Las probabilidades de que la misión terminará fallando eran de un 30% en contra de los héroes ahora mismo reunidos en lo oscuro de un callejón de la ciudad de Tokio. La inasistencia de Red Riot los dejaba con una brecha bastante abierta considerando la situación a la que se enfrentaban y por la que varias semanas se habían estado preparando.
— Basándome en la contingencia, lo mejor que podemos hacer es mantenernos a la espera de…
— Ya hemos esperado suficiente — intervino Katsuki a Izuku. — lo apropiado es atacar.
Fat consideró la dos ideas y pensó en ellos detenidamente. Ambas ideas venían al caso, pero en qué orden.
— Lo haremos. Atacarnos en lo que esperamos. Simplemente necesitamos que el villano se dirija hacia el puente imposibilitando sus ataques. — le dedico una mirada al rubio — Eres el apropiado para esto. Tanto yo como Deku esperaremos a tus señales.
Ground Zero choco sus puños mostrando gran satisfacción reflejada en su amplia sonrisa; mientras tanto Deku ocultaba su preocupación.
No quería incomodar a su compañero mostrando aquel tipo de sentimiento innecesario en ese momento. No tenía derechos de sentir aquello, no era merecedor de ello, al menos no aún.
Soltando una bocanada de aire, tomo posición en lo alto del puente como fat lo había planeado y espero pacientemente a que Bakugo le trajera al enemigo.
Desde aquella altura se sentía poseedor de toda la ciudad. Se sentía tan ligero y a la vez tan pesado. Todo su cuerpo podía sentir el frío calar a través de su traje mientras se debatía si preocuparse o no por su amigo.
“por dios, Deku… ya eres un adulto. Tranquilízate” susurro al aire
— ¿ Qué tanto balbuceas, idiota?
— Perdón.
Nuevamente Izuku suspiro enfrentando la situación. Un paso en falso y todo se iría a pique, las bajas serían devastadoras y la vida de Bakugo estaba entregada a la muerte segura en el mínimo de los errores.
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Kirishima corrió tan rápido como pudo hacia su auto, arrancando con el hacia la misión que de seguro ya había dado inicio. Eran las 21:11 p.m y la sita estaba programada para las 20 horas de la noche cuando diera la oportunidad de atrapar al villano. Así había sido desde hace semanas. Lamentaba que fuese justo en medio del cumpleaños de su única hija y despedirse como lo había hecho con su esposa, pero ante todo era héroe y debía ir a su misión o era lo que de lo que se convencía arduamente sin mayores éxito.
Le preocupaba la misión, pero aún más le preocupaba Bakugo. Sabía de sobra de que si algo sucedía con la misión el sería el primero en ofrecerse para ir al frente de la batalla colocándose como distracción y era aquello que no le permitía hacer la vista gorda mientras celebraba a su hija. Debía ir a por él costará lo que fuese.
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Sin poder evitarlo, Katsuki pensó en el pelirrojo sin ninguna razón en particular. Simplemente se le vino a la mente y con ellos miles de pensamientos le siguieron para desconcentrarlo por completo.
Se lo imagino de lo más feliz junto a su familia y amigos mientras el estaba ahí, en el frío, deshabitado y oscuro callejón.
“Así son las cosas” pensó recordando los micrófonos que portaban y que habían delatado a su compañero balbuceando en idioteces.
Al verse rodeado de obscuridad estuvo de acuerdo con algo. Aquel color lo representaba mucho mejor que el rojo, el verde o anaranjado. Ya era parte de él.
Y desde aquella misma oscuridad divisó al enemigo emergen de ella con total naturalidad. No había pizca de preocupación.
— Nuestro amigo a llegado — avisó — procedo.
Con gran estilo, Ground Zero se interpuso en el andar del villano apareciendo tras una pared causando que este se detuviera de golpe. Al parecer parecía sorprendido.
— No los esperaba tan pronto, héroes.— confesó el sujeto.
Sin importarle mucho la situación, Bakugo encendió una de sus manos con pequeñas explosiones para así distinguir al sujeto el cual seguía en su mismo sitio.
Era tan cual fat lo había descrito. Alto, musculoso. De cabello corto y negro, con una cicatriz a lo largo de su garganta.
— ¿Estás tu solo? No lo creo… —pronunció el tipo mies tras observaba hacia todas partes. Frunció el ceño al no encontrar a nadie más — ¿Acaso me has subestimado?
— Es inútil que esperes a alguien más. Conmigo basta para mandarte al mismo infierno, maldito.
Fat negó aquella provocación en forma de reproche, pero en su posición, sólo podía confiar en aquellos dos jóvenes que a pesar de todo, estaba arriesgando su vida con un plan que podía fracasar en cualquier momento.
En lo más profundo de su corazón, aún pensaba que Red Riot podría aparecer para volver al plan inicial y dar fin a la pelea en un ciento por ciento más rápido que ahora.
Deku estaba completamente atento a las palabras de su compañero y no quitaba su vista en donde debía de estar el rubio con el villano, sin embargo y de la nada, una explosión apareció en plena carretera.
— Kacchan…— pronunció muy por lo bajo en un mar de preocupaciones.
Ground Zero dio el primer paso hacia en frente y con ello, el audaz movimiento de un experto ladrón se hacia del micrófono del héroe quien no se sorprendía en lo más mínimo, dando inicio a la pelea.
De un solo agarre, el villano fue capaz de lanzar a Bakugo kilómetros más allá del callejón atravesando la avenida principal. Ground Zero hizo explotar sus manos quienes impidieron que este se estrellara críticamente contra un edificio. Aquella explosión fue la que Deku había visto desde las altura y la que había puesto en alerta a fat.
El villano era rápido pese a su altura y peso. Se movía como si de una pluma se tratara y le estaba costando tiempo al héroe Ground Zero acostumbrarse a la pelea. Se estaba alargando demasiado la situación aún cuando tenían toda la noche a su favor como también en contra.
*”la noche está a su favor. Su manera de desplazarse es la de un felino. Mientras que sus ataques toman fuerza a cada golpe. “*
— al parecer me has descubierto — dijo el tipo — puedo hacer que mi cuerpo se vuelva pesado como también liviano. Me puedo mover con facilidad como una pluma y destrozar todo a mi alrededor como una bola de acero.
—nada con lo que no haya lidiado anteriormente. No te creas la gran cosa.
—Uds los héroes no saben cuando cerrar sus bocas y aceptar su derrota.
El primero golpe lo hizo Bakugo. Su puño había quedado atrapado en la palma contraria y aprovechando aquello, el villano alzó su brazo levantando por los aires al héroe para luego estrellarlo con demasiada fuerza en el suelo.
Bakugo soltó un mar de sangre por su boca en lo que intentaba respirar nuevamente. Sentía todo su cuerpo entumecido. Y su brazo estaba del todo quebrado, pero aún así… ocupo el que le quedaba para hacer explotar el rostro del tipo que se vio en la necesidad de retroceder bastante magullado.
—Eres lo que se dice por ahí… —soltó una carcajada demasiado divertido— Me agradan los tipos como tu.
—Al demonio tu alago, infeliz.
Apenas podía ponerse en pies y el brazo le caía en su costado, pero mientras aún uno de sus brazos soltara explosiones… Bakugo seguiría en la pelea.
Deku se mordía el labio impotente, provocándose un sangrado en lo que observaba la situación a lo lejos. Fat sentía lo mismo, sin embargo… habían logrado descubrir del todo el quirk del villano.
El sujeto sacó de su bolsillo unas canicas de acero los cuales comenzó a lanzar en contra del rubio uno por uno.
Al tocar la superficie, las canicas lograban romper las paredes y las calles y atravesar los autos que ahí están estacionados. Ground Zero alcanzo a recibir uno en la clavícula destrozando lo por completo.
La situación ya era demasiado imposible para uno solo. Deku en su intento por convencer a fat de salir del escondite, Bakugo gruño enfadado que ser mantuvieran callado.
—Así que has venido con amigos. —dejo el villano— Haré de sus vidas un infierno.
Las canicas ser le habían acabado pero seguían algunos clavos. Los primeros se incrustaban dolorosamente en el cuerpo del héroe, pero los siguientes comenzaban a desgarrar su piel por dentro. La pérdida de sangre era considerable.
Kacchan… —imploraba Izuku
—Haremos ingreso — por fin dijo Fat — tengo un nuevo plan… lamento la tardanza Ground Zero…
—Esperen…
La línea de intercomunicadores era interferida por Kirishima.
Bakugo alzó su vista. Red Riot aparecía tras la espalda del villano al cual logró mover varios metros hacia la carretera principal.
—Nos mantendremos con el plan original.
Kirishima observó a su compañero y sintió que su corazón se hacía añicos. Quería abrazarlo, protegerlo con todo su ser. Comprendía lo importante que seguía siendo Bakugo para el y que jamás dejaría de serlo. Bakugo lo era prácticamente todo para el aún cuando se negaba a reconocerlo, aún cuando lo negaba sin descanso.
El villano nuevamente se levantaba. Estaba bastante irritado ya que la hora de su plan estaba al límite. Debía terminar con todo lo más rápido posible, pero tenía a un héroe cuyo poder había logrado mandarlo lejos varios metros de ellos.
Dejó de centrarse en el rubio y puso su atención en el pelirrojo. Su presencia le parecía amenazadora y su poder parecido al de él.
Corrió lo más rápido que pudo impactando al héroe en el pecho. Red Riot fácilmente pudo detenerlo, pero este colocaba más fuerza en el agarre.
—Eres bastante fuerte — dijo el tipo.
Bakugo se puso de pies luego de a verse quitado todos los clavos que tenía incrustado en el cuerpo. Suerte de que ninguno había llegado a un punto vital. El brazo derecho lo tenía casi desprendido mientras que su cuerpo volvía a tener movilidad. Aún podía pelear.
—No pienses en moverte — pidió Deku a través del comunicador. — sólo… descansa un poco kacchan.
Eijiro le dedico una mirada a su amigo y con un grito desesperado alzó al tipo lanzando lo hasta el límite de la carretera. En aquella zona estaba Deku y no dejaría que este escapara hasta Fat sin antes dejarlo moribundo.
Se dejó caer de lo alto del puente apareciendo frente al villano quien al percatarse, se levantó rápidamente del suelo infló su cuerpo en una esfera y le dio peso para luego rodar hasta Deku.
El peliverde abrio sus ojos sorprendido e intentó detenerlo pero fue lanzado bastante lejos.
Red Riot aparecía.
—Ven!!!
El villano fue hasta el pelirrojo y este lo tomó con dificultad, pero aún así lo alzó con demasiada fuerza hacia el cielo y Deku pudo darle un golpe que lo dejó sin su forma esférica provocando que el oleaje del mar se alzará hasta algunos edificios.
El villano era capturado por Fat desde las alturas y llevado rápidamente hacia el cuartel, mientras Izuku aún seguía descendiendo. Desde ahí, era capaz de ver como Eijiro corría con todas sus fuerzas hacia Bakugo y lo sostenía entre sus brazos. Maldecir no poder oírlos.
—Hemos ganado. — sonrió afligido por el estado de su compañero. — Te llevare lo más rápido que pueda al hospital.
—Descuida, esto no es nada. —resto importancia Bakugo. — más importante, deberías volver con tu familia.
El escuchar aquellos por parte del rubio hería sus sentimientos. Estaba siendo rechazado nuevamente o así lo sentía Kirishima, pero aún así no dejó de sostener aquel cuerpo ensangrentado.
Quería poder mantenerse en ese estado por algunos minutos más, pero Izuku aparecía para tomarlo del hombro informándole que todo estaría bien con Katsuki así que el podría volver con su familia que debía de estar esperando su llegada.
—Lamento lo ocurrido.— dijo Kirishima. —si hubiera llegado a tiempo…
—Venga, Riot. — se encogió de hombros el peliverde — Era inevitable. Ya eres un hombre de familia, ellos son los que importan más…
Katsuki se puso en pies interrumpiendo de esa manera la conversación logrando que Izuku le prestará atención para ayudarlo a sostenerlo.
—Regresa — dijo el rubio dedicándole una mirada al pelirrojo — Es hora de que nosotros regresemos también a EEUU.
—Así es —afirmó Deku — ya nos hemos divertido mucho por hoy. Nos volveremos a ver en alguna otra ocasión.
Su mundo estaba hecho un lio. Su mente estaba en blanco y su corazón lleno de un odio que no sabía como mantener en su lugar sin herir a nadie.
La noticia era difícil de explicar y de asimilar. Era padre. Tenía una hija que era criada por su amigo por medios de engaños.
Qué debía hacer. Cómo continuar con su vida así.
Yuuki le había dicho que decir la verdad acabaría con la relación que el y kirishima tenían. Lastimaría a Kara y acabaría con todo en un abrir y cerrar de ojos.
Lo había convencido muy bien haciéndolo sentir miserable. Qué podría entregarle él a Kara. Nada. Apenas si tenía un trabajo junto a su amigo Katsuki, aquello no se podía comparar a la vida que tenía Eijiro, sin embargo… Denki deseaba ser el padre de Kara. Quería verla crecer y estar a su lado.
¡¡¡¡Maldición!!!! Gritó en medio de la oscuridad del cuarto de hotel, destrozando con sus puños la mesa de centro.
Pequeños destellos aparecieron por todo su cuerpo desplazándose a cada cosa a su alrededor. Pronto, Denki fue capaz de ver la sala gracias a la descargas eléctricas que tomaban control de la situación. Si no se calmaba, el hotel completo acabaría electrocutado por su Dom.
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Yuuki observó el regalo sin abrir sobre el sillón y suspiro. Había logrado convencer a Denki de no decirle nada a Kirishima sin mayor problema, pero sabía de que no sería tan fácil de deshacerse de él.
Cuando la puerta del departamento se abrió, Yuuki saludo a su marido quien ingresaba sin hacer ruido.
— ¿Cómo acabó todo?
— Hemos ganado —dijo el algo apenado —lamento lo sucedido.
— Eres el hombre que elegí sabiendo que ocurrirían estas ocasiones. Por eso y más… eres el hombre al cual amo y el cual Kara siempre mirara con orgullo.
Kirishima soltó el aliento que se le había estado acumulando en sus pulmones y abrazo a aquella hermosa y gentil mujer. La quería. Le gustaba, pero y…¿La amaba?
—¿Denki ya se fue a casa?
—tenía que hacer, fue lo que dijo. —Yuuki se soltó del agarre y se dirigió al sillón. Era su jugada especial — Me dijo que te diera esto, más que a Kara, a ti.
Eijiro tomó el paquete y de él sacó un vestido pequeño rojo.
—¿ Qué…?
—Al parecer es de parte de Katsuki para Kara, pero Denki quería que tu lo vieras primero.
A la mente del pelirrojo llegó un vago recuerdo de sus días en la academia de héroes. Un día en el que a todos se les ocurrió hablar sobre el romance y el decía que si algún día tenía una hija, llamaría Kara, igual que la niña de su película favorita El cual usaba un vestido rojo como su héroes favorito.
—Imposible… —Dijo incrédulo.
Existía la posibilidad de que Bakugo le diera ese regalo recordando aquella vaga conversación de hace muchos años atrás. Era si quiera posible pensar así.
Unas ganas extrañas de llorar lo invadieron de pronto obligándolo a aferrarse a aquella prenda como un último adiós. Era esa la forma más cruel de decir adiós para Katsuki Bakugo, dando por terminado aquella dolorosa historia de amor.
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Mío Por La Eternidad
FanfictionEl tiempo transcurrió conforme a los sueños y anhelos de cada uno por casi 10 años, pero aunque se quiera olvidar el sentimiento jamas desaparecerá, no cuando es lo suficientemente fuerte para mantenerlo retenidos en tu memoria. Bakugo y Kirishima...