Capitulo 7 ~La Determinación Para Avanzar~

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Aplausos, ovaciones y gritos de júbilo llenaban la gran habitación del piso veintitrés mientras Chizuru sonreía avergonzada ante la multitud que la felicitaba por haber pasado la prueba de Tadashi Ishikawa.

—Estimado público, con esto concluimos nuestra reunión. Agradecemos su presencia el día de hoy —anunció Tadashi con una sonrisa amplia. A medida que el eco de los aplausos se desvanecía, la habitación comenzó a vaciarse lentamente. Algunos asistentes se acercaron a Chizuru para felicitarla antes de irse.

—Aún queda trabajo por hacer —dijo Tadashi cuando la habitación quedó casi vacía, con solo él, Chizuru, Kazuya y Yuko presentes—. Primero debemos acordar los términos de tu contrato laboral. Luego, detallaremos los tiempos para los preparativos publicitarios. Tengo varios proyectos en mente contigo —añadió con entusiasmo—. Ah, y es verdad, deberás renunciar de inmediato a la compañía Diamond. ¿Lo entiendes, Mizuhara-san? —preguntó con seriedad.

—Entiendo, Director-sama. Haré lo que me indique —respondió Chizuru con firmeza.

Una puerta al final de la habitación se abrió, y un hombre se acercó a ellos.

—Ahora, Mizuhara-san, dirígete con mi otro asistente a la sala contigua. Dentro de poco me reuniré contigo —indicó Tadashi.

—Me gustaría hablar un momento con el señor Kinoshita —dijo Tadashi, sorprendiendo a Chizuru y Kazuya.

—¿Eh? ¿Conmigo? —preguntó Kazuya, confundido.

—Así es —confirmó Tadashi—. Mizuhara-san, la veré después.

Aunque preocupada, Chizuru no pudo negarse y se retiró del lugar.

Poco después, Tadashi se dirigió a Kazuya con una expresión de aprecio.

—¿Qué te parece si hacemos a un lado las formalidades? Permíteme llamarte Kazuya-san —sugirió Tadashi con una sonrisa cálida.

—Sí, Director-sama —respondió Kazuya, un poco tenso.

—No es necesario que me llames director —dijo Tadashi—. Puedes llamarme Tadashi-san. Ahora, dime, ¿qué deseas hablar conmigo? —preguntó.

—Lo primero  me gustaría hacer  es felicitarte por todo lo que has hecho hasta ahora por Mizuhara-san. Realmente me has impresionado —comentó Tadashi con admiración genuina.

—Pero yo no he hecho nada especial —dijo Kazuya, nervioso.

—¿De verdad piensas eso? —preguntó Tadashi, sorprendido—. Estoy asombrado por cómo produjiste una película sin experiencia previa. Eso es digno de admiración —elogió Tadashi con sinceridad.

—Bueno, yo... —Kazuya no supo qué decir. Tras ver a la multitud vitorear a Chizuru, se sintió distante, como si un muro de éxito los separara.

—¿Te preocupa que el éxito de Mizuhara-san pueda alejarla de ti? —preguntó Tadashi, leyendo la preocupación en su rostro—. No solo me refiero a Mizuhara-san, sino a cómo su futuro podría afectar la relación con ella. ¿Es eso lo que te inquieta? —indagó Tadashi con comprensión.

—Sí, es tal y como  dice, Ishikawa-san. Pronto Chizuru-san alcanzará sus sueños, y temo que será difícil estar cerca de ella —admitió Kazuya—. Aun así, siempre apoyaré su camino. Que ella logre su sueño también es mi sueño —aseguró con determinación.

—Maravillosa respuesta, Kazuya-san —pensó Tadashi—. Esta reunión no solo es para hablar del futuro de Mizuhara-san —dijo—. También quiero hablar de tu futuro.

—¿Eh? ¿A qué se refiere con mi futuro? —preguntó Kazuya, intrigado.

—Como te mencioné, estoy impresionado por tu esfuerzo y dedicación al producir una película independiente sin experiencia —explicó Tadashi—. Busco personas con tu potencial. Con la preparación adecuada, podrías dirigir tus propios proyectos —añadió con optimismo.

