mañana tienes clases y no puedes llegar tarde.— La mujer sonrió al ver el pequeño berrinche tomando a su hijo cómo pudo de los brazos para poderlo guiar hasta la habitación. Cuando ambos estuvieron en la alcoba del menor su madre buscó el pijama de nubes que su hijo usualmente usaba.

—Aún no tengo sueño, no importa que me acueste no podré dormir, mamá.— Cuando la fémina le extendió la pijama YoonGi no dudo en tomarla para comenzar a colocársela.

—¿Quieres que te cuente una historia?— YoonGi se subió a la cama colocándose bajo las mantas, al escuchar la pregunta no tuvo más que asentir lentamente. Sabía que su madre adoraba contarle historias para que durmiera, pero específicamente esa noche YoonGi mantenía su sistema alerta. Tal vez fue aquel chocolate que había comido lo que había provocado su actividad y energía. —Esta es la historia de un ser oscuro y maligno, nunca se supo su nombre con exactitud.— Comenzó la mujer a contar con un tono de voz calmado y bajo. —Muchos le apodaban miniboo.— El menor soltó una risita y negó.

—Madre, ese nombre no da miedo.— Su madre ladeó la cabeza y sonrió un poco culpable. En realidad sólo quería asustar a su hijo un poco para que este decidiera dormir, pero al parecer la mayor no era buena improvisando.

—Seguramente no, pero este ser se hacía amigo de los niños que no dormían por las noches.— Siguió hablando. —Nunca se dejaba ver, solamente su voz resonaba por las habitaciones indicando siempre que estaba debajo de la cama.— YoonGi se removió un poco solo al imaginar algo como eso, en una situación así estaría muerto del miedo y es qué, ¿qué harías si de un momento a otro alguien comienza a hablar y te dice que está debajo de tu cama?, era sumamente espeluznante.

—¿Solo hablaba?— Interrogó el pequeño Min.

—Miniboo animaba a los niños a bajar de sus camas para que se asomasen por debajo de estas.— Su madre guardó silencio por algún momento por lo que YoonGi volvió a hablar.

—¿Y después que pasaba?— La voz del de ojos gatunos tembló sin querer, lo cual solo provocó una sonrisa en su madre.

—¡Se los comía!— La mayor alzó la voz sin previo aviso haciendo a su hijo saltar del susto que esa acción le provocó. YoonHee, la madre de YoonGi se abalanzó sobre él simulando que se lo comía, lo que a YoonGi solo le provocó soltar un grito.

—Mamá, no, no, no. — La fémina se separó soltando unas cuantas risas divertidas, YoonGi en cambio hizo un puchero, no había sido la mejor historia del mundo, pero al menos su madre le había hecho gritar.

—Ahora a dormir si no miniboo vendrá por ti y te comerá.— Esta se levantó de su asiento inclinándose un poco para besar la frente de su pequeño. —Buenas noches, Yoonnie, ten dulces sueños. —No espero una respuesta de su hijo, se dio la vuelta apagando las luces de la habitación del menor y cerrando la puerta a sus espaldas.

—¿Dulces sueños?, debería estar bromeando.— Se quejó mientras se arropaba mejor. —Miniboo, qué nombre tan más ridículo.— Murmuró bostezando para después cerrar los ojos dispuesto a dormir. Al parecer la historia de su madre había hecho algún tipo de efecto en él.

—A mí me gustó la historia.— Una voz pequeña y delgada se dejó escuchar por lo bajo, casi como si de un susurro se tratase. YoonGi abrió sus ojos casi al instante quedándose quieto, ¿qué había sido eso?

—¿Mamá, sigues ahí?— Hablo tratando de pensar que su progenitora quería hacerle una clase de broma para asustarlo aún más, pero no recibió respuesta alguna y solo el silencio sepulcral de la habitación le hizo compañía. —No es divertido, ya dormiré no hace falta.— Volvió a cerrar los ojos tratando de tranquilizar su acelerado corazón pero un pequeño ruido bajo su cama lo puso alerta. Tomó las mantas cubriendo su cabeza por completo, hizo sus piernas más pequeñas queriendo hacerse bolita sobre la suave superficie. —Esas cosas no existen, los monstruos no existen, los fantasmas no existen, los demonios tampoco.— Comenzó a murmurar el pequeño Min tratando de tranquilizarse.

—¿Seguro?—

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hola mis amores.♡︎
historia nueva, ¿les interesa?

espero que le puedan dar apoyo;;
siento que perdí el toque en escribir.
\llora.

amor en la oscuridad ; JSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora