Las infantiles risas como el ruido era algo de lo cual Benjamin se acostumbró después de tanto tiempo.
Una cabellera azul y dos castañas pasaron frente a él corriendo como si huyeran de algo peligroso. A los minutos pasado una cabellera rubia, pelirroja y oscura. Yendo directo a donde fueron los primeros tres. Suspiro mientras daba una pequeña risa.
Los seis nenes estaban gritando y saltando en un trampolín de afuera que tenían los Campbell, era un regalo de navidad de Ashley. Ben maldice la suerte de su hermana de tener regalos así.
La puerta fue tocada con algo de agresividad, fue a abrirla rápida pero con preocupación de que no fuera nadie malo.
—Hola cariño, vengo a dejar la rosca y de eso ya irme. Creo que esta no tiene el niño, así que alégrate de tener la suerte de no tener que traer los tamales. Adiós, te amo y amo a Ash— fue todo lo que dijo para irse tan rápido como llegó.
El gran empaque de la dichosa rosca estaba en sus manos. Fue a dejarla en la cocina, lejos del alcancé de los pequeños.
La puerta volvió a sonar, así que con calma fue a abrirla, encontrándose a sus dos mejores amigos.
—¡Yepa, si vinieron!— se alegró en ver a ese par, abrazándo los con cariño.
—Claro que sí, no me perdería partir la rosca— dijo divertido el de cabello teñido. El rubio sólo le dio la razón a su acompañante.
—¡CJ! ¡Robert!— las voces de los pequeños se hicieron rezonar en la entrada de la casa, fueron los dos ya adultos invadidos por los chiquillos.
Estos les hablaban fuerte y alto, contando todos juntos lo que habían hecho y como estaban esas últimas semanas que no han visto a sus cuidadores.
Los adultos asentía confundidos, ya que ni entendían nada.
—Niños, ¿y si vamos adentro y así le cuentan a CJ y Robert su año nuevo— todos los pequeños gritaron un gran "si" ante la propuesta de Ben.
Corrieron hacía adentro, esperando en la sala a los tres adultos que estaban ahí.
—Será una larga noche...— suspiro el moreno.
Fueron a donde los pequeños, escuchando las anécdotas que narraban estos.
—¡Y así fue como uno de mis juguetes cayó al fuego!— finalizó su historia Larry, que dejó inquietos a los tres adultos presentes.
—Yo perdí uno cuando mi madre me llevó al parque— contó Sal.
—A mí no dieron juguetes— la decepcionada voz de Travis puso chillones a los tres mayores. Revisando si tenían para regalarle algo al pequeño. Dejaran eso para más tarde.
Los niños de inmediato prefirieron interpretar que eran héroes contra villanos.
Y por supuesto, a ellos les tocó ser los villanos.
Ya estaban viejos, ya ni tenían esa gracia de estar cuidando a esos niños y seguirles el ritmo. Ja, suena como si quienes los cuidaban eran dos viejitos que ya pasaban de la tercera edad, pero apenas son unos jóvenes de veinte y tantos.
CJ decidió ir a la cocina y preparar un chocolate caliente para todos, estaba empezando enfriar.
Robert y Ben se decidieron hacer un fuerte de almohadas y cobijas con los pequeños, de esa manera podrían ver una película en un lugar seguro.
El rubio llegó rápido con un vaso de chocolatada para cada quien, el castaño cuidaba que los niñls no lo tirarán o se quemarán con este. Robert veía que película escoger junto con los dos castalos pequeños.
—Venga, a partir la rosca— llamó Robert a todos, pequeños y grandes yendo detrás de él para hacer lo que se debía.
Fue rápido el proceso, colocaron cada rebanada en un plato desechable y se la daban a uno de los chiquillos, estos sin cubiertos comían el pan contentos. Aunque de vez en cuando hacían muecas por los dulces secos que habían en la rosca.
—Saben asqueroso— reprochó Larry.
—Si, lo saben— Travis sacó la lengua al sentir el sabor de esa cosa.
Seguían comiendo y bebiendo, muy tranquilos.
Pero solo de repente Robert solto un quejido.
Sacó de su boca la figurita del niño dios. Su cara era un poema, sus labios estaban aplanados y se veía disgustado.
—Robert debe traer los tamales— chilló feliz Neil.
—Que sean de picadillo, no me gustan los de puerco— levantó la mano Todd pidiendo. Los demás hicieron lo mismo pidiendo su tamal favorito.
El moreno suspiro pesado, adiós a su catorcena.
El día fue divertido y conmovedor.
Ellos tres se danan cuenta que debían disfrutar esos momentos más que nada con los pequeños, ya que estaban creciendo.
Y algun día... ya no serian sus pequeños.
Pensar en eso deprimió un poco a Benjamin, pero también esperaba que el futuro de estos fuera bueno y lleno de bendiciones, pero de las bonitas, no de las que cargas por años.
Miró a los niños que cuida tan concentrados en la película, miró a sus amigos.
Había paz, alegría y prosperidad.
Todo estaba bien para él, y eso es bueno.
Gracias por leer, comentar y votar!
Perdonen que sea algo corto, son las 5 am e hice lo que pude JSJSZ igual espero que les haya gustado <3
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ᗰY ᑕᕼIᒪᗪᖇᗴᑎ [𝐒𝐚𝐥𝐥𝐲 𝐅𝐚𝐜𝐞]
FanfictionSolo tenía que cuidar a su hermana y sus amigos, ¿que tan mal podía salir de eso? Bueno, a veces te sorprende cuanta energía tiene alguien tan pequeño. •AU •Actualizaciones lentas •Mala ortografía •Fluff •Créditos a quien le corresponda de el dibuj...