30 días otp [Ocarina X Majora]

3: Malhumorado por la mañana

— hasta mañana — Majora le dio un corto beso a lo que Ocarina correspondió

— que duermas bien — Ocarina dijo a lo que el rubio asintió

Ambos dormían en el mismo cuarto así que no era tanto el problema de hacer una gran despedida de buenas noches, vio como el ojiazul se acostaba en su cama, el también tendría que hacer lo mismo ¿No? Pero decidió quedarse un rato sentando en el orilla de su cama.

Que haría ahora, su sueño se fue por un tubo, optó por ver un rato su celular, pero que haría viendo eso. No tenía con quién hablar ¿O si? Claro que sí, la hechicera del tiempo, entro rápido a la conversación y bingo que está en linea.

Pero rápido desecho esa idea, no iba a hablarle porque le daba pereza responder mensajes, miro a su pareja como dormía plácidamente era lindo mirarlo dormir, su linda carita esos ojos, que lo traían loco.

Pero luego de pensar mucho en su pareja aún no tenía sueño, por un largo y tendido rato miro todas sus redes y por curiosidad entro a WhatsApp viendo a dos personas en línea.

No era ni nada más que la hechicera Sky y el Dios Fiera, que pasaba entre esos dos, tenía que descubrirlo y así posiblemente sobornar a la Deidad.

Decidió ir al cuarto donde se encontraba la Deidad, entro sin hacer el mayor ruido posible y vio como la Deidad tenía una sonrisa de estúpido enamorado.

La Deidad estaba feliz viendo aquella pantalla hasta que sintió una respiración cerca suyo, por instinto pensó que era su compañero de cuarto Dark, ya que le encantaba molestar y dio un manotazo fuerte haciendo que el estuviera ahí cayera, se dio cuenta de su grave error cuando escucho un pequeño "auch" como quejido.

Rápidamente dejo aquel aparato para ver a quien había golpeado, para su sorpresa vio que era Majora.

— ¿Qué haces aquí? — Fiera pregunto molestó mientras ayudaba al menor

— mejor dicho ¿Qué haces tu despierto a esta hora? — Majora cuestionó, a lo que la Deidad lo miro serio

— nada, se supone que debes estar durmiendo

— no le digo nada a nadie pero que gano yo — ignoro las palabras de la Deidad

— lo que quieras te doy, pero ya vete a dormir — decía Fiera mientras sacaba a empujones al pequeño rubio llevándolo a su cuarto

— eres un infeliz

— y tu un metiche

— ¡Qué! Como me dijiste

— cállate y vete a dormir — dijo la deidad mientras cerraba la puerta donde dormían ambos niños

Otra vez volvía al cuarto, vio como su pareja estaba sin las sábanas, soltó un suspiro enamorado, mientras lo iba a tapar.