Kazuya miraba a Tadashi, nervioso pero esperanzado.

—¿Te unirías a mi equipo? —propuso Tadashi con una sonrisa alentadora.

—¿Eh? ¿De verdad, Ishikawa-san? —Kazuya no podía creer lo que escuchaba.

—Sí, por supuesto —confirmó Tadashi—. Tienes mucho potencial. Además, si te alejas de Mizuhara-san, estoy seguro de que ella se sentiría triste.

Kazuya se sonrojó al escuchar esas palabras. Mizuhara-san también podría necesitar su propio asistente —añadió Tadashi, sugiriendo un futuro en el que Kazuya podría desempeñar un papel importante.

—¿Cuál es tu respuesta, Kazuya-san? —preguntó Tadashi con seriedad.

Kazuya se inclinó profundamente.

—Agradezco enormemente esta oportunidad. Yo también contaré con ustedes y haré mi mayor esfuerzo —dijo Kazuya con determinación.

—Excelente. El día de hoy ha sido muy fortuito, Kazuya-san. Arreglaremos también tus condiciones laborales más tarde. Por ahora, asignaré a Yuko —señaló a su asistente—. Ella será la encargada de tu preparación desde este momento. Esfuérzate y sigue sus indicaciones. Ella es muy estricta, así que prepárate —advirtió Tadashi—. Ahora me reuniré con Mizuhara-san. Nos veremos después —dijo Tadashi, dirigiéndose a la sala contigua para encontrarse con Chizuru.

Antes de desaparecer tras la puerta, Tadashi se detuvo para decir algo más.

—Kazuya-san, aunque quizás no lo veas ahora, tienes la capacidad para llegar mucho más lejos de lo que imaginas. Solo necesitas encontrar tu propia determinación. Cuando lo hagas, serás alguien excepcional —concluyó Tadashi con una sonrisa alentadora antes de cruzar la puerta y desaparecer.

El lugar quedó en silencio por unos segundos mientras Kazuya reflexionaba sobre las palabras de Tadashi.

—Hashina-sempai —dijo Kazuya, haciendo que Yuko se estremeciera ligeramente—. Desde ahora estaré a su cargo. Perdone los problemas que pueda causarle —dijo Kazuya inclinándose con respeto.

—No... no hace falta... tantas formalidades... seremos colegas desde ahora... así que... puedes hablarme de tú —dijo Yuko, con el rostro ligeramente sonrojado y evitando mirar a Kazuya.

—Entiendo. ¿ocurre algo, Hashina-sempai? —preguntó Kazuya, extrañado.

—¡Aah! No, no me ocurre nada, tonto —respondió Yuko, nerviosa y aún sin mirar a Kazuya—. A... ahora que estás a mi cargo... te... te llamaré Kazuya-san, y tú puedes... llamarme Yu-san —dijo Yuko, muy avergonzada por su atrevimiento.

—Oh sí, de acuerdo —respondió Kazuya con una sonrisa amistosa.

—Te-te parece si... q-quiero decir... debemos ajendar una ci-ci-cita para comer y hablar de tu entrenamiento —le propuso Yuko, completamente roja del rostro. Su voz sonaba más infantil, aunque Kazuya, inocente, no notó el cambio.

—Claro... mi primera reunión de trabajo. Lo espero con ansias —dijo Kazuya, sonriendo a Yuko, que trataba de evitar que él la viera a la cara.

Kazuya reflexionó sobre todo lo ocurrido. Para él, esa oportunidad era el comienzo de algo nuevo, algo por lo que valía la pena luchar. Jamás había tenido motivos para creer en sí mismo. Recordó lo que Sumi le había dicho aquel día: "El valor de alguien no radica únicamente en las acciones que demuestra a los demás, sino también en lo que cree de sí mismo". Se había decidido. Seguiría su propio camino, no lo haría por su familia, ni tampoco por Chizuru. Lo haría para nunca más arrepentirse de nada. Había encontrado su propia determinación.

kanojo okarishimasu: El Amor de Chizuru (Temporada 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora