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Me desperté temprano como de costumbre, eran las 5 de la mañana y las clases empezaban a las 7, me fui a asear y al terminar me puse el uniforme, agarré una pequeña bolsa y metí un papel de mis horarios y esas cosas

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Me desperté temprano como de costumbre, eran las 5 de la mañana y las clases empezaban a las 7, me fui a asear y al terminar me puse el uniforme, agarré una pequeña bolsa y metí un papel de mis horarios y esas cosas.

¿A quien se le ocurrió el uniforme blanco? Cualquier mancha va a destacar, además el blanco no es mi estilo.

Salí de mi habitación y cerré con llave, estaba algo nerviosa, tal vez iré a la dirección para preguntar por algunas cosas.

Llevaba puesto el suéter de Legoshi, se lo devolvería hoy porque tengo que ir a lavarlo, además hace frío.

Al llegar me relajó el hecho que la secretaria no se veía sorprendida por ver mi apariencia.

— Buenos días señorita ____.

— Buenos días.

— ¿Que la trae por aquí tan temprano?.- Ella era un cordero.

— Estoy acostumbrada a levantarme a esta hora, y solo vine aquí para preguntar sobre quién me iba a enseñar la escuela.- Sonrei avergonzada.

— Sobre eso ya tenemos al candidato, pero el llegará a las 7, por lo tanto tendrá que esperar.

— Entonces no hay problema, gracias.

— Antes de que me olvide, este es el dinero de este mes, no olvide que tiene que administrarlo.- Me entregó un sobre.

— Muchas gracias, entonces, hasta luego.

Me despedí y volví al edificio de dormitorios, afortunadamente no me topé con nadie nuevamente, al entrar a mi habitación y cerrar la puerta me avente a mi cama.

— Tal vez debería dibujar un rato, si me topó con Legoshi le contaré como son en mi mundo o simplemente le enseñaré mis dibujos todos feos.

— Aunque... viéndolo bien, si he mejorado bastante..

La habitación no está tan grande como los demás pero las cosas están bien acomodadas para que entre perfectamente.

Hay un escritorio y una cama, armario y el baño. Me senté en el escritorio y me dispuse a dibujar un rato.

(...)

Mire el reloj, eran las 6:30, guarde el cuaderno en mi bolsa junto a las llaves y me fui de ahí.

Habían pocas personas pero afortunadamente no me notaron aún. Llegue hasta la dirección.

— Hola de nuevo, señorita Aiko.- Salude.

— Al parecer te gusta ser puntual.- Río un poco.

— No quiero causar molestias.- Jugué con mis manos.

— Es muy amable de tu parte.- Me sonrió.

Seguimos platicando unos minutos hasta que la puerta volvió a abrirse.

Legoshi y Tú - BEASTARS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora