07.

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christopher se hallaba en la cocina, preparando el desayuno para ambos, fascinado ya que no solía tener muchos alimentos a menudo para hacer todo tipo de recetas.

notó unos delgados brazos que rodeaban su torso desde atrás.

- buenos días, honnie.

se giró para ver bien al menor, quién le miraba con una sonrisa que acompañaba su expresión de recién levantado. al mayor se le hacía tierno verle así. se inclinó un poco para darle un piquito en los labios, luego volvió a girarse y continuó con lo que estaba cocinando.

- ¿qué haces?

el moreno se coló por debajo del brazo ajeno sin soltar el abrazo que tenía en su torso.

- bizcocho de limón. una señora en el pueblo me dio la receta a cambio de recuperar un melón que robaron de su tienda. - explicó y rió un poco.

- qué lindo.

el menor dejó que el otro siguiera con lo que hacía, pero se tomó la libertad de mantenerse abrazado a él, acariciando y besando su rostro.

- tengo muchas ganas de amarte otra vez, minho.

- yo tengo ganas de que me ames.

ambos se miraron por unos segundos y rieron a la vez, luego se besaron por otros ciertos segundos y se abrazaron.

- te quiero, chris.

bang sonrió y le removió el cabello.

- ve a despertar a sana. pronto terminaré el desayuno.

- vale.

el moreno dejó un último beso en los labios del mayor y fue a la habitación de la chica.

mientras tanto, christopher terminó de cocinar y puso todo sobre la mesa del jardín, aprovechando que hacía un buen día para comer en el exterior. dejó todo bien puesto y se sentó a esperar a la pareja de prometidos, jugando con los cubiertos.

minutos después, llegaron los dos ya vestidos, aunque no como de costumbre, pues sus ropas estaban mal puestas y desordenadas. chris rió un poco al verlos y les hizo un gesto para que se sentaran.

los tres comenzaron a desayunar mientras charlaban de cosas varias, nadie mencionaba un tema que les incomodara, sólo hablaban y ya. tras ya haber recogido todo y haber lavado la vajilla y los cubiertos, chris se echó en el amplio sofá del salón, lo que vino seguido de un minho y una sana que se le echaron encima, riendo.

- ¡oh, no! ¡un ataque de osos! - exclamó el rubio tratando de quitarse de encima a los dos de clase mayor, éstos luego empezaron a hacerle cosquillas al otro sin dejar de reír. - ¡no os atreváis!

pasaron varios minutos jugando los tres juntos hasta que la falta de aire por tanta risa les ganó, por lo que quedaron tumbados y abrazados por un corto tiempo.

- al final escaparme de casa no ha estado tan mal como creía. - admitió el más joven de los tres.

- no cantes victoria. no podemos pasar aquí encerrados el resto de nuestras vidas. - aclaró el rubio.

- me gustaría hacerlo. - replicó el moreno mirando al otro chico a los ojos.

- puedes quedarte con sana entonces, yo tengo algo que hacer.

lee negó rápidamente.

- quiero que te quedes conmigo. hicimos una promesa.

- tengo que limpiar tu nombre y el de dios, minho. es ahora o nunca.

- ¿qué vas a hacer? - preguntó la mayor, que quería incorporarse a la conversación.

- aún no lo sé, tengo alguna idea, pero decir algo sería cargarme todo lo que ya tengo hecho.

christopher se levantó del sofá y se estiró un poco.

- voy a probar esa ducha. no todos los días tienes la oportunidad de bañarte con jabón del bueno. - rió un poco y se fue al baño.

la princesa se sentó bien de nuevo y miró a su prometido.

- bueno, ¿nada que decir? - cuestionó ella, a lo que el otro respondió encogiéndose de hombros.

- ¿sobre qué?

- sobre nuestro matrimonio.

- ni tú ni yo queremos casarnos, ¿me equivoco?

- no, ninguno queremos. - dijo con una sonrisa idiota.

- entonces supongo que no hay problema con que alguno de los dos tenga relaciones con christopher.

- realmente sí lo hay, de hecho, estamos haciéndolo todo mal. mantener relaciones sexuales antes del matrimonio, con una persona que no es nuestro prometido, de clase más baja, sin fin de reproducirnos, ¡y tú eres un chico! ¿sabes cuántos pecados estamos cometiendo ahora mismo?

- bueno, ¿qué más da? me gusta él, me gusta abrazarle y que me abrace, me gustan sus besos, me gusta todo lo que hace. ¿por qué debería estar mal?

- dios nos está viendo, minnie. - susurró la chica tomando la mano ajena.

- si dios realmente me ama, aceptará que yo le ame a él, ¿no crees? - suspiró y negó. - además, sé que también te gusta a ti, no intentes ocultarlo, se nota a leguas.

sana sonrió algo apenada y asintió, recordando lo que el rubio le había dicho la noche anterior acerca de su preferencia por el más pequeño.

- creo que la religión está malinterpretando la palabra de dios, sana. ¿no estás de acuerdo?

- no soy tan atrevida como para poner en entredicho la biblia, cariño.

- pues el mundo necesita más gente atrevida, sana. y chris y yo seremos los primeros.

el más joven se levantó y fue a buscar al otro chico, dejando a su prometida con esas palabras rondando en su cabeza.

llegó al baño en el que se escuchaba al mayor y entró sigilosamente. se deshizo de su ropa y entró en la bañera, sonriendo ya que el mayor parecía estar tan increíblemente relajado y ajeno a todo que no se percató de su presencia. se acercó silenciosamente a él hasta poder sentarse encima.

- christopher, ¿y si nos amamos ahora?



killing in the name of god. | banginho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora