Capitulo 11

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Ashley raramente se despertaba antes que llegara Noah o Ella a su habitación, pero hoy fue así. Por alguna razón se sentía un poco más satisfecha que lo normal. Y eso era genial. Ayer había pasado un gran rato con Nathan, ya era tarde cuando por fin se fue el rubio, pero a pesar de eso, todo estuvo bien.

Se sentó en el borde de su cama y con ayuda de sus brazos trato de alcanzar su silla que se encontraba a pocos metros de distancia de ella, pero sólo logró caerse de frente contra el piso.

"Maldición"

Después se escucho la perilla de su puerta moverse y alzo la vista.

"Hola muñeca, es hora de... ¿¡qué demonios haces ahí Ash!?

"Uh, quería llegar a mi silla" dijo en tono de susurro "Sólo... ¿ayúdame si Ella?"

"Claro"

Ella ayudo a párala recostando la de nuevo en su cama, dio media vuelta y regreso con la silla de Ashley. Lo habitual se hizo, la ducha, el interminable deseo de comer por parte de su madre y Noah diciendo cosas de Noah.

Al llegar a la colegio, los típicos murmullos sobre ella se seguían escuchando, pero ahora más potentes. Ahora pensaban que era una fácil, por haber tenido una cita con Ethan y ver películas con Nathan. Sociedad inútil.

A ella -por primera vez en mucho tiempo- no le dio importancia a esto y siguió con sus clases habituales.

(...)

Cuando término Literatura y la interminable charla de su profesora sobre Hamlet, fue a su casillero. Era un pobre cubo de metal todo sucio y polvoriento, que sólo servía para guardar un que otro libro, la verdad es que le daba un poco de asco.

Lo abrió con cuidado, y saco su siguiente libro para la próxima clase, cerró la puerta de un portazo y al darse cuenta quien estaba atrás de ella preferiría poder hacerse pequeña y encerrarse en su cubo de metal para no salir jamás.

"Hola, Ashley. ¿Qué tal tu día?"

"¿En serio te importa?"

"¿Si?" dijo enarcando una ceja "Oh vamos, no seas mala, soy lo el que debería estar enojado... ¡estuviste con mi mejor amigo!"

"Sólo vimos películas Ethan, no creas nada malo" contesto cruzando los brazos. "Además no somos nada, ¿de qué te preocupas?"

Y, aunque no lo crean, el 'No somos nada' de la pequeña castaña le dolió a Ethan más que nada.

"Por supuesto que no somos nada, lo siento" respondió dando media vuelta y yéndose.

Fue la cosa más difícil que pudo haber echo, dañarse a sí mismo. Una persona tiene diferentes maneras de dañarse, no a todas les pasa esto, pero si a una muy buena cantidad.
Hay diferentes maneras: fumar, cortarse, empastillarse hasta perder el conocimiento y el más doloroso enamorarse.

Si, Ethan se había enamorado. Y conquistar a una chica que no tenía ni el mínimo interés en él sería difícil, eh de admitirlo... pero no imposible.

Si tuvo interés en él una vez, lo podía volver a tener.

Ashley vio al oji-azul irse muy decidido por su argumento, esta sólo se encogió de hombros y fue a su siguiente clase.
Historia. A nadie le interesa si Cristóbal Colón descubrió América hace mucho tiempo. Esta clase la compartía con Nathan y Noah. Pero cada quien tenía asignado un compañero y ella siempre se sentaba hasta el frente por la silla de ruedas.

Se sorprendió al llegar y ver Nathan sentando en su mesa.

"Hola muñeca"

"Hola Nathan, uh. ¿qué haces aquí?"

"¿Me toca esta materia? Duh" contesto irónico.

"No, pedazo de bobo. ¿Qué haces en mi mesa?" musitó riendo.

"Le pedí al maestro sentarme aquí"

"¿Por qué?"

"Necesito un tutor. Fui a pedirle al maestro su mejor alumno para que me diera asesorías y te dijo a ti. Entonces ¡EME AQUÍ!" dijo levantando sus brazos victorioso como si hubiera ganado un premio.

"Uh, supongo que puedo ayudarte..." contestó sonriendole alegremente.

Siquiera término la frase cuando Nathan ya estaba abrazándola y agradeciéndole por esto. Lo que no notaron fue a Ethan viendo a través de la puerta, y escuchando como su corazón se rompía en dos.


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