ᗰY ᑕᕼIᒪᗪᖇᗴᑎ [𝐒𝐚𝐥𝐥𝐲 𝐅𝐚𝐜𝐞]

✩ᗩYᑌᗪᗩ✩

¿Por que rayos pensó que cuidar a seis niños iba a ser fácil?

Era todo un problema!

Desde que su hermana, Ashley, se puso a hacer berrinche por que Travis quería sus juguetes. De que Todd se quejaba de que Larry y Sal coloreaban su libro de dibujos de manera horrenda. Que Neil lloraba por que su madre no estaba.

No podía.

Ya no podía aguantar esos incontrolables llantos y quejidos.

Le pidió a los niños que se comportaran, fue rápido a su cuarto y busco su celular. Rápidamente llamó a quienes necesitaba para esta misión, si seguía así terminaría echándose por el balcón de su cuarto.

Su llamada fue contestada, le dijeron que pronto irían, riéndose ante su situación.

Volvió a la sala y vio a los cinco niños peleando, Todd tenia sus ojitos rojos mientras su aguda voz se rompía, muy probablemente esos dos hicieron de las suyas. Ashley y Travis se gritaban mientras jalaban un peluche. Neil se encontraba viendo la tele, atento a los dibujos, ignorando el mundo, bueno, por lo menos ya no lloraba.

Escucho que tocaron la puerta, rápido fue a ella, pero pudo notar que los niños dejaron su desorden, para saber quien llego, esperanzados de que fueran sus mamás.

Lamentablemente para ellos, no fue así, ingresaron dos muchachos, uno muy alto, de piel morena, ojos violeta y cabello rojo. El otro era un chico rubio, de ojos azul gris y de piel blanca. El moreno tenía una mirada seria y el rubio una sonrisa cálida.

Los cinco niños se aterraron por los nuevos, ya que estos dos eran mucho más altos que Benjamin. Bueno, menos Ashleu, esta corrió a los brazos del rubio contenta.

-CJ!- Su chillona e infantil voz tenía una inmensa alegría, al estar frente al nombrado, dio pequeños saltos mientras tras levantaba sus brazos, pidiendo ser levantada, el chico acato la orden.

Este saludo a la niña, feliz de que la pequeña lo abrace y le dijera que lo extraña. En caso del moreno, este solo llevo una de sus grandes manos a la cabecita de la niña, despeinado su raro cabello.

Ya que si, el cabello de Ashley era algo raro. Una parte era corta y la otra larga.

Todo eso ya que la niña quería cortarse su cabello, su madre ignoro su pedido y la reto con un "Sino lo haces tú, lo haré yo". La señora Campbell no la tomó tomó serio, pensó que eran ocurrencias de una niña de cinco años. Sorpresa y grito se llevó al encontrar a Ashley con unas tijeras en su mano y un gran mechón de su cabello en la otra en el baño. La niña estaba sonriente, su madre molesta y Benjamin solo se reía a carcajadas de como su hermanita cumplía sus palabras al pie de la letra.

Ahora Ashley llevaba ese raro look, su madre prometió que luego la llevaría para que se lo arreglaran, ahora Ben esperaba con ansias ver a su pequeña hermana con un corte de Dora la Exploradora.

Los niños se acercaron con cuidado a los extraños. CJ decidió agacharse para estar un poco a la altura de ellos.

-Hola! Soy CJ y vengo a ayudar a Benjamin a cuidarlos- El tono de voz que uso el chico era suave y tranquilo, tenía una voz sumamente angelical, algo que hizo que los niños le prestarán atención. Además, veían que Ashley estaba muy cómoda con él, podían confiar en el, ¿no?.

Mientras los cuatro veian, Larry se dirigió al de pelo rojo y lo miro curioso, sorprendido al ver alguien tan largo.

-¿Y tú eres?- La vocecita del niño derritió el corazón de hielo de Robert, encantado de esos enormes ojos marrones inocentes y esa sonrisita divertida.

-Me llamo Robert y soy amigo de Benjamin- Su voz era fuerte y ronca, asustando a los otros niños al escucharla, pero Larry solo soltó una risa.

Tras presentarse, fueron a la sala, tristemente para Robert, Larry se colgó de su pierna izquierda, mientras que el pequeño de cabello azul, en la derecha, provocando que no pudiera caminar bien.

Los niños se reían al ver eso, Benjamin estaba relajado al ver como los niños ya no se estaban matando entre ellos.

Cayó rendido en el sillón, viendo como Travis y Neil se fueron a ver televisión con una cobija tapando los.

Mientras Robert llevaba en brazos a Larry y Sal, contentos mientras jugaban con el cabello del robusto chico.

CJ fue a la cocina a hacer bocadillos para los pequeños, tal vez estaban un poco irritados por que no habían comido y necesitaban un descanso después de tanto juego y pelea.

Así fue la tarde, los tres cuidando a esos monstruitos, evitando que se terminaran tirando por las escaleras o se lanzarán jarrones.

Se veían muy alegres uno con el otro, Sal se la pasaba abrazando a todos, contento de quienes estaban a su alrededor, sonriente y sonrojado cada que CJ le daba atención y le reconocía reconocía buen comportamiento.

A Sal le gustaba CJ, su largo y bonito cabello, junto con sus lindos ojos le recordaban a su mami, tenía también esa sonrisa amable, igual a ella.

En otro caso, Neil en algún momento le alegro que Todd lo dejara jugar con el, compartiendo sus peluches y coloreando juntos, y por primera vez, Todd no se quejo de que alguien más coloreaba su libro de dibujos.

Travis y Ashley llegaron a un acuerdo de compartir los juguetes, al fin sin llegar a jalarse el pelo por tocar un juguete del otro.

Robert fue el que se encargo de la comida cuando anochecio, pero lamentablemente quemo varios ingredientes. Decidieron comprar pizza, era mejor eso a que terminar dejando a los Cambpell sin casa.

En unos ratos, los niños fueron cayendo dormidos, cada uno con una cobija y una almohada, ya que estaban descansado en el suelo, estaban tan caidos que ni cuenta se dieron de cuando llegaron sus mamás.

Estas venían divertidas y relajadas, cada una agarro a su pequeño con cuidado, tratando de que estos no se volvieran a despertar. Pero parecían tan cansados de ese día que ni con una sacudida despertaron.

Agradecieron a los chicos, dándoles una pequeña paga, trataron de negarse pero las mujeres insistieron.

La señora Cambpell dejó que CJ y Robert se quedara a dormir, eso alegrando a los tres.

Benjamin llevo en sus brazos a Ashley a su cuarto, arrullando la con palabras dulces y caricias en su espalda. Ni quería que se despertara, volverla a dormir es un serio problema. Le quito los zapatos a la pequeña y la dejo en su cama, le puso su cobija y prendió su luz de noche, le dio un pequeño beso de buenas noches y se fue a su cuarto.
Tenía el cuerpo cansado, y podía ver que sus amigos también.

Sinceramente, no fue tan malo cuidar a esos niños.

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