Conozco Todo De Ti.

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Nunca se sintió familiarizado con New York. Su gente era muy abierta en varios sentidos y tenían una variedad de estilos y creencias que jamás pudo compartir y sabía que bakugo compartía su mismo pensamiento, pero de igual manera se había ido a vivir a esa ciudad. Aquello también lo sabía kirishima. Sabia todo acerca de su amigo, aunque así no lo quisiera, siempre terminaba escuchando todo tipo de cosas sobre el por sus amigos que desconocían el pasado entre ellos dos o si sabían algo lo escondían muy bien.

Katsuki habia escapado de Japón tras los pasos de Izuku Midoriya, quien al igual que su mentor Toshinori Yagi (All Might) hicieron de NY su ciudad natal y su país de origen aún no siéndolo.

La vida de bakugo siempre giraba entorno al peliverde. Siempre había sido así. Por dos largos años (en la academia) había estado celoso de Midoriya por conocer parte de la vida que el desconocía de "Kacchan". Aborrecia ese apodo al punto de no poder ver a Izuku a la cara, aunque sabia también que era estupido pensar de esa manera. No se podía pelear contra un amigo de infancia y amor no correspondido, por eso Eijiro prefirió dar un paso al costado y abandonar aquellos sentimientos que habían aparecido tan pronto como vio por primera vez a su amigo dentro del salón de clases.
Lo doloroso de recordar el pasado era esa parte de la historia. Cuando por primera vez probó aquellos labios después de que le había costado tanto tiempo olvidarse de algo antes de obtenerlo.

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Al comprobar que por la mañana tendría libre, dejó su celular bajo la almohada y salió del cuarto que katsuki dispuso para él.
Eijiro no se consideraba un hombre que tuviese que fumar para conciliar el sueño, pero el momento ameritaba uno con fuerza, por lo que dejó el cuarto atrás sin antes dedicar unos segundos de su tiempo para ver la puerta cerrada de su amigo. Luego de ello fue hasta el ventanal del balcón el que abrió sin importarle el crudo frío que rápidamente caló fuerte en él.

Ver en la mesa de la terraza una cajetilla junto al mechero hizo que el pelirrojo sonriera con nostalgia. Por que si había alguien que conocía bien a katsuki era él. Sabia que en ese lugar encontraría los cigarrillos de la misma marca de hace 10 años atrás.
Que si buscaba en la cocina, encontraría el café negro junto a su tazón con su imagen de héroe impreso en ella. Aquello era un regalo que Midoriya le había comprado al rubio cuando el de pecas tuvo una misión por china.

Encendió un cigarrillo soportando no muy bien el frío después de un día lluvioso. El humo se perdía junto al vaho de humedad en el lugar. La ciudad no se podía contemplar en su totalidad por la neblina pero no era algo que necesitara admirar ya que lo conocía muy bien.

-¿No puedes dormir?

La pregunta sobresalto al pelirrojo provocando que este soltara el cigarrillo y le cayera de lleno en el pies al girarse de golpe. Un pequeño alarido soltó Kirishima viendo a su amigo acercarse desde la oscuridad del interior.
Era como un felino acercándose a su presa. Apenas podía distinguir su silueta pero bastaba para sentir que el aire de sus pulmones salían huyendo por su boca en un jadeo que no dintigio si era por la quemadura o por excitación.
Bakugo aparecía frente a él para tomar de la mesa la caja con sus cigarrillos.

-¿Vas a querer otro?

-No. Ya fue suficiente.

Ambos se quedaron mirando hacia la ciudad escuchando únicamente el lejano ruido de los autos al pasar a grandes velocidades a esas horas de la noche y el humo que katsuki expulsaba entre dientes por el frío.

-¿Quieres que te prepare un café?

-Kirishima...

El nombrado se volteó para ver a su amigo. Espero a que este le dijese algo, pero no fue así.
Era una imagen difícil de interpretar. Bakugo nunca fue fácil de todas formas. Siempre había incongruencias cuando de él se trataba aunque en su totalidad era un chico bastante directo con las cosas que le molestaban.

Mientras bebían café, Eijiro pudo notar que su amigo ya no era tan hostil como cuando llegaron a la casa y hablaba más.
Se contaron de cosas que a ninguno de los dos le habían contado del otro.
Recordaron alguna de sus más grandes hazañas dentro del oficio. El día en el que Red Riot casi perdía la vida cuando un villano había sido capaz de romper su fortaleza y lo dejo hospitalizado por más de 2 meses aún cuando Recovery girl había viajado ella misma para salvarle la vida.
Ese día bakugo creyó que moría de la misma forma. La noticia había impactado tan fuerte en el que no dudó ni por un minuto viajar hasta Japón para ir a verlo.
Pero aquello jamás podría contarlo.

-Ni si quiera me fuiste a ver- Se quejó el pelirrojo fingiendo (no del todo) indignación.

Katsuki no dijo nada. Así lo prefería él. Había pasado tanto tiempo de eso que no serviría de nada decirlo a estas altura o eso creía el.

-Me alegro que salieras con vida.

Kirishima dejó su tazón de café sobre la mesa antes de que se le cayera de las manos. Había un impulso en su cuerpo de lanzarse sobre su amigo para besarlo que no lo dejaba mantener las manos quietas. Para su sorpresa fue katsuki quien se incorporó de la mesa acortando distancia entre ellos al punto de rozar sus labios. Tal parecía que dudaban. Ambos. Uno quizás demasiado asustado por los cambios el otro por que recaer a estas altura no era una opción.
El timbre sonó. Aún cuando eran las 3 de la madrugada sono.
Bakugo soltando un pesado suspiro dirigio sus pasos hasta la puerta. Imaginaba quien podría ser y las ganas de asesinarlo sonaban fuerte en su mente.

-¡Kacchan!- Exclamó Izuku Midoriya cuando ingresó.

Había escuchado en su departamento de heroes la hazaña de Ground Zero pero también lo mal herido que había quedado.
El también había salido lastimado de su última misión, pero no podía dejar de ir a ver a su amigo de infancia por lo que le importo bastante poco la hora que era. Solo tenía esos momentos para saber de él y no la iba a desperdiciar.

-Me había preocupado en vano. Te ves bastante bien.

-¿Tienes tanto tiempo libre que vienes aquí a fastidiar?

-No seas así. Enserio me preocupe. Sabes que estos días así...es difícil para ti...

-¡¡Dificil una mierda, deku!! No te burles de mi.

-No lo hago kacchan, pero deberías saber sobre tus límites.

Kirishima suspiró. La visita se veía larga.
De modo que se apareció por la entrada y saludo al recién llegado.
Bakugo no le quedó de otra más que encender las luces e invitar a pasar del todo al peliverde que parecía bastante agotado.

-Un café y te largas- Advirtió el rubio dirigiéndose hacia la cocina.

-Como digas Kacchan.

-Bueno, yo me iré a dormir.

Eijiro sintió la mirada de bakugo en su nuca y este se giró para verlo. Luego de unos segundos, cada uno desvió la mirada hacia otro punto.

-¡Oh! Es verdad. Supe que serías padre dentro de algunos meses. Eso sí que fue una sorpresa, pero me sentí bastante feliz por ti.

Bakugo lo había escuchado perfectamente desde la cocina, pero no supo cómo reaccionar a aquello. La noticia la desconocía por completo y escucharla de boca de Deku lo molestaba aún más. ¿Por qué se lo había ocultado? ¿Cuando se lo contaría?

Mío Por La Eternidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora