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"Dónde Diana lucha por salir adelante con su hijo, pero todo se le pone dificil cuando un vampiro de más de mil años pone su atención en ella, y donde unos extraños sucesos la abordan."
the vampire diaries season two.
(klaus m...
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DIANA MUCHO ANTES DE QUEDAR EMBARAZADA, NO SOLIA IR A LAS FIESTAS QUE ORGANIZABAN EN SU INSTITUTO, ni mucho menos ir a las que organizaban sus supuestos amigos, pues siempre estaba estudiando, intentando ser la hija perfecta, con notas perfectas, comportamiento perfecto y todas esas cosas. Fueron dos veces a las que fue a fiestas de forma obligada por Héctor. Y debido a esas fiestas, a su vida llegó Caleb, su amado hijo.
Luego de su nacimiento, Diana no volvió a ser la misma. Si antes no solía salir de fiestas, ahora no lo hacía nunca. Cuidaba de Caleb, estudiaba y trabajaba para pagar las cuentas de su casa. No estaba para nada cansada de hacerlo, pues se volvió una rutina a la que se acostumbró, y amaba darle su tiempo a Caleb y a sus estudios.
Pero, ahora mismo estaba en duda si ir o no ir a la fiesta de su instituto, quería volver a ver al profesor Alaric, era extraño, pero necesitaba verlo. Aunque no quería despegarse de Caleb, el cuál dormía plácidamente sobre sus brazos con su cabeza apoyada en su pecho y sus bracitos rodeando su cuello. La paz que le traía ese pequeño rayito de luz a Diana era impresionante. Hace un momento estaba preocupada porque se le había adelantado la paga del gas, y Caleb al sentir la preocupación de su madre, gateo hasta ella y alzó sus brazos para que la ojiverde lo levantara, quedándose dormido al instante y generándole paz a la pelirroja.
—¡He llegado, mi amor! —la pelirroja le lanzó el almohadón a Will, que soltó un quejido cuando impactó contra su cara—¿Qué...? Oh. Lo siento, lo siento. —se disculpó cuando observó al pequeño cagoncito dormir sobre el pecho de su madre—¿Qué haces en esas fachas? Daisy me dijo que hoy organizaban algo en tu instituto. —y al ver la mirada que le dedicó su mejor amiga, bufó—. Diana, ve a darte una ducha y cámbiate, iras a ese estúpido evento.
—Caleb...
—Yo cuido de mi ahijado, además, Daisy quiere verlo.
—¿Ella vendrá aquí? —preguntó con una pequeña sonrisa.
Will dejó algunas bolsas sobre la mesa del comedor y miró a su amiga, a la cual quería como a una hermana pequeña. Diana y Caleb eran su familia, el rubio no sabría qué hacer si alguno de ellos le faltara.
—Sep. La he invitado a comer. Así que, levanta tu plano trasero y ve a darte una ducha, luego arréglate porque irás a lo que sea que celebren en tu instituto. Estoy cansado de verte todos los días aquí sin tener vida social. Te estas volviendo asocial, loca.
Diana sonrió por las exageradas palabras de su mejor amigo y con cuidado se levantó del sofá. Caminó hacia su habitación y se acercó a la cuna de su pequeño, lo acostó y lo arropó dándole un suave beso en su mejilla regordeta. Caleb se removió un poco, llevando su mano a su boca. La pelirroja lo observó con ternura una última vez antes de salir de la habitación.
—No sé qué ponerme, Will. —dijo la ojiverde, caminando hacia la cocina donde se encontraba su mejor amigo sacando las cosas de la bolsa, todo era alimentos.